¿Dónde queda el ritmo del pasado,
esas maletas vacías
que vamos acarreando
y que un día, al abrirlas,
encontramos en ella una música,
unos rostros, unos escritos,
unos dados que, al ser tirados,
con un comienzo y un final de algo,
quedan de nuevo devueltos a las maletas
como si nada hubiése pasado?
Que extraño y arcano
es el transcurrir del tiempo humano...