"La Metafísica no es Metafísica
sino para quien la necesita...
para quien no, es una serie de palabras
que carecen de sentido."
Ortega y Gasset
Hoy, después de haber salido del imperio del sol naciente y poniente, por primera vez, he podido encontrar ese hueco, esa puerta misteriosa por la que entrar a la Metafísica, esa región que, en la topografía humana, yace escondida, indesarrollada y lejana porque las cuitas y pragmatismos de la subsistencia diaria taponan sus postigos y ventanas, hasta que llega ese momento distinto de caida, de parada, cuando ya no tenemos que hacer nada ni entretenernos para desviar miradas, y, pudiendonos ya bajar del tren y del zumbido que nos llevaba, nos apeamos del vagon que nos cargaba a contemplar el paisaje de dentro, el de los esteros y marismas donde nuestras aguas se estancan, se diluyen, se arremolinan y pasan...
¿Que es la Metafisica?
Decia Ortega y Gasset, que era un maestro en esta materia, que la Metafisica solo existe para el que la necesita. Y los que la necesitan son siempre los mismos: los que quieren saber si su status en la vida es el de propietarios o el de inquilinos, si poseen la casa donde viven o estan arrendando, y, consecuentemente, un dia, un dia, llegara el amo de la vivienda para comunicarle que ha expirado su contrato --no el 'social' de Rousseau, sino el individual que, contra nuestra voluntad, hemos firmado-- que ha terminado, que necesita la vivienda para el proximo arrendatario. Y asi somos desahuciados.
Pero al contrario que otras veces, porque en la existencia nos desahucian muchas veces de otro tipo de casas y avenidas-, esta vez no tenemos donde ir, esta vez es un desahucio final donde lo perdemos todo, todo lo que somos, tenemos, queremos, amamos, deseamos, soñamos...perdemos la vida. Es la muerte.
Y hay que preguntar:
¿Que beneficio nos trae el pensar en todo esto?
Respuesta:
Ninguno.
La Metafísica no trae beneficios ni ganancias.
Nada hay que usufructuar.
Esto no es una empresa de inversores.
Es el alegato, par excellence, de la verdad.
Y aqui no hay lucro ni rentabilidad;
hay tan solo el resplandor igneo de la realidad
Al bajarnos del tren y del zumbido que nos llevaba, solo obtenemos el haberlos dejado...no habiendolos dejado,
el separarlos de nosotros para poder ir al encuentro de la Metafisica, del darnos cuenta de que no vivimos como propietarios, sino como arrendatarios, y que un día, un día, llegara el dueño de la vivienda --con orden judicial del 'otro lado'-- y dasahuciará sin apelaciones y sin mas plazos.
Esto es hacer y desahecer la Metafisica,
la del menesteroso, la del necesitado.
Ahora llegamos a un punto, muy, muy delicado, porque se abren dos bifurcaciones que nos llevan a distintos lados:
el rebelarse o el aceptarlo.
Rebelarse...para qué, se nos dirá con razón y Logos alzado.
Y es verdad, para qué...si es el orden natural adonde llegamos y existimos hasta que se cumpla nuestro plazo y aqui no hay nada que hacer, hermanos...
Bien.
Correcto.
Pero ocurre que en realidad no pasa asi y nunca lo aceptamos, nunca.
¿Y qué ocurre?
Pasa que, aunque nunca lo aceptamos tenemos que aparentar todo lo contrario, la resignación, la conformidad, acatarlo.
Y aparentar, cuesta, tiene costos y precios altos.
Y para no pagar éste precio surge el Rebelde Metafísico.
El rebelde metafísico es simplemente el que dice:
no contar conmigo para aprobrar todo esto:
yo, simplemente, no estoy de acuerdo, me rebelo,
me rebelo como desahuciado.
Porque un desahuciado sin rebelarse pierde su status de humano para convertirse en un esclavo: esta de acuerdo con el amo que viene a quitarle la casa por la que sigue pagando, puntualmente, su hipoteca, sus compromisos y todo lo que ha firmado...¿Como aceptarlo, como acatarlo?
Tenemos que pasar este efimero viaje por el que vamos, con dignidad, como dioses, como si fuesemos nosotros los amos, los dueños de ésta vida de 'homo sapiens' que nos han dado. Si, sufriremos el destino del desahucio, pero erguidos, nunca de rodillas suplicando perdón y sumisión a un orden que nunca aprobamos.
Y al igual que el Rebelde de Albert Camus, decimos:
"¡Me rebelo, luego existo¡"
El Desahuciado no puede tener otro grito.
Esto es lo unico que tiene y que le queda.
Lo contrario sería ser un muerto vivo.