Efraín Chury Iribarne: La ultraderecha ganó las elecciones en Argentina este domingo, y hoy ya anunció que buscará expulsar a Venezuela del Mercosur; que negociará con los fondos buitres y volverá al FMI. Queríamos escuchar tu análisis sobre esto.
JP: Primero debemos anotar que el modelo de extracción de capital agro mineral como base de la economía ya se agotó hace tiempo –como lo hemos dicho aquí-. La idea de que se pueden compartir los grandes ingresos entre capitalistas, financieros, trabajadores, pensionistas, es un modelo que se agotó. Hay que elegir entre obreros o capitalistas.
(Nosotros creemos de que la dictadura capitalista nunca pensó en "compartir los grandes ingresos" con nadie, nada mas que entre ellos. En la cofradia burguesa la palabra "compartir" esta borrada del diccionario. Como escribió Marx: “El capital experimenta horror por la ausencia de ganancia… Si la ganancia es adecuada, el capital se vuelve audaz (…) Al 20 por ciento, se pondrá impulsivo; al 50 por ciento se vuelve temerario; por el 100 por ciento, violentará todas las leyes humanas; y por el 300 por ciento no hay crimen que lo amedrente, aunque corra el riesgo de que lo ahorquen” Estamos ahora en la fase de ese "300 por ciento". Lo que ha ocurrido es que cuando se dio el paso transferencial de ese "300 por ciento" al '10.000 por ciento' de hoy en día, la eleccion 'entre obreros y capitalista' se hizo bizantina porque los gobiernos 'progresistas', como inutiles amortiguadores de los irreconciliables antagonismos de clase, quedaron desenmascarados porque solo sirvieron como pantallas 'jacobinas' de la oligarquia burguesa)
En ese sentido, los gobiernos auto titulados progresistas no querían enfrentar esta realidad y comenzaron a perder apoyo entre los sectores populares y particularmente de la clase media, como ha pasado en Brasil, Argentina, Uruguay y últimamente en Venezuela y otros países.
Entonces, ante el hecho de que el deterioro empieza a afectar el bolsillo y la inflación empieza a despertar, podemos decir que la idea de que hay que ir más allá del populismo y del nacionalismo, hacia el socialismo, estaba sobre la agenda. Y cuando los gobernantes de esos países no tomaron ese camino, prepararon el camino para que vuelva la derecha, aprovechando las dificultades económicas que afectan a sectores populares y –obviamente- con el gran respaldo del capital nacional e internacional. Eso ha pasado en Argentina.
Ahora, este agotamiento dejó al país polarizado en una forma indirecta. Claramente Scioli no representaba una alternativa socialista ni progresista en el sentido popular. Pero el país queda sumamente polarizado y en ningún sentido Macri tiene un mandato para estas medidas extremistas que está preparando.
Debemos esperar que Macri lance una ofensiva fuerte, empezando con el nombramiento de su gabinete. Según escuchamos en Wall Street, está preparando un equipo como el de Cavallo y los ultra neoliberales más agresivos. Entonces ese gabinete será la primera medida que mostrará la cara ultraderechista.
Ya los grandes capitales aquí están esperando las privatizaciones, la liberalización, están preparando las maletas para una invasión capitalista internacional imperialista a Argentina. Un imperialismo por invitación.
Y Macri -no hay ninguna duda- va a adoptar medidas que van hacia la devaluación del peso argentino, que resultará en una gran pérdida del poder de consumo de los trabajadores, pero favorecerá enormemente a los sectores financieros. Esta devaluación es lo primero.
En segundo lugar vendrán los recortes fiscales, lo que va a provocar una gran caída en lo que perciben los beneficiarios de pensiones, los empleados públicos y cualquier otro sector social que reciba alguna transferencia pública.
Eso también tiene enormes repercusiones, porque como hemos dicho, la sociedad argentina se ha polarizado. En este caso, podemos decir que un sector popular y particularmente la clase media, ha decidido caer en la trampa del “cambio”, sin saber exactamente qué significa ese cambio.
Y una cosa más, si los argentinos son quejosos también saben luchar por las cosas que afectan su bolsillo. Entonces, los mismos que votaron por Macri –o al menos algunos- son los que van a salir a la calle una vez que el impacto social y económico empiece a afectar su bolsillo, sus ingresos, sus empleos, las posibilidades de conseguir algún seguro social, etc.
Creo que esto va a detonar en la lucha de clases más feroz que hemos visto en los últimos tiempos, va a despertar esa capacidad de huelgas generales que solamente encontramos en Argentina y tal vez en Uruguay. Y ese también va a ser un gran obstáculo para que Macri pueda realizar sus políticas.
Si trata de seguir a pesar de los conflictos, a pesar de la resistencia, podría llegar a ser algo muy grave.
Es decir, la clase obrera más o menos dormida durante el período de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, va a despertar abruptamente y vamos a ver una intensificación de la lucha de clases en todo sentido.
