"Nosce te Ipsum".
'Conócete a ti mismo'.
Esta fué la inscripción que los siete sabios de Grecia
pusