A RICARDO FLORES MAGON

A RICARDO FLORES MAGON

El otro día estaba de Robinson Crusoe escapándome al monte con mis cabras y huyendo del contacto con ésta civilizacion que nos capa y enclaustra.

Hoy he bajado de la montaña, he dejado mi isla y mis cabras y estoy con los hombres y mujeres del pueblo humano que por un mundo mejor, sin gangsters y canallas, luchan día, noche, tarde y albas.

Es mi dicotonommia, mi contradicción, la dual espada que llevo clavada, el péndulo, el va-y-ven que regula y desregula mis ascensicones, mis caídas, mis bajadas, cuando la esperanza se marchita, y cuándo, de la mano de éstos hombres y mujeres en
lucha sagrada, se vuelve a levantar en mi la flor opacada, cuando la Luz Herida que eclipsamos en esta Tierra es curada.

Creo que es la ambivalecia de muchos que, como yo, nómada del mundo, sin patria, hemos hecho de la Humanidad nuestro lugar, nuestra alma.

Y ahora tengo puesto mi Minero de Estrellas,
ese que en la tierra busca gemas, con el
Comandante Insurgente Damián.
Comandante Insurgente Ricardo.
Comandante Insurgente Tania:
Pueblo mexicano,
con tu larga trayectoria
de dignidad y perínclitas hazañas,
luchas,
heroismos,
entregas sin treguas,
sin descanso, sin alambradas;
ese, ese México que acogió y abrazo
a los exilados dignos de aquella España
que por el fascismo internacional
fue arrasada, derrotada;
ese otro Mexico lindo y querido
si muero lejos de ti,
tan lejano de estos gangsters y canallas
que lo hacen callar y suprimir.

Por eso, al conocer a Magon...
he bajado de la montaña
donde ayer estaba con mis cabras,
y le he dicho a los marineros que desembarcaban:

Llevádme con vosotros,
pero no a la civilización de gangsters y canallas,
sino a la civilización del genuino ser humano,
que, entregando su vida,
lucha por curar la Luz Herida
que yace eclipsada.

Alli quiero autoliberarme y elegir mi camino,
con los que brillan en dignidad perpetuada
para traernos un Equilibrio
que nos hace tanta falta.

Y una vez más tomo conciencia
de que 'aqui no venimos a oler las Flores
sino a regar sus plantas'.

Y es tan sólo nuestra impaciencia acumulada,
nuestro aislado narciso en el espejo,
nuestra Luz Herida que yace
bajo estrellas y galaxias,
la que nos hace desear oler siempre las Flores
sin regar sus  plantas...

Ayer, al conocer a Ricardo Flores Magon
mme dí cuenta de que algunos continuamente
han regado esas plantas que nos dan Flores
como la de Ricardo Magon.

Por esos Regadores Sagrados
he bajado con mis cabras de las montañas
y he dejado mi isla,
mi aislamiento,
y me he unido,
desde mi catacúmbico nicho,
a regar con ellos esas plantas...