Introducción
Primero fueron los hombres,
las mujeres,
los ancianos,
y ahora son los niños.
Los ordeñadores del rebaño
no respetan nada que se mueva
y que sea susceptible de ser exprimido
e incorporado a la gran maquinaria explotadora
para igresar en ella cuanto antes
y extraer ganancias,
provechos,
dineros y destinos.
Ahora los destinos de los infantes
han sido atacados a maza y martillo,
y sus inocencias, de puro cristal cristalino,
también corrompidas ya hasta los tuétanos
para hacer de ellos nuevos soldados
que empiecen a marcar el paso
con los adultos de éste colosal ejército
de "homo consumens",
zombis y marionetas
de un mundo de servidumbre moderna
sin alma, sin cielos y sin estrellas
que alumbren lo que pensamos y sentimos...
Pero lo horrible es que ésta nueva clase social
no puede defenderse,
no tiene sindicatos
ni partidos políticos,
y no puede a optar al mantra
de "¡Niños del mundo, unios!"
No pueden.
Pueden hacer con ellos lo que quieran.
Claro que primero lo han hecho con sus padres,
con la familia,
con el núcleo humano primitivo,
con la esencia humana
que desde el alfa fundó a la humanidad
y que Herbert Marcuse ya denunciaba en 1932:
Cristo
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Bajo la Dictadura Capitalista, DC (llamada 'democracia participativa'), los adultos se idiotizan e infantilizan y los niños se adultizan.
La infancia esta siendo destruída; la conducen, rápidamente, al zombismo de la esclavitud asalariada.
El capital ya no puede perder el tiempo en esperar a que el niño crezca para explotarlo e incorporarlo al consumismo, a la 'independencia individual'
El interés privado ya no puede esperar más tiempo a que el niño crezca, no: ésto representaría una 'perdida de inversión'
La DC no ha tenido más remedio, una vez reducido el adulto a un cacharro obediente y consumidor, que destruír la infancia para asegurar su futuro.
Con la niñez controlada, y, consecuentemente, con la juventud aliñada, el futuro queda a total disposición de los opresores.
Según un reciente estudio realizado en España, el 49% de los niños de entre 5 y 12 años pasa menos de una hora al día al aire libre. El porcentaje equivale a más de 2 millones de niños, pero no es el único. La popularización de internet y la tecnología ha provocado un salto tan destructor en el cortex cerebral infantil que los niños han dejado de ser niños: se convierten en adultillos teratoligizados. Todo lo empiezan temprano para después, ya tarde, acabarlo mal. Un 'mal' que para el régimen es una bendición sacramental.
Niños de cinco a 12 años de edad --en la "civilización" occidental, y, claro, con padres que hayan encontrado trabajo--, ya no dedican sus ahorros semanales a comprar sólo dulces. Hoy saben negociar y buscan servicios que los conviertan en clientes distinguidos y diferenciados. Y es que sus gustos simplemente cambiaron. Les interesa vestir a la moda, investigan sobre los juguetes más novedosos, conocen el manejo de los aparatos electrónicos y los usan sin ninguna dificultad. Además, sus padres están cada vez más preocupados por brindarles las mejores opciones en entretenimiento y educación, decisiones en los que las infantes también participan.
"Toda mi infancia es pueblo: pastores, campo, cielo, soledad...He tenido una infancia muy larga, y de esa infancia tan prolongada me ha quedado esta alegría, mi optimismo inagotable. Esta risa de hoy es mi risa de ayer, mi risa de infancia y de campo, mi risa silvestre..."
Federico Garcia Lorca
Asi que dijeron:
"Se acabó. Esto no volverá a ocurrir. Asi no tendremos que fusilarlos después como hicimos con Lorca. Mejor, para inmovilizarlos, le damos un móvil --y demás cacharros-- a cada uno...Y a los que queden que entren a formar parte de la industria de la esclavitud laboral, que se los follen los curas o ingresen en la industria pornográfica. Y asunto solucionado"
No nos sorprendería que un día le quitaran los video-juegos a los niños y los mandasen a la guerra...¡con el consentimiento de los padres!