pertenece al campo termodinámico
donde el --a la larga-- irreemplazable
gasto de energías conduce a la entropía,
a la muerte?)
No hablamos del cansancio emocional,
espiritual o metafísico,
no, hablamos en el sentido material, físico, empírico,
dónde la maquinaría interna del cuerpo orgánico
nos reclama dejar de ser "Homo erectus"
para ser "Homo iacentem", 'Hombre tendido',
para dormir y descansar
del tirón telúrico de estar vivos.
Y nada menos y nada más
que un tercio del día se lo tenemos
que dedicar a éste rutinario ejercicio,
tan normal, tan habitual en todos,
que ni pensamos en ello
por ser parte inmanente
del mundo dónde existimos.
Pero a veces, saliéndonos de ello,
tenemos que pensar
en lo natural y habitual,
no con la subjetividad aceptativa
de lo que está en ello incluído,
sino tratándole de sacar
los jugos de lo objetivo
para aprehenderlo y estudiarlo
como si fuésemos visitantes galáxicos
en éste Planeta dónde la vida se desarrolló
así, de ésta manera,
sin haber encontrado otros caminos.
¿Lo mismo se cansa una planta, un árbol,
o un coral marino?;
¿duermen ellos también
como nosotros dormimos?
¿En qué punto de la evolución
comienza a cansarse la vida
de su palpitar, de sus caminos?
¿Desde su mismo inicio
o éste cansancio que llevaba entretejido
se fue incrementando en proporción
a la complejidad del desarrollo evolutivo
que se imprimía en sus designios,
es decir, que cuánto mas sofisticado
era lo producido mas cansera
llevaba consigo mismo?
¿Esta detrás de todo ello la Muerte
implantando su periódico sello
del final de su irreversible destino?
¿Es el dormir, el descansar,
un ensayo para ir reproduciendo
poco a poco el término del viaje
del que nunca más despertaremos
porque el cansancio acumulado
require un sueño infinito?
¿Es la vida materia alienada,
una aberración de la materia
que al dejar la tranquilidad de lo inorgánico
desemboca en el campo de Tánatos
donde la fatiga y el desfallecimiento,
en crescendo,
la llevan a retornar al original seno?
(Otro elemento contradictorio y sorprendente de la vida
es que para perpetuarse tiene que matar
ese mismo deseo de perpetuación de otras vidas,
puesto que la vida come vida,
se alimenta de vida,
destruye vida,
para poder seguir viviendo.
¿Ocurre ésta formal contradicción
en otras clases de existencias en el Universo?)
Desde el comienzo,
en el Proyecto de Psicología para Neurólogos,
Freud sospechó algo de todo ésto:
que el aparato mental tiende a la descarga,
a descansar --a dormir--
¿Y adónde nos lleva todo ésto?
En última instancia,
al descanso, pero ya no por partes,
sino al absoluto,
a la descarga total:
nos lleva a la muerte:
el Descanso Total,
al "Homo iacentem" que nunca se levantará
(Freud sostenía el "instinto de muerte".
¿Es éste "instinto" lo que tenemos
que combatir un tercio del día
para poder continuar vivos?)
En Más Allá del Principio del Placer,
Freud se pregunta
por la meta final de todo lo orgánico,
lo cual, naturalmente,
debe ser el estado anterior del que salió:
lo inorgánico, claro.
Dice Freud:
"Un estado antiguo que lo vivo
abandonó una vez y al que aspira regresar
por todos los rodeos de la evolución".
Así, "la muerte no es mas que el rodeo
que lo orgánico se ve obligado a dar
para retornar a su inorgánico estado antiguo"
Entónces, ¿por qué y para qué surge la vida,
éste cansancio,
éste esfuerzo de estar vivos
que, en nuestro caso,
demanda un tercio del día
para descansar y estar dormidos?
¿Es tal vez un contínuo preparar
el 'último sueño' que todos llevamos
grabados en el calendario interno
de nosotros mismos?
Es como si todos los días
--malos actores que somos--
la Naturaleza --al dormir--
nos llamara a ensayar
la Representación Final,
la Muerte,
que en el Theatrum Mundi de la existencia
tenemos que dar.
Y es que la Naturaleza,
sabia ella,
no quiere que le quedemos mal,
quiere que nuestro papel
sea muy bien interpretado
...hasta el punto de que no tengamos
nunca más que volver a ensayar...
PD:
Es tarde ya.
Me voy a 'ensayar',
a soñar...