Que duda cabe que $pain,
$, de dinero, pain, de dolor,
es un país del dolor de poder,
de Podemos,
y de vigor encumbrado.
Desde el Rey a don Pablo,
desde las coronas a las Iglesias,
pasando por el piso desahuciado
Todo es enhebrar la aguja
del verbo Poder dónde terminamos
en la primera persona del plural
del presente de indicativo que conjugamos:
Nosotros Podemos
Desde Felipe VI a don Pablo
pasando por todos los miembros
del tribunal que colabora
en el verbo recitado
Pero a veces,
de tanto conjugar el mismo verbo,
el mundo se nos torna trabucado,
perturbado, enrededado,
y ya no sabemos,
como dice León Felipe,
quíen duerme boca arriba
y boca abajo,
quíen es el que Puede
y quíen queda empalado:
"Y si no hubiese boca arriba
y boca abajo?
¿Y si no supiésemos tampoco
quíen es el que duerme al revés,
la lechuza o el murciélago?
¿Y si de tanto dar vueltas,
de tanto columpiarnos,
de tanto ir y venir del caño al coro
y del coro al caño
nos trabucasemos diciéndo,
¡Coño!, pero si no sabemos
dónde estamos?"