de lo posible,
Paremos la cámara.
Y situemos a Goytisolo unos pasos atrás
encaminandose al rey borbón.
Y antes de agachar la cabeza
se queda parado frente a Felipe VI,
seguro de sí mismo,
mirandolo fijamente a los ojos
como si fuese el colofón
de su mejor obra literaria,
y, con voz pausada,
como si detuviera la eternidad
que a todos se nos escapa, dice:
Su Majestad, con la venia,
rechazo éste premio de sus manos
por razones que me gustaría explicarle.
¿Me concede Su Majestad el permiso
de poderlo hacer?
El rey y el auditorio quedan petrificados.
Una densa atmósfera aplasta las respiraciones
que han cesado.
Solo Goytisolo está en dominio
del tremendo campo mórfico
que él ha levantado.
El rey ha dejado de ser rey
y ahora no es más que un hombre acorralado
frente a una realidad
que nunca ha experimentado
Las personas presentes, inmóviles,
esperan un resultado que tarda siglos
en sellar aquel irreal cuadro.
Goytisolo sube al letrado
y empieza a explicar,
con razones como montañas,
el por qué a que el rey
le entregue el premio se ha negado.
Al día siguiente todas las noticias
del mundo entero reflejan en sus titulares
lo que ha pasado...y su premio Cervantes
se transforma en el Don Quijote universal
que todos, por miedo, llevamos taponado:
"Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía"
produce razón,
para poder imaginar, navegar...
entónces si que el premio Cervantes,
y su Don Quijote,
hubiése retumbado en el mundo
como galardon imposible de olvidar.