Una brisa sobre el balcón
ondula las cortinas
haciéndolas oscilar:
balets de silencios y ausencias
dónde se mueve
el momento
que jamás volverá...
Me subo en ellas
y me dejo llevar...
Al fondo,
el horizonte entre el cielo y el mar
nos invita a escapar.
(Declinamos la invitación
No podemos volar)
Damas de colores, en lontananza,
se van solas: no pueden esperar
El piso,
la jaula,
es esponja en el aire
que flota sin dejarnos pasar.
Los centros urbanos son cárceles
dónde el mono-vestido,
inútilmente,
sueña su libertad
(¡Cómo nos han engañado
en los centros urbanos
para podernos ordeñar!)
Hoy ha vuelto a salir el sol
(y todas las cosas que con él
los humanos tenemos que llevar,
ese necesario equipaje
para no naufragar)
El Universo siempre tan puntual
Tan exacto
Tan transcendental en su rutina,
en su caminar
El Universo es una geodesia
que siempre cumple
con su plan inicial:
cada luz,
cada eclipse,
cada sombra,
cada misterio,
cada explosión,
tiene una fecha,
un alfa y un omega
que siempre saltan
en el instante justo
sin querer saber nada mas...
Mientras tanto,
esa brisa sobre el balcón
que ondula las cortinas
que jamás volverá,
nos hace preguntar:
Who are you?
Who am I?
Who are the people?
What is the meaning of your life?
What are we doing here?
(Esa Supernova de cinco puntas
que revienta sin avisar
en la explosión mas grande
que se pueda imaginar)
Las coreografías de las cortinas
no responden;
nada quieren explicar;
me salgo por un paisaje
y vuelvo a entrar;
de nuevo la brisa,
con sus silencios y ausencias,
sigue en su intacto
balet ancestral
(Nada responde en el Universo:
ni sabe que estamos aqui...)
Me salgo por el mismo paisaje
que siempre nos espera
por si algo pudiéra pasar
y vuelvo a entrar...
todo sigue igual:
la misma Supernova
sin contestar...
Calor.