La flauta encantada de la rutina que nada demanda,
sólo ir tras de ella, a su compás, inercia en movimiento.
El flautista decidirá
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Y la rutina es sísifica,
y lo sísifico es una rueda,
noria,
circunvalación finisecular,
pero sin siglos,
sin calendarios,
sin fichas dónde marcar...
Es un manubrio en las mismas manos
de algo que no podemos adivinar,
porque ha estado siempre ahí,
junto a nosotros,
llevándonos y trayéndonos,
entre dos fronteras
sin que nunca las podamos cruzar...
La rutina es un pájaro que espera
en la misma rama del arbol
a que éste muera
para poder volar...
Una ola de mareas altas y bajas
pero que nunca se mueve
del mismo lugar...
La rutina ha derribado
muchos castillos en la arena
que un día,
'tedium vitae',
alzamos en la playa
a la que nos arrojó el naufragio
en aquella noche de tempestad...
Un péndulo que oscila sin oscilar
en un va-i-ven crepúscular
dónde poco a poco
vamos perdiendo
lo que está delante,
lo que está detrás,
para quedar envueltos
en una nube cilíndrica
que conduce nuestra voluntad...
La rutina contiene todo lo encapsulado
en huellas y fósiles enterrados
que en un momento dado
afloran sin verlos pasar...
La rutina nació --por transgresión--
la noche que nos arrojaron
del Eden ancestral,
de la Naturaleza,
y el fríó nos obligó a vestirnos,
y la razón a pensar,
y el timón se nos fue de las manos
al querer la embarcación controlar,
y no vimos que la Luna
seguía en el cielo
marcando los ciclos
por dónde iríamos a pasar...
Y no supimos
qué hacer con el Tiempo
que nos había tocado desovillar,
porque el hombre es la única criatura
en el Cosmos que se aburre,
que no encuentra el hilo de Ariadna
del laberinto dónde está...
¿Y qué es el aburrimiento
sino rutina amotinada
en el barco varado
que ya no puede navegar?
La rutina es sísifica,
y lo sísifico es una rueda,
noria, circunvalación finisecular,
pero sin siglos, sin calendarios,
sin fichas dónde marcar,
y, en cierto punto del atajo,
empieza a cansar...
Por eso he llamado
a ésta bitácora 'Sisifocansado',
para bautizarla correctamente
con ésta metáfora existencial
que dibuja los cotornos humanos
con oprecisión y lealtad.
¡Que palabra tan bonita,
azul mar y real...!
Sisifocansado es el primogénito
de la copula de la Rutina
con el dios Hábito del Espacio Sideral.
Porque el hombre
está expresado en el mito,
en la condena,
a ser absorvido
por el castigo ancestral.
Todos somos Sisifocansados
--sobre tangentes diferentes
a soportar y sublimar--
tratando inútilmente de disimular,
pero es útil ésta inutilidad
porque cuándo Sísifo
baja a por su roca
obtiene el lapsus de tiempo
que necesita para escapar
de la Rutina...
a la que después volverá.
Es tan sólo en lo efímero
de ese momento
cuando la conciencia,
rota la costumbre,
se pone a trabajar...