Nos han reducido al caso de los asaltados
de tener que resignarse
a saber cuánto les estan robando, con sólo ejercer el 'derecho'
en ésto estan basados hoy en día
los 'derechos humanos'.
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Las estadísticas que los mismos ricos nos facilitan son criminalmente escandalosas al respecto:
Cada vez menos acumulan más riquezas,
mas dinero...a costa, naturalmente,
de los que trabajan para ello,
y del hambre,
de la guerra,
de la muerte,
y del embrutecimiento colectivo
que riega éste rico estercolero.
Y la brecha entre los de arriba y los de abajo
crece y crece en años-luz con fórmulas
de muchos ceros.
Y leemos las noticias una y otra vez
desde nuestros grilletes y encierros
y nunca, nunca leemos, el corolario
que hay que sacar de ello:
que la dictadura de los ricos,
el capitalismo,
va viento en popa en todos sus veleros.
¿O qué esperabamos?
¿Que el manzano diera uvas
y el vino saliera del melocotonero?
¿O que el régimen burgués
destruyera al castillo feudal
para hacer justicia y redimir
de su explotación a los obreros?
No seamos ingenuos.
El régimen funciona como debe de funcionar,
para lo que surgió en su trayectoria histórica,
ni más ni menos; por eso esperar,
esperar que ocurra de otra forma
es pedirle peras al olmo en el colmo
de la falsa conciencia que las 24 horas del día
nos inculcan desde todas las pantallas
que inunda nuestros templos.
Y otra vez.
A repetir otra vez:
“El capital experimenta horror por la ausencia de ganancia… Si la ganancia es adecuada, el capital se vuelve audaz (…) Al 20 por ciento, se pondrá impulsivo; al 50 por ciento se vuelve temerario; por el 100 por ciento, violentará todas las leyes humanas; y por el 300 por ciento no hay crimen que lo amedrente, aunque corra el riesgo de que lo ahorquen”
Karl Marx
con la suntuosa bailariana
y dice, olvidandose de sus cadenas
y de su desconsuelo:
"1% de los más ricos del mundo
que poseen casi la mitad
de la riqueza global de la humanidad"
pueda haber crecido hasta
éste abominable punto