Ese es un pronóstico por los que están llorando ahora por el agotamiento del modelo progresista. Era inevitable, porque el modelo progresista no era progresista. Era una política económica muy contradictoria y las bases eran reaccionarias, a pesar de que la política de bienestar social era positiva. Las bases eran bastante reaccionarias porque el eje eran la gran minería, la gran agricultura, los exportadores y los financistas.
Y ahora, con Macri, la coincidencia entre sectores reaccionarios y gobierno va a fomentar enormes conflictos. Y yo creo que dentro de seis meses vamos a ver otra coyuntura.
Las fiestas de Macri hoy van a terminar en las calles con otro tipo de actividad que no es exactamente abriendo champagne y bailando sobre el escenario.
Vamos a ver otro tipo de confrontación, piqueteros y otras formas de Resistencia.
EChI: Pasemos al tema terrorismo, Francia, Bélgica. ¿Cómo podemos analizar esto?
JP: Hay dos terrorismos. Está el terrorismo de Estado ahora, que está violando todos los derechos constitucionales de la ciudadanía, negando a cualquier persona el derecho de asamblea, de libertad de expresión, de posibilidades de manifestar alguna discrepancia. Ahora hay un Estado de sitio, hay una militarización. El terrorismo estatal está luchando contra el terror de los islámicos.
Los ciudadanos sufren el doble terrorismo, el terrorismo de los fusiles y el terrorismo de la Policía y el Ejército. Y lo mismo está pasando ahora en Siria, Irak, Yemen, donde los países occidentales están bombardeando ciudades, caminos, mientras el ISIS también bombardea y descabeza víctimas. Entonces hay una extensión y profundización del terrorismo en ambos lados, el terrorismo occidental que se llama “antiterrorismo” y el terrorismo islámico que habla de un nuevo mundo religioso.
En todo caso, los perdedores son la inmensa mayoría de la ciudadanía, los que están buscando cambiar los sistemas políticos y económicos y buscan defender la secularidad, la libre expresión, y también el bienestar de los pueblos. Y no hay ningún discurso ahora que encuentre espacio en esta situación de guerra entre los terrorismos estatales y territoriales. Y debemos entender este terrorismo como una política que no tiene nada que ver con defender la democracia, porque sabemos una cosa que nos hemos informado hace tiempo; que el terrorismo islámico recibe apoyo directo de Arabia Saudita y entrenamiento en Turquía. Ambos aliados de los países occidentales.
Y no sólo eso, porque también reciben armas de EEUU, que trata de distinguir entre terroristas occidentales y terroristas anti occidentales, cuando los dos están mezclados constantemente.
Es una situación de poca atracción para los turistas que van a Europa, pero peor para los ciudadanos que tratan de seguir su vida rutinaria. ¿Qué es peor, la amenaza de los islámicos o la presencia de militares y policías en cualquier lugar? Uno se sienta a tomar un café y ve fusiles por todos lados, quién sabe si un soldado nervioso no empieza a disparar por los fantasmas del terrorismo.
Estamos en una situación bastante autoritaria y amenazante y la declaraciones de los gobernantes en Francia, en Bélgica, los gobiernos que han fracasado en la crisis económica, utilizan este pretexto del terrorismo para fortalecer el autoritarismo, monopolizar los medios y proyectarse como defensores de la gente, mientras tienen historias de fracasos generando enormes desempleo y pobreza.
Lo que cultiva diferentes respuestas, incluso las respuestas terroristas.
EChI: ¿Qué otros temas estás abordando ahora?
JP: Una cosa que quiero comentar es el otro terrorismo que encontramos en Ucrania, donde los derechistas –el Sector de Derecha, se llaman- y los fascistas que están en el gobierno de Kiev, el gobierno golpista que tomó el poder con el respaldo de EEUU; han destruido las usinas de luz para Crimea, provocando apagones a gran escala. Han volado estaciones de energía, dejando hospitales, escuelas y cualquier otro edificio sin luz.
Ahora, son conocidos estos grupos terroristas, pero como son “nuestros” terroristas –como dicen los occidentales- no los persiguen, no buscan encarcelarlos. Ellos, junto con los gobernantes, son los responsables de lo que sufre Crimea, pero es parte de la táctica de hostigar a los rusos, hostigar a los pueblos ucranianos que no están de acuerdo con el golpe. Pero de eso no se habla en esta forma.
Cuando uno escucha la televisión hablan de grupos “rebeldes”, de los grupos “anti rusos”, no utilizan la palabra terrorista a pesar que volaron lugares violentamente, utilizando dinamita, para aterrorizar a millones de crimeos que están con Rusia.
Y ese es el tipo de doble discurso, hablar de terroristas cuando sólo afectan a personas occidentales pero hablar de rebeldes o desconocidos, cuando los terroristas están integrados en los equipos políticos occidentales, como es el caso de Ucrania.
:::::::::::::::::::::::::::::
James Petras esta considerado uno de los mejores comentaristas políticos del mundo por su objetividad conceptual y su coherencia analítica sin partidismos.
Dos de sus muchas obras notables son, "El Nuevo Criminal, Juicio a las Multinacionales" y "VENEZUELA, SOCIALISMO E IMPERIALISMO", Premio Robert Kennedy (mejor libro 2002)