Pedro Sánchez cometió lo que en el "reino de España" es pecado mortal: decirle NO al Partido Popular de antigua trayectoria franquista, derechista y corrupto hasta su médula espinal.
El mensaje es claro porque al árbol doblado hay que enderezar para que éstas clases de NO's no se extiendan por el consciente y subconsciente de la población en general, porque sino se convertirían en un mal ejemplo a imitar. Y en ésto la plutocracia es coherente y eficaz porque aquí si que sabe trazar perfectamente las metas que hay que respetar.
Pedro Sánchez declaró en su día la verdad acusando especialmente al periódico El País y también a los sectores empresarial y financiero –de los que evitó especificar más nombres que el de César Alierta, expresidente de Telefónica– de trabajar para evitar un gobierno progresista:
"Ha habido determinados medios de comunicación que me han dicho que si hubiera entendimiento con Podemos ellos lo criticarían. El País ha sido uno de ellos. Una de las explicaciones por las que la línea editorial haya sido tan abusiva e incluso insultante en lo personal ha sido por que pudiera haber un entendimiento entre las dos izquierdas".
"Me reuní con los responsables de El País y me dijeron que o Rajoy o la línea editorial de El País no iba a ayudar para que hubiera un gobierno progresista liderado por el Partido Socialista"
Lo creemos.
No es la primera vez que ocurre.
Es obvio que los medios oligárquicos no estaban dispuestos a renunciar a ver al Partido Popular en el poder. Y la posible alianza del PSOE con Podemos y la izquierda había que detenerla por doquier.
Asi que el Partido Socialista Obrero Español, bajo la misma cúpula ideológica que lo fundó y con la batuta de Felipe González (que según el profesor, James Petras, --uno de los mejores analísticas políticos del momento--, "debe ser reconocido como un delincuente internacional"), funcionando a toda acción, lo decidió: expulsar a Pedro Sánchez y su NO
Y Pedro Sánchez se convirtió en el exilado
En el fantasma que se atiene dignamente a su NO
Y desapareció.
Lo desaparecierón.
Y fue castigado por su pecado mortal,
con bendición del Vaticano y la curia sacramental.
Ahora no sabemos por dónde anda ni con qué clase de cura se tendrá que confesar para que lo absuelva por ésta clase de transgresión fatal. Y no sabemos tampoco ni por qué carretera viaja en su coche haciendo su misión: la de convencer a las gentes con la posición de su histórico NO.
Y todo ésto viene a colación porque hemos visto unas imágenes de él en la televisión, y no es que seamos de la social democracia ni del orwelliano doublethink de eso del 'Socialismo Obrero Español', no; pero sentí por él, no sé...como una nímbica lástima solidaria, como un sentimental apoyo a un gladiador sólo (¡los mismos que participaron de su NO lo han abandonado!) que se atrevió a decirle al palco dónde estaba el César presenciando el espectáculo que NO, que él no iba a ser cómplice de una pandémica y horrenda corrupción, y que se mantedría asi hasta el final, en la arena del circo, por principo y dignidad.
Y sabía, sabía lo que se jugaba, porque eso en la sangre y arena del ruedo del "reino de España" era ser cogido por el toro con herida fatal, era y es un gran pecado mortal que ni lo perdonaría el Cesar ni su Majestad.
Y por eso sentí por él esa extraña pena y confraternidad, porque en la España de Machado --que sigue y seguirá siendo suya--, la que nos hiela el corazón, no se oyen ni se escuchan ésta clase de NO's: tan solo, SI, SI SEÑOR; porque parece ser que, por un miedo atávico que nos han introducido, el del palo y el terror amasado, sólo sabemos decir, SI, SI SEÑOR.
Porque si a una banda política de génesis franquista, cuajada de expolios, ladrones, sinverguenzas y supina corrupción, aquí, en el reino bobónico, un partido "socialista obrero" nos castiga al decirle NO...es que estamos existiendo en una psicopatología de la vida cotidiana que no tiene perdón de dios como ese pecado mortal de Pedro Sánchez que le causó su exilio y desaparición.
Y me pregunto, para terminar, ¿y la militancia PSOEdiana y sus jóvenes miembros?, ¿qué piensan?, ¿qué sienten?. ¿Cómo pueden consentir, sin reaccionar, que su secretario general --el primero, creo, elegido, no por los de arriba, sino por los militantes en general-- sea exilado y eclipsado por la coherencia y ética de su NO?
¿Qué pasa hoy en día?