ni de una evolución natural ni de una evolución sana.
No se originó en el marco del orden cósmico general.
Por el contrario, el hombre se ha hecho a sí mismo
en contra de todas las reglas de la evolución natural
y en contra del orden de la naturaleza,
mediante la manipulación de su propio cerebro.
Su trayectoria desde mono hasta ser humano
ha estado plagada por una serie interminable
de actos delictivos contra las leyes de la naturaleza.
Se ha convertido en el genial loco del universo,
cuyo espíritu enfermo se torna
necesaria e inevitablemente en su fatalidad.
El ser humano todavía sigue ensalzándose a sí mismo
y al proceso que inició hace ya miles de años,
y al que denomina progreso.
No sabe que dicho progreso es el resultado
de su espíritu enfermo,
con el cual acelera su inevitable fin.
Se consuela de los sufrimientos que él mismo se ha causado sosteniendo su supuesto progreso del cual espera la felicidad que, sin embargo, no ha encontrado,
alejandose cada vez más de ella.
Pero en lo más profundo de su alma
siente cada vez con mayor claridad
que es víctima de un autoengaño.
Y algo le hace presentir también que se encuentra
en vísperas de unos tiempos funestos,
que no logra comprender ni dominar.
En éste silencio que precede a la tormenta,
contiene la respiración.
Escucha temeroso el lejano rumor del trueno,
con la esperanza de que sus sentidos le engañen.
Pero no le engañan"
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Sus palabras, en su esencia, a la luz y la oscuridad de todos los presentes, omne praesens, son certeras e irrefutables...al menos, naturalmente, que no recurramos a un Auto de Fé y las quememos como hiciéron con Giordano Bruno y los Bruno's del presente como Maerth cuyo gran pecado es el haber establecido unas coherentes hipótesis de trabajo ("pseudo-científicas", la llaman) con las cuales tratar de aprehender y descifrar nuestro torvo, extraño y criptológico origen del cual hemos hecho el Gran Tabú, porque como dice Maerth: "no existen tantas estupideces como las que se han dicho sobre el hombre" (y es que el miedo es el gran creador de las grandes estupideces). Esta misma cuestión ha interpelado siempre al pensamiento humano conduciéndolo a la búsqueda de un nuevo tipo de ontología humanística y real y que ya Kant vislumbró en la pregunta "was ist der Mensch?", qué es el Hombre?
El asunto del desenmascaramiento del alfa del "homo spientissimus" que lleva a cabo Maerth está entroncado, histórico-culturalmente (sobre otras avenidas, naturalmente) en Nietzsche, N., que, no solamente, vislumbró la muerte de Dios, sino la muerte de su asesino, el hombre, y que todo ello tenia que ser superado y resolverse mediante una transvaloracion de todos los valores. Para N., como para Maerth, el hombre es un "delicuente" (Su trayectoria desde mono hasta ser humano ha estado plagada por una serie interminable de actos delictivos contra las leyes de la naturaleza)
Dice Nietzsche: "Jugaban cerca del mar, vino una ola y se llevó sus juguetes hasta el fondo. Helos aquí que se echan a llorar. Pero la misma ola debe traerles nuevos juguetes y esparcirá ante ellos nuevas conchas multicolores."
De esta forma, el filósofo alemán describe la experiencia de disolución, sin precedentes, de la certeza en que se afianzó nuestro conocimiento: la caída del edificio del humanismo y la antropología. (Y algo le hace presentir también que se encuentra en vísperas de unos tiempos funestos, que no logra comprender ni dominar)
¿No es éste el "hic et nunc"
--el aqui y el ahora--
del ser humano hoy en día?
A éste escenario llega Foucault, F., con ropas nuevas y estimulantes, e introduciendo su propia arqueología del "Der Anfang war das Ende" de Maerth, comienza negando todo atributo esencial y suprahistórico del hombre en tanto categoría del pensamiento, para considerarlo como una mera construcción que un saber reciente e inestable basado en falsa trascendentalidad. "El hombre es una reciente invención y desaparecera muy pronto como un rostro que se ha dibujado en la arena al borde del mar" (Escucha temeroso el lejano rumor del trueno, con la esperanza de que sus sentidos le engañen. Pero no le engañan)
Consideramos y relacionamos el foucaultiano símbolo del rostro plasmado en la arena que desaparecerá muy pronto con esa ola nietzschiana que se llevó nuestros juguetes hasta el fondo --todas las supercherias que nos hemos fabricado sobre nosotros mismos-- cuándo jugabamos cerca del mar a montar y cubrir el genuino conocimiento de lo que realmente somos...y todo ocurre, en N. y en F., en los límites del mar. (Escuchando temerosos el lejano rumor del trueno)
Se sugiere, así, la dimensión abierta del océano, su condición simbólica de elemento purificador y de territorio de la posibilidad y la incertidumbre. El mar es el lugar de las aventuras y de la perdición, donde se puede ser prisionero del viaje y estar encadenado a la encrucijada infinita de los mil caminos como ocurre con la "nave de los locos" dónde vamos embarcados. Pero, además, el mar puede ser el espacio de la creación y el descubrimiento, dónde el navío se entrega a lo infinito de la imaginación y de los sueños.
Todo ésta compleja carga de significados es la que contiene el mar como símbolo y, también, la que rodea al acontecimiento de "la muerte del hombre" en Foucault y a la frase de Nietzsche: "el hombre es una enfermedad sobre la piel de la Tierra", y todo ello encaja, en cierta manera epistemológica, con la pesimista visión de Maerth que cree que el progreso --humano-- es el resultado de su espíritu enfermo, con el cual acelera su inevitable fín, y que los sentidos que nos predicen el lejano rumor de -éste- trueno no nos engañan.
Pero Kiss Maerth no nos quiere dejar en ésta penumbra, y subiéndose en esa misma ola nietzschiana que debe traernos los nuevos juguetes que esparcirán ante ellos nuevas conchas multicolores, nos dice, al final de su "Der "Anfang war das Ende", 'El Principio era el Fin", que tal vez este fin puede hacerse reversible y regresar a otra clase de principio desde el cual partir por caminos distintos para salir de este cul-de-sac del presente, nos denuncia claramente el global canibalismo del capitalismo, pero propone una idílica e irrealista solución al ser humano y su patología, que, dada su galopante magnitud, se encamina inevitablemente hacia la fase final de su existencia:
"Hoy en día, el mundo está escindido en dos partes: una minoría de ricos saciados y una mayoría de pobres hambrientos. Debido al sistema económico imperante, los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Pero lo extraño es que, al mismo tiempo, los ricos también acaban cada vez más desgraciados y comienzan a repugnarles su propia abundancia.
La causa de este sistema insostenible a la larga es una potencia espiritualmente trastornada: los Estados Unidos de Norteamérica.
Los 211 millones de habitantes de éste país suponen menos del 6% de la población mundial, y, sin embargo, poseen aproximadamente el 50% de todos los bienes materiales de todos los continentes, de los que se han apropiado mediante la astucia, la extorsión y la fuerza. Utilizan tales bienes para mantener a flote un sistema económico desconocido anteriormente y completamente absurdo, que puede quedar reducido a la siguiente fórmula: cuánto más produce, consume y desecha el hombre, tanto más feliz es, dado que la producción ininterrumpida le permite una ocupación continua y su sueldo le permite comprar nuevos bienes para lanzarlos luego a la basura.
Esto ya no es capitalismo, sino una verdadera masturbación económica, que sólo puede ser mantenida a costa de la mayoría de la población explotada y de la habitabilidad de la Tierra. El que dicho sistema idiota y cruel floreciera precisamente en América tiene a su vez unas razones biológicas que desarrollaré en mi próximo libro.
El mayor continente de la Tierra es Asia, dónde viven dos terceras partes de la población del planeta. La península occidental de éste continente, que se llama Europa y se imagina ser un continente autónomo, ha tenido el valor de dar la espalda a la población diez veces más numerosa del Este y de colocarse al servicio de la mayor potencia saqueadora de todos los tiempos, adoptando su mismo sistema económico misantrópico. Esta alianza constituye una traición a la humanidad. Si Europa no recuerda que forma una unidad geográfica y biológica con Asia, que su filosofía y cultura son de origen asiático, y a pesar de ello no vuelve a colaborar con Asia, la humanidad no tiene las más mínimas probabilidades de superar su creciente miseria y los peligros mortales que de ella se derivan.
Debido a ello, la tarea más importante y urgente de todos los pueblos es la de romper todas las relaciones económicas, militares, políticas y culturales con los causantes de este sistema, con el fín de que su poder se derrumbe lo antes posible.
Pero ésto tan sólo sera posible con las premisas de los siguientes pasos indispensables:
Todo individuo, cualquiera que sea la raza o sociedad a la cual pertenezca, deberá transformarse radicalmente, satisfaciéndo tan sólo sus auténticas necesidades materiales, trabajando sólo para ellas y adoptando una forma de vida sencilla, sana y lo más natural posible. Esto se refiere en primer lugar a las gentes del mundo occidental, cuyo vergonzoso problema consiste en saber cómo adelgazar sin comer menos.
El hombre -asi- se dará cuenta de que con ello no habrá de sacrificar nada, sino que, por el contrario, se liberará de todas las necesidades falsas que le han sido impuestas y para las cuales ha estado trabajando hasta ahora, complicando y amargando innecesariamente su vida. Entónces comprenderá que su vida sencilla, pero rica en contenido, merece ser vivida.
La autoliberación es una obligación inexcusable de todo individuo y las circunstancias obligarán cada vez a más personas a dar ese paso. Al principio se tratará tan sólo de una minoría decidida a emprender la nueva forma de vida. Pero el riachuelo se convertirá en enorme corriente.
Conjuntamente con su número también crecerá de forma insospechada su poder, y nadie mostrará comprensión por quienes no cumplan la ley del momento, quienes serán considerados enemigos de la humanidad empeñada en sobrevivir y serán tratados consecuentemente.
Tan sólo si el individuo se domina a sí mismo y mediante su resistencia pasiva obliga al sistema establecido a doblar las rodillas, la humanidad podrá renunciar al empleo de la fuerza y se ahorrará más sufrimientos.
Los nuevos dirigentes de la humanidad serán ascetas salidos de entre la juventud que hoy todavía contempla sin meta alguna el oscuro futuro. No tendrán necesariamente una formación escolar superior tradicional, lo que reduce de forma peligrosa el pensamiento libre. Pero darán ejemplo con su pensamiento filosófico y su forma de vida sencilla, mostrando la única vía practicable.
Este acontecimiento es inevitable, y no hay poder humano alguno que pueda pararlo. Así pues, la juventud de hoy debe ignorar todos los pronósticos, metas y normas de actuación de finalidad diferente, emitidos por «especialistas», «expertos», políticos y otros individuos con miopía mental. Debe liberarse del terror ejercido por los pseudointelectuales y avanzar impertérrita en dirección al sol naciente, que marca el único camino hacia la supervivencia.
Cuándo esta juventud emprenda su marcha, penosa y dura, 3.000 millones de personas le desearán éxito, y cuando llegue a la ansiada meta, le mostrarán su agradecimiento los 6.000 millones de personas que mañana querrán vivir dignamente en nuestro planeta"
Oscar Kiss Maerth,
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PD:
'La causa de este sistema insostenible a la larga
es una potencia espiritualmente trastornada:
los Estados Unidos de Norteamérica'
Aquí estamos de acuerdo.
Pero en ésto otro...en éste otro...
"Los nuevos dirigentes de la humanidad serán ascetas
salidos de entre la juventud (...) Pero darán ejemplo
con su pensamiento filosófico y su forma de vida sencilla..."
"Cuándo ésta juventud emprenda su marcha
penosa y dura, 3.000 millones de personas
le desearán éxito, y cuándo llegue a la ansiada meta,
le mostrarán su agradecimiento los 6.000 millones
de personas que mañana querrán
vivir dignamente en nuestro planeta"
¿Sería ésta onírica producto
del aislamiento monacal
bajo el que escribió su libro
en el monasterio budista Tsin San?
Como el sueño de un deseo
--de una noche de verano
de jazmines y albahacas--
para arreglar las cosas, podría ser válido,
pero como realista respuesta política
a éste 'Titanic' en el que navegamos...
nos parece absurda.
Pero lo que nos sorprende es la tremenda
contradicción que se dá entre la brutal,
coherente y concisa patogenia evolutiva
del 'homo sapiens' que describe en su "Der Anfang..."
--la cual compratimos a falta de otra
mejor hipótesis que nos justifique
el omnipresente canibalismo que vivimos--,
y esos "ascetas salidos de entre la juventud...
que darán ejemplo con su pensamiento filosófico
y su forma de vida sencilla..."
La verdad: cuesta creer que en la PATOGENA
dictadura capitalista actual puedan generarse
esos jovenes ascéticos que un día dirijan el mundo.
Bueno, Oscar Kiss Maerth fue un multimillonario
...y demasiado nos dejó dicho, expuesto y denunciado
como para que ahora le exigamos al hombre
el por qué, también, no se embarcó
en el barco Granma con Fidel Castro.
Ya está bien.
Y aquí lo dejamos.