Nos mató la verdad
Nunca se oye ésta frase.
Es una clase de 'sintonización' muy especial
Por eso, el otro día, cuando me acudió a la cabeza como si hubiése tenido una cita previa con ella en mi sala de espera, la hice pasar de inmediato.
La frase era una señora alta, delgada, de expresión conciliadoramente desafiante, pero de mirada penetrante que se clavaba como un diamante.
Vestía elegantemente con mesura calculada.
Sus manos, al hablar, gesticulaban una especie de coreografía simbólica dónde danzaban sus atrayentes sus palabras. Parecía estar de vuelta sin saber circunvalar, como esa clase de confianza que se monta en neutro pedestal.
--He venido a visitarle para que usted me ayude a desmontar el mayor embuste de todos los tiempos de que la 'verdad nos hará libres', cuando, en realidad, la historia de la humanidad ha sido y es todo lo contrario: venimos escapándonos, inútilmente, de la verdad desde que quedamos separados de la Naturaleza y, artificalmente, de espalda a Ella, tuvimos que evolucionar. Este ha sido siempre el llamado 'progreso'. Porque, naturalmente, si fuese cierto el citado tópico no hubiésemos construído éste mundo de mentiras en el que vivimos. ¿No cree usted? Nos esta matando la verdad. Tenemos que secuestrarla antes de que sea demasiado tarde--
Me quedé parado.
Quieto.
Mirando sus ojos,
sus manos,
inmóviles ahora que había callado
Un silencio tallado envolvió la estancia
como si una misteriosa escultura
nos estuviése observando
Al final acerté a decir:
--¿Y como cree usted que la podré ayudar
...en su proyecto?--
--Muy fácil: experimentando conmigo la verdad y dándose cuenta de como nos está matando, y asi, una vez convencido, al experimentar empíricamente la certeza de lo que le digo, me podrá ayudar a propagar ésta verdad--
--...Un momento: si fuese verdad que la verdad nos mata, ¿no nos mataría también la propagación de ésta otra verdad?--
La elegante señora se levantó y se fue sin decir nada
pero dejando atrás un sahumerio de aporías aplazadas.
Y yo seguí con mis hermosos axiomas enjaezados, esos dónde los jinetes cabalgamos en busca de cortinas que cubran paisajes y orillas que no nos hacen falta y dónde la lucha y esperanzas de los pueblos levantan el arcoíris del mañana...