Salgo a andar por el suburb.
Es media noche.
El chirrido-cantarin de los grillos
marca un metrónomo
que induce al misterio.
La luna ya se ha hundido en el mar.
Nadará, allá a lo lejos,
llevando hileras cósmicas
que nadie podrá contar
Los árboles, las plantas,
dicen muchas cosas,
pero parecen callar;
son mentes distintas,
enjugadas en luz, tierra,
agua y sal.
Siempre me detengo
en un pino centenario,
como una catedral,
pongo mis dos manos
en su enorme tronco,
apoyo mi cabeza en él,
y por mis manos siento pasar
la savia que riega
éste gigante colosal,
allí, anclado, quieto,
mudo y vibrante,
criatura eterna,
sin eternidad.
Los coches aparcados,
inmóviles de artificialidad,
parecen que aguardan
a alguíen que nunca llegará.
Nadie en las calles.
¿Me habré quedado solo
en un mundo momificado
sin habitantes ya?
Un hombre solo en el mundo,
¿qué haría con todo un planeta
a su disposición natural?
¿Moriría de soledad?
¿O comenzaría de nuevo
el torcido camino
que iniciamos al empezar?
La noche y el homo nocturnus,
horno alfarero
que apacigua eclípses,
que abre presas,
que transciende la nada,
que enculumbra vacíos,
que desliza el interior
hasta abrirlo en atalayas,
en canal...
La noche es una caja
con la luz de la oscuridad
dónde se vislumbran unas grietas
que no las podemos imaginar,
sólo sentir, rozar,
sin detectar.
El chirrido-cantarin de los grillos
marca un metrónomo
que induce al misterio...
...¿Que sería la vida sin grillos,
sin pinos centenarios,
sin la calle vacía,
sin los coches aparcados,
sin noches
con la luz de la oscuridad,
sin paseantes solitarios,
microbios en laberintos
buscando la puerta ancestral?
Se aproxima una mujer con un perro.
Ella me dice: Good night.
Y el perro,
mirándome de reojo visceral,
me gruñe: Grrrrrrr...
...Que artificial me sonaron
las Buenas Noches
y que natural
el gruñido del can
Y seguí andando y sonrriéndome
con el pensamiento
de que me hubiéra gustado
que hubiése pasado al revés:
que el chucho me hubiera dado
las Buenas Noches
y que me hubiese gruñido la mujer.
Hubiése sido mas innato
con el simbolismo de los gruñidos
de la feminidad de la noche...