En la medida en que avanza la tremenda alienacion, deshumanización y deteriorización espiritual, moral y ética, conjuntamente con el debilitamiento económico y social de los individuos burgueses, el dominio de su clase se despoja de la forma civilizada de intercambio y la libre competencia, y crea, forzosamente, la decadencia y caída de la 'sui generis' individualidad en el profundo y negro pozo del dictum del reino de una Propiedad Privada Globalizada que tiende, galopanemente, a desprivatizar y estandarizar todo lo personal.
Ya no exíge la política burguesa la autonomía económica, sino que pide a voces el Estado fuerte --el fascismo-- "que puede intervenir por doquier a fín de transformar el mundo entero en esferas de inversión para su capital financiero. Pués el capital financiero no quiere libertad, sino dominio; no tiene sentido para la autonomía de cada capitalista, sino que requiere la unión de los capitalistas; aborrece la anarquía de la competencia y quiere la organización, naturalmente sólo para poder enfrentar a la competencia en escala cada vez mas elevada." (1).
Con la desaparición de sus premisas sociales objetivas, el "mundo interior" de los individuos burgueses se encoge más y más, y la familia, como instancia del Estado, es mediatizada en términos de ese 'encogimiento'. Incrustado en ésta dinámica, la instancia del Yo pierde su libertad de movimiento (2) porque, según el capitalismo se desarrolla en concentraciones cada vez mas monopolistas y globales, la personalidad, la individualidad, sintetizada en ese Yo, pierde su campo de acción y es retringida en sus expresiones.
Es así que las personas tienden a la regresión, al estatus de vasallos que orientan sus conducta hacia un superyó colectivo,
masivo, estandarizado, en el que tratan de ampararse ante la perdida de su independencia individual que, por momentos, comienza a ser puramente ficcional en un cosmos dónde
Freud previo ésta regresión en "Psicologia de las masas y analisis del Yo", 1921 (3). También en la Dialektik der Aufklarung se resume la historia de la ascension y la decadencia de la individualidad burguesa de la siguiente manera:
"Una vez se apropio el gran almacen de artículos especiales --a la antigua-- del mercado moderno.... Igual ocurre con la empresa pequeña psicológica que es el individuo que nació como célula energética de actividad económica, emancipada de la tutela de las etapas primitivas de la economía, y así se cuidó por si sola, como proletarios, por la cosificación en el mercado del trabajo y la adaptación continuada a nuevas condiciones técnicas, y como empresarios, por la infatigable realizacion del tipo ideal 'homo oeconomicus'...Pero en la era de los grandes consorcios y las guerras mundiales resultó atrasada la mediación del proceso social por las innumeradas mónadas, porque los sujetos de la economía pulsional son expropiados económicamente y explotados en forma mas racional por la misma sociedad...Si la individualización, en el liberalismo, por una parte de la población, pertenece a la adaptación del conjunto de la sociedad al estado de la técnica, actualmente el funcionamiento de los aparatos económicos requiere una dirección de las masas no estorbada por la individuacion" (4)
El trastorno interno del enejenante proceso de la concentración capitalista, que avanza a través de sus indispensales y cíclicas crisis, con la concomitante impotencia social que va extendiendose, se diluye --y se conretiza-- en innumerables personas, cuyas esperanzas e ideales se anulan en la realidad determinada por ese mismo demencial proceso, y ello sale a la luz en la historiografía subconsciente de los periódicos y manuales de medicina del último tercio del siglo XIX.
En las metrópolis de los países capitalistas desarrollados, en Paris, como en Nuva York o Berlin, llama la atención el cuadro patológico de la histeria, como al principio la medicina de escuela se abroquela contra él y no quiere reconocer como enfermedad esa "debilidad nerviosa degenerativa". Freud atribuye las neurosis (como enfermedad de la socialización) a un "malestar" que va haciendo la vida insoportable a mas y mas individuos en la civilizacion (burguesa) : sus necesidades e ideales cada vez concuerdan menos con las reinantes formas sociales de vida. En su intento de formular el problema como teoría de las pulsiones, Freud escribió:
"Dado que la cultura obedece a una impulsión erótica interior que la obliga a unir a los hombres en una masa intimamente amalgamada, solamente puede alcanzar éste objetivo mediante la constante y progresiva acentuación del sentimiento de culpabilidad" (5). Y como dentro del marco de su argumentación ello no se puede ver como la "propensión constitucional (hostil a la cultura] de las personas a la mutua agresión" que podría domeñarse, que podría "hacerse desaparecer", Freud concluye reprochándose el no ser capaz de aportar ningun consuelo (6)
A la cuestión planteada por Fritz Sternberg (7) de por qué el psicoanálisis hubo de ser descubierto precisamente al finalizar el siglo XX (8), se puede responder ahora que la situación social que provocó su aparición fue el súbito paso del capitalismo "liberal" al "monopolista".
La teoría de Freud es el análisis descriptivo de la psicología "clásica" del individuo burgués en el momento de su crisis (9). Su última descripción del carácter de la enigmática enfermedad con cuyo reconocimiento nació el psicoanalisis, es una fórmula psicológico-algebraica en que sólo es preciso poner las magnitudes aritméticas de las condiciones de la vida real para descifrar la debilitación del Yo, que se extiende, en forma de epidemia, como porvenir social:
"Contemplemos una vez más la situación en que nos hemos puesto con nuestra tentativa de ayudar al Yo neurótico. Este Yo no puede cumplir la tarea que le impone el mundo exterior, inclusive la sociedad humana. Ya no dispone de todas sus experiencias, porque ha perdido buena parte de su caudal mnemónico. Su actividad esta inhibida por estrictas prohibiciones del Superyó, su energía se consume en inútiles tentativas de rechazar las exigencias del Ello. Además, las incesantes irrupciones de éste han quebrantado su organización, lo han dividido, ya no le permiten establecer una síntesis ordenada y lo dejan a merced de tendencias opuestas entre sí, de conflictos no solucionados, de dudas no resueltas" (10)
La metapsicología evoca el cuadro del mundo interior de los individuos burgueses, hacia los que se orienta la terapia, en una fase de la evolución social en que por haber desaparecido las condiciones de su praxis económica (relativamente), autónoma, se reduce también el ámbito psíquico dónde se pueden desenvolver el conflicto de las instancias y el trabajo de reflexión y conciliación del Yo, es así que los burgueses se vuelven dependientes y el Yo es su payaso (11).
==================================
Estamos delante, simplemente, de la neurotización del Yo. El psicoanálisis, dicho sea oportunamente, no pudo surgir antes de ésta patologización del Yo, de la disolución de la individualidad burguesa, la misma que floreció, con el crecimiento del capital, hasta el final del siglo XIX para morir, definitvamente, en el XX.
Creemos que, con Nietzsche, no solamente "muere dios", sino que empieza también la decadencia de la individualidad burguesa, la cual, en una sociedad en la cual el conflicto de intereses es el "pricipium individuationis", lo primero que se resquebraja es el 'autor del libretto': el burgués mismo.
Hoy en día asistimos a tal espectáculo, aunque, claro está, rotulado con distintos adjetivos y nombres, y el cúal consiste en un proceso de abstractificación que lleva a cabo los efectos del capitalismo sobre la personalidad, sobre ese individualismo ya diluido y caído y cuyo omnipresente fenómeno es el de la enajenación, ese sentimiento dónde el ser humano se aprehende y se siente a si mismo como un extraño.
Hegel y Marx usaron la palabra "enajenación" o "alienación" con referencia, no a un estado de locura, sino a una forma menos pronunciada de autoenajenación que permite a la persona actuar razonablemente en cuestiones prácticas, pero que constituye uno de los efectos más graves socialmente moldeados. Esto modifica estructuralmente las relaciones humanas dónde esa individualidad burguesa decae a la velocidad de la luz en medio de un contexto deshumanizado dónde se dá la relación del hombre moderno con sus semejantes que ha pasado a ser una relación entre dos abstracciones, entre máquinas vivientes que se u.s.a.n reciprocamente.
El patrono u.s.a. a los que emplea.
El vendedor u.s.a. a sus compradores.
El comerciante usa a sus clientes.
Y las criauras humanas u.s.a.mos a nuestros congéneres para autovalorarnos en el mercado social donde tenemos que competir unos contra otros.
Todo el mundo es una mercancía para todo el mundo, tratada siempre con cierta amistad, porque si no es u.s.a.da ahora puede ser u.s.a.da más tarde.
Todo alcanza un valor de uso y usufructo.
Y tras ello, la individualidad desaparece.
En la apoteosis del pragmatismo, la persona, necesariamente, se evapora como agua sometida a una temperatura y fricción social --masificada ya y sin necesidad de 'individualidades'-- dónde el incremento energético-cuantitativo de la lucha por "sostenerse en el mercado" hace transformar, cualitativamente, al individuo en un grano mas de arena en la inmensa playa de un régimen devorador ya de todo lo autónomo y 'sui generis' de lo que un día fue la variopinta diversificación de las personalidades humanas.
Así, la individualidad burguesa se esfuma y desaparece como un dibujo en la arena borrado por las olas del mar...aquella misma que un día se alzó, altiva y orgullosa, con el desarrollo de las ciencias naturales, con el iluminismo, con las nuevas máquinas y técnicas que prometieron lo que nunca se cumplió...
=============================
(1) Studie iiber die jlingste Entwicklung des Kapitalismus. Das Finanzkapital, Rudolf Hilferding. Sobre todo la seccion 5 del libro ("De la politica economica del capital financiero"). Pag.462.
Todas las traducciones del aleman en: Helmut Dahmer, Libido y Sociedad, Estudios sobre Freud y La Izaquierda Freudiana. Ed. Siglo XXI. Mexico, 1983.
(2) H. Marcuse, Eros und Kultur, 1955, p. 100.
(3) Al respecto Th. W. Adorno, Freudian Theory and the pattern of fascist propaganda, 1951. . .....
(4) Horkheimer y Adorno, Dialektik der Aufklarung, 1944, pp. 238s.
(5) Freud, El malestar de la Cultura, 1930, GW XIV, p. 492.
(6) Op. cit., pp. 503 y 506.
(7) En su trabajo "Marxismus und Verdrangung", 1932.
(8) El psicoanalisis investiga el "mecanismo de represion" sin plantear la cuestión de por qué ocurren precisamente sus investigaciones al terminar el siglo XIX "¿Como es que el sueño y el chiste solo fueron considerados científicamente en tiempos recientes? Los hombres yaa llevaban miles de años soñando. Para el psicoanalisis, es algo casual. Si Freud hubíera nacido en 1625, el psicoanálisis tendría 300 años. . ." (op. cit., pp. 120s). El mismo Sternberg dió a su sencilla, pero sugestiva pregunta, una respuesta demasiado simple. Independientemente de lo que le atribuye a Freud como opinión instructiva tiene poco que ver con el psicoanálisis, interpreta (sociológicamente) la "represion" como mecanismo de la conciencia social necesariamente falsa, puesto que no toma en cuenta la apropiación del trabajo no pagado, la plusvalia.
(9) "La psicología profunda inició su ascensión cuándo para la esfera de la circulación --de capitañ--, de dónde procedían sus categorías, había empezado ya el ocaso", M. Horkheimer, Vernunft und Selbsterhaltung, 1941, p. 39.
(10) Esquema del psicoanalisis, GW XVII, pp. 106s
(11) En la disputa con Alfred Adler, escribió Freud acerca de la seudoautonomía del Yo que, "innumerables veces", se limita a hacer de la necesidad una virtud, como cuándo acépta un síntoma por la utilidad secundaria que comporta. En tales casos desempeña "el ridículo papel de los tontos del circo, que tratan de convencer a los espectadores, con sus gestos, de que todo cuanto ocurre en la pista se debe a sus ordenes. Pero solo los espectadores más pequeños se lo creen", Historia del movimiento psicoanalitico, 1914, GW X, pp. 97s.
(Acotaciones de Helmut Dahmer, pp. 174-176)