Son los tiempos en los que se nos exige el deber ontológico de vivir contentos y de ser felices; de superar las dificultades y obstáculos con una actitud alegre y constructiva, y el de achacarnos que de todo lo que nos pasa tenemos nosotros la culpa; y es el pensar que tenemos que empezar por arreglarnos nosotros mismos antes que responsabilizar a la política de los que nos joden. Parece ser que éste tipo de personas compran y consumen más y son los que demandan y protestan menos, lo cual siempre es muy estimulado y ensalzado por todos los esclavos que recogen el algodón del rey de palacio. Y de aquí la exigencia y la triste y compulsiva obligacion de marras.
Es el cosmos de las sonrisas y damas bellas
que en la TV nos dan noticias de catástrofes
y genocidios bestias mientras les miramos las tetas.
Es el refulgente ser positivo que se suicida
después del desayuno
Es el no mirar para el lado turbio de la realidad
en la que estamos envueltos a cada rato
para no marearnos.
Es el nadar y no bucear en las aguas
por dónde navega nuestro barco
y no vomitar mientras soñamos.
Es la cloaca de aguas cristalinas
dónde nos bañamos para no ahogarnos
Es el ver las cosas sobre la democratica fé del dialogo
aúnque después con un puñal dejemos
a nuestro interlocutor lisiado.
Es el obligarnos a estar satisfechos y aceptar
todo el cotarro para despues ser defenestrados.
Es el vuelo de la moderación
del que siempre caemos en picado
Es el tratar de no molestar ni cambiar
la opinión de nadie después de estrangularlo.
Es el estar entretenido y pasarlo bien
para despues caer en una depresión por años.
Es el divertirse y tener "fan" cuándo el fan-dango
nos degolla sin cantarlo.
Es el pasárselo lo mejor posible para tres días locos
que vamos a vivir en el sanatorio que nos han asignado.
Es el reir y reir hasta que las lágrimas
colapsan nuestro corazón destrozado
Es el no decir nunca la verdad
para no molestar lo censurado
Es el aparentar tranquilidad
cuando el maremoto
ya nos ha alcanzado...
y seguimos con la triste obligación
de engañarnos para que los otros
no se den cuenta ni cuestionen
el nítido juego de manos
en el que todos participamos...
La triste obligación de ser felices
creyendo que es el alba en lugar del ocaso;
es un 'campo mórfico' que, más que nunca,
nos está canibalizando...
-----------------------------
Un servidor cree --aúnque también puede ser que ello sólo sea otra forma de engañarnos-- que se ha sacado esa triste obligación impuesta desde arriba por decreto ley.
En su lugar hemos aceptado el Ananké --Principio de Realidad freudiano-- del Zen que nos abofetea diciéndonos: "Ni una teja sobre la cabeza ni un ladrillo bajo los pies".
Nada.
Nada que nos proteja.
Nada dónde apoyarnos.
Sin protección ni apoyos **
Tan sólo con el bastón del coco
andar los caminos hasta que lleguemos al hoyo
igual que cualquier criatura de la Tierra
con las que compartimos
ésta única conciencia que la vida
introduce en nosotros...safados ya de la triste obligación
de marras impuesta desde arriba por decreto ley...
** "Las aves del cielo tienen sus nidos
y las alimañas sus guaridas,
pero el Hijo del hombre
no tiene donde apoyar su cabeza",
(Cristo)