Desde hace 75 años, tres cuartos de siglos,
la patria está representada
por criminales, impostores e idiotas.
El primero, sangriento,
en el poder sobre ríos de lágrimas,
muerte, exilios, dolor.
El segundo, su Sucesor,
Juan Carlos de Borbon,
manchado, naturalmente,
con la misma sangre derramada
del ya enterrado pueblo español.
El tercero, su hijo,
"De Felipe V 'El Loco' a Felipe VI 'El Breve'"
(Amadeo Martínez Inglés),
el que representará a España
en la Asamblea General de la ONU:
"Su discurso del miércoles ante los 193 países miembros de la ONU servirá de presentación de los pilares de la política exterior del nuevo Jefe del Estado, su puesta de largo" (El País)
"Su puesta de largo"
...y la contínua puesta de corto
del pueblo español.
Y uno se queda pensando,
pensando siempre,
en el Caudal de la Historia
del pueblo español,
en ese enorme río al que,
atravesando valles,
vaguadas,
selvas,
saltos,
escollos,
parámetros...
un día le levantaron una Gran Presa
que enlagunó sus aguas,
sus flujos,
sus sueños,
sus Parnasos,
por los que tanto había luchado.
Pero el tiempo fue pasando,
y con sus brumas y neblinas,
la Gran Presa se fue difuminando,
olvidando, hasta que, en lugar de ella,
aparecen ahora, ante el mundo,
en la Asamblea General de la ONU,
"los pilares de la política exterior
del nuevo Jefe del Estado
en su puesta de largo"
¿Será cierto, como dijo Shakespeare
(Macbeth, 5º Acto, Escena V)
que "La vida es un cuento contado
por un idiota lleno de ruído y furia
que no tiene ningún sentido"?
Porque, ¿qué sentido tiene
que el idiota de Felipillo VI
pueda ser representante
del pueblo español?
Ningún sentido,
claro.
Porque si es cierto el dicho del genio inglés,
éste se cumplirá a la perfección
cuándo el soso, insulso, desabrido,
insustancial y simple " Felipe VI 'El Breve' ",
trate (leyendo un simple papel)
de ilegalmente representar,
como nuevo Jefe del Estado,
el Caudal de la Historia
del pueblo español
ante los 193 países miembros de la ONU.
Entónces, el mundo, esperemos, observando a
Felipillo VI leyéndo sus idiotas tópicos del momento, se dará cuenta de que, La vida, la Historia, es un cuento contado por un idiota...al menos que, y ésto es lo que me dá miedo pensar, no quieran darse cuenta de ello porque ese mismo cuento es, en esencia, del mismo que vienen ellos, esos 193 países que, al final del discurso del Bobón, le aplaudiran para seguir prolongando éste interminable cuento del que venimos todos.
Y cabe una pregunta quijotesca e ingénua para terminar --porque conocemos la respuesta, pero nos cuesta aceptar--:
¿Hasta cuándo vamos a participar en éste cuento?
Porque nos estamos quedando sin tiempo...