A quíenes seáis lo que seáis,
estéis dónde estéis
en ésta alienante fantasmagoría
de la Internestación:
Hacédme un favor,
haceros un favor,
parad la rueda,
parad la noria...
dejad las muletas y el baston:
¿Queréis conocer
la Belleza de una Diosa,
de una diva,
y una música que la penetra
por la gracia divina?
Fijaros como respira...
como ritmifica su pulso,
el latido,
acompasado,
de su metrodone,
de su sexo,
de su alma,
de su corazón;
con que gracia y pausa
fluye de toda ella
el halo-duende de su voz...
Es un magico dominandi
que nos alza y nos sublima,
y que nos saca
de este estúpido y absurdo mundo
que nos esclaviza...
Se llama Anna Netrebko.
Os la presento
...Aqui viene bajando
por las escaleras...