de estrellas vacías
cuya luz aún no ha llegado
a nuestra Tierra desde las lejanías.
Un rumor en el cielo,
en el horizonte,
en la ciudad,
en el día,
que levanta sus velos.
Un posible flotando en lo imposible
a lo que pertenecemos,
y, al mismo tiempo,
un querer salir de lo contingente
que deriva de nuestros encierros.
Lo posible es soñar
que el alquilado es dueño
de su propia vivienda
ante la absoluta imposiblidad
de escapar al desahucio
que se aproxima en silencio...
Tal vez ese rumor
de estrellas vacias
que inunda el día
venga acompañado
--para paliar la herida--
de esa luz que aún no ha llegado
a nuestra Tierra desde las lejanías...
(Tal vez por eso decía H.
que 'El hombre es un ser de lejanías',
porque, quizás, desde allá,
nos puede llegar lo posible
de una luz que siempre
viene en camino
desde nuestras estrellas vacías)