En el azul del alba
vuelan gaviotas nocturnas
que nunca regresaran
Lo efímero siempre está ahí,
con nosotros,
cercándonos,
llevándonos,
columpiándonos...
pendulum que trae y lleva
el Misterium del transcurrir:
Y de tanto ir y venir,
de tanto mecerse,
se hace omnipresente
en el hacer desaparecer
sin desaparecer.
Es su arte arcano,
su divinidad,
su arcoíris de vacíos
y llamaradas que llegan un día
...y al otro se van;
su látido sangíneo,
su perpetuidad,
ese Gran Columpio
en el que subimos al entrar
y que, poco a poco,
va perdiendo fuerza cinética
hasta que lo Efímero
impone su métrica,
su eternidad...
(Les Larmes de Jacqueline (Jacqueline's Tears) Op.76 No.2 /
Harmonies du soir Op.68 composed by Jacques Offenbach (1819-1880)
and dedicated to Arsène Houssaye)