Creo en la reencarnación.
Me he pasado al misticismo.
Al misticismo del 'Ananké',
como llamaba Freud al Principio de la Realidad,
que es el más espiritual
y profundo de todos.
Hugo Chávez Frías
se ha reencarnado
en Nicolás Maduro Moros.
En toda mi vida
nunca ví una reencarnación.
No creía en ella.
Nunca, nunca ví una semilla
que callera a tierra y se reprodujera
asi-misma con tanta exactitud,
y, lo esencial: no solamente en un hombre,
no solamente en Maduro,
sino en Todo un Pueblo Maduro.
Una Madurez que el presidente Hugo Chavez
acicató y forjó de tal manera que transcendió,
no solamente a un continente,
sino al mundo entero.
Esto es reencarnación colectiva.
Reencarnación "par excellence".
Los brahamanes hindúes tendrían
que viajar a Venezuela
para estudiarla "in situ".
Ganarían sabiduría al respecto.
Y es algo bello, my bello,
sobre todo en éste capitalismo de cloacas
que nos amordaza en la decepción y el miedo;
es, simplemente, la Esperanza,
ese 'élan vital',
esa arcana energía intuitiva y creadora
--taponada en el Fraude de éste régimen--
dónde salida al Laberinto vemos.
(El adjetivo bello, aplicado a éstas cosas,
está prohibido hasta pensarlo)
Es algo, también, muy peligroso,
peligrosísimo,
porque, obviamente,
el "free world",
los del teológico "In Gold We Trust",
se oponen a ello con todas sus fuerzas,
y tiene muchas, poderosas,
satánicas e inmisericordes.
Y caminan por el mundo
al son de éstos a-cordes:
con cometer algún error,
con abrirle sus puertas
a cualquier Cabayo de Troya
que venga como 'regalo'
del campo opositor.
Cuidado.
Y es que cierta clase
de reencarnaciones conllevan
hoy en día enormes peligros
para todos nosotros.
Y es muy simple:
porque siembran y perpetuan
"malos ejemplos"
que, como todo lo "malo",
se podría propagar
a la velocidad de la luz,
y como vivimos en las sombras,
en la mítica cueva de Platon,
dónde toda claridad, todo Alba,
nos devolvería a la Realidad,
es por ello que hay que cortar
esos "malos ejemplos"
que se propagan como esa luz
que acabaría, 'ipso facto',
no solamente con la cueva de Platon,
sino con todas las catacumbas dónde transcurren nuestras enajenentes vidas
y de las cuales depende
que vaya en constante crescendo
la 'Forbes World's Billionaires List'.
Como deciamos: es muy simple.
Hasta un simplón, un baboso,
lo puede entender.