Ganando la Guerra de Información
Por mi cercanía al Presidente Hugo Chávez, estuve presente en el encuentro en el Palacio de Miraflores en Caracas y pude presenciar el intercambio de estas dos importantes figuras de la historia mundial.
Meses después, en octubre del mismo año, acompañé al presidente Chávez en una visita a Moscú, como parte de una gira a siete países estratégicos –Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Irán, Siria, Libia y Portugal– (esa es otra historia fascinante….), pero solo vi a Putin de lejos en las reuniones con la delegación venezolana.
Desde entonces, no he tenido más oportunidades de acercarme a él. Por su parte, el presidente ruso no me ha llamado, ni me ha mandado cartas, ni comunicados, y tampoco instrucciones u órdenes sobre qué decir o escribir.
El mes pasado cumplí cuatro años trabajando en la cadena rusa, RT en español, a través de mi programa de análisis y opinión ‘Detrás de la noticia’. Hasta la fecha, he hecho más de 200 programas semanales sobre temas de interés mundial, entrevistas con personajes del acontecer global, como Julian Assange, jefes de Estado, cancilleres, ministros, activistas, economistas, analistas, escritores, autores, artistas y muchos más.
Desde el principio, siempre he escogido los temas de mi programa y la manera en que sean presentados. Escribo todos mis guiones y grabo mis programas sin teleprompter. Aunque los productores de la cadena me ayudan muchas veces a conseguir a los invitados, siempre tengo la palabra final sobre quiénes participan en el programa.
Nunca me han impuesto un tema, nunca han interferido en mi línea editorial –que manejo completamente– y jamás me han censurado.
Nunca he recibido un comunicado de jefes de RT instruyendo sobre los temas a cubrir ni la manera de hacerlo, ni siquiera durante los días más tensos este año del conflicto entre Ucrania, Rusia y Estados Unidos.
Durante mis cuatro años con RT, he tenido libertad editorial total para profundizar en los temas de mi interés, muchas veces controversiales, sin ninguna interferencia.
A principios de este año 2014, los jefes de RT en español me propusieron un programa especial tipo reality-político, donde la idea era mostrar un lado distinto de las vidas de presidentes y otras figuras mundiales de interés.
Así nació ‘Un día con….’, serie que hasta ahora ha incluído fascinantes retratos de la vida cotidiana de los presidentes Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa del Ecuador, y José ‘Pepe’ Mujica de Uruguay. No creo que haya existido otro programa así –a un nivel tan alto del poder- en la historia de la televisión.
Solo para dar un ejemplo, pasé casi 20 horas seguidas con el presidente Evo Morales – desde las 4 de la mañana cuando comenzó su día, hasta casi la medianoche, cuando se fue a acostar. Estuve a su lado con mis camarógrafos filmando momentos que ningún otro medio ha logrado de esa manera y con ese nivel de confianza e intimidad.
Muchos han calificado a RT como un canal de propaganda del Kremlin o, mejor dicho, de Putin. Es cierto que el presidente Putin impulsó la creación de RT en inglés hace 9 años y ha apoyado su rápida expansión en árabe y español (hace 5 años) y, próximamente, en otros idiomas.
RT recibe su presupuesto y financiamiento de los fondos públicos rusos, tanto como lo hacen otros medios internacionales como la BBC del Reino Unido, Al Jazeera de Qatar, CCTV de China, PBS de Estados Unidos, y muchas otras cadenas a lo largo de Europa, América Latina y Norteamérica.
No obstante, a pesar de lo que algunos dicen sobre RT, Putin no maneja su línea editorial ni decide sobre su programación.
Los intentos de desacreditar a RT y de minimizar el alcance y el impacto de sus programas y noticieros reflejan los grandes logros que ha alcanzado el canal en menos de una década y la amenaza que representa para poderosos intereses que siempre han intentado controlar la opinión pública mundial.
La calidad de sus programas es de primera línea y sus páginas web son dinámicas, informativas y totalmente fáciles de navegar. Solo en YouTube, RT ha alcanzado más de 2.000 millones de usuarios. Sus cadenas de televisión llegan a más de 700 millones de televidentes a nivel mundial en más de 100 países. RT en español ha logrado entrar en señal abierta en Argentina, en la TDA en Venezuela y es visto en los sistemas de cable y por satelite en Estados Unidos, Europa y gran parte de América Latina.
Sin duda, RT se ha convertido en una referencia mundial y es una de las principales fuentes de noticias en el Occidente.
En 2011, la entonces Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, declaró ante el Congreso estadounidense que Washington estaba perdiendo la guerra global de la información, gracias a RT. Clinton abogó por ampliar el presupuesto estadounidense para producir más propaganda a su favor.
En 2014, el Secretario de Estado John Kerry lanzó un fuerte ataque contra RT, acusándola de ser “un megáfono de propaganda” de Rusia, notando su influencia e impacto en la audiencia estadounidense.
Y hace poco, el influyente periódico británico ‘The Guardian’ comenzó una serie de ataques contra RT, luego del lanzamiento de RT-UK, llamando a ampliar el financiamiento de la BBC para contrarrestar la información de RT que ahora llega directamente a la audiencia británica.
El ex director de la BBC declaró en ‘The Guardian’ que los británicos y los estadounidenses estaban perdiendo la guerra global de información con el Kremlin.
RT cubre las noticias que ignoran o minimizan en los medios corporativos. Ha hecho un gran trabajo en Estados Unidos con las protestas de Ocupa Wall Street contra el sistema financiero, y luego, en Ferguson y Nueva York, contra la brutalidad policial.
Su cobertura de los conflictos en Siria y Ucrania, así como de las protestas anti-gubernalmentales en Venezuela rompió las barreras informativas y la censura impuesta por las grandes cadenas como CNN, FOX News y la BBC.
Sus reportajes especiales sobre las huelgas de hambre de los detenidos en Guantánamo fueron nominados para el Premio Emmy en Estados Unidos, dando reconocimiento a su calidad periodística.
Los empleados de RT, en todas sus canales e idiomas, no son propagandistas de Putin ni de Rusia, ni siquiera de RT. Son periodistas, productores, técnicos, traductores, redactores, editores y otros profesionales de todas partes del mundo, que están comprometidos con la verdad y trabajan duro para que su audiencia tenga acceso a la información veráz y oportuna.
Es por este batallón de profesionales, trabajando sin censura ni imposición y con la verdad en mano, que RT va ganando la guerra global de información.