A mi me parece que en el hombre todo es como esas pegatinas que se nos adhieren a la planta del zapato y tratamos de quitárnosla con el otro pie pisándole el extremo, y al quedarse ahora pegada en la planta de éste otro zapato, volvemos a tratar la operación con el otro pie...y asi "ad infinutum". Y el resultado, claro, es que siempre caminamos con la pegatina enganchada a uno de nuestros pies.
Lo que es increíble e innaudito es que, con todos los cientos de miles de años que llevamos bipedamente caminando con los "mismos zapatos" y con tantas "pegatinas" por dónde ya hemos cruzado, no nos hayamos dado cuenta que el "método" que usamos no dá resultados.
2.-
...Que bien, que susto nos habíamos dado...Porque ahora sale en las Noticias que Robert Williams tenía "Parkinson's disease"...¡Uy!...¡de qué carga nos han librado!...Nosotros que creíamos todas esas hipótesis y conjeturas locas sobre el "Malestar de la Cultura de Freud", y aquello de Cristo de que "las aves del cielo tienen sus nidos y las alimañas sus guaridas, pero el Hijo del hombre no tiene dónde descansar su cabeza", y demás causísticos conundrums metafisicos y ontologicos del hombre en la deshumanización y alienación del díficil mundo moderno que crea tantas intimas depresiones y descontentos...cuándo, de pronto, sale la tal "Parkinson's disease" y nos libra de nuestros conflictos internos. Gracias, señor Parkinson.
3.-
El otro día alguien me dijo algo extraño, muy extraño, y para más extrañeza me lo dijo en latin:
"Odium generis humani"
('Odio al género humano')
"Hombre", le dije, "eso es una cosa muy gorda"
Y él, mirándome desde una altura
que aún no he podido determinar,
me respondió:
"Si, lo sé, por eso todos los dias
lo trato de adelgazar"
"¿Y qué dieta sigues?",
le dije ingenuamente,
"Me he apartado totalmente de las Noticias"
Y se fue como si se llevara consigo
la mejor respuesta de su vida.
4.-
En este arcanum del 'interregnum' existencial nos hacemos filósofos mediante la soledad. La soledad es una flor, al revés de todas las demás, que para que nos dé su perfume se tiene que marchitar. Que raro, ¿no?. Entónces, puede, puede ser que ésto le abra la puerta a la filosofía. Pero hay que tener mucho cuidado porque con ella entran también sus querubines, la Filosofía de la Miseria y la Miseria de la Filosofía Y, cuidado, que éstos querubines son hermanos gemelos, uno nació tan solo dos minutos antes que su hermano, y su madre, 'Ananké', el Principio de la Realidad, sufrió mucho al tenerlos porque tuvieron que usar 'forceps' para sacarlos. Así que tenemos que ser muy cautos y precavidos para saberlos distinguir, porque si no esa flor marchita de la soledad no nos dará su perfume.