Yo no soy el filósofo.
El filósofo dice: Pienso… luego existo.
Yo digo: Lloro, grito, aúllo, blasfemo… luego existo.
Creo que la Filosofía arranca del primer juicio.
La Poesía, del primer lamento.
No sé cuál fue la palabra primera
que dijo el primer filósofo del mundo.
La que dijo el primer poeta fue: ¡Ay!
Éste es el verso más antiguo que conocemos.
La peregrinación de este ¡Ay!
por todas las vicisitudes de la historia,
ha sido hasta hoy la Poesía.
Leon Felipe
Hoy he amanecido
con éste ¡Ay! agarrado al cuello,
como si con él quisiera estrangularme una mano
que ni la veo.
Una misteriosa mano que siempre llevamos
agarrada al cuerpo
y que de vez en cuándo despierta
con el tiempo que nos va consumiendo
dónde todo lo que fue ya no es,
dónde todo el mar por dónde navegamos
se va evaporando dejando paramos y desiertos,
dónde la peregrinación de éste ¡Ay!
llega, ata sus amarras,
y atraca en el puerto de nuestro cuello
agarrandose a él con la fuerza
de estrangular y ahogar
todo lo que aún poseemos...
este mágico y trágico sueño
que siempre estamos viviendo
en la impermanencia que nunca entendemos
de éste arcano viaje de ida
dónde nos han puesto
y del que nunca regresaremos.
Aquí, aquí nace éste ¡Ay! agarrado al cuello
como si quisíera estrangularnos una mano
que nunca vemos
esos dias en los que amanecemos
sintiendo que nos disolvemos,
que nos separan de todo lo que amamos
y queremos.
Y es la inútil resistencia
con la que a ésta condena nos oponemos
la que pone en movimiento
la peregrinación de éste ¡Ay!
por todas las vicisitudes de la historia...
por todos los dilemas y contradicciones
que nos sacuden por dentro...