No sé si a todo el mundo le pasa,
pero yo, siempre,
cuando me levanto por la mañana,
encuentro las ropas de ayer
que de nuevo me voy a poner
--soy un guarro--, al revés.
Y me digo,
--¿cómo puede ser, si ayer mismo
las tenía puesta al derecho?--
--...Ah, bueno, debe ser --, me dije,
--que ayer, al quitarmelas,
se quedaron del revés...--
Y al final no me aclaré
de si el revés era el derecho
o el derecho el revés.
A veces pienso que es la metáfora
par excellence de la vida del mono-vestido,
dónde el derecho del mono
es el revés del mono-vestido
Y por más que hagamos,
por más que sigamos progresando,
por más que nos propongamos,
disciplina, orden y ser un buen ciudadano...
nunca vamos a saber el por qué,
al levantarnos,
las ropas siempre las encontramos
del revés...
lo mismo que el mundo
que al acostarnos
lo veíamos derecho,
y ahora, con la luz del nuevo día,
lo vemos como un mundo al revés.
Y a veces nos cuesta saber por qué.
...Será que el mundo,
como los vestidos que nos ponemos,
también tiene su derecho y su revés...
y todo depende si al desnudarnos
por la noche para irnos a la cama
lo dejamos en un estado u otro
para a la siguiente mañana poderlo ver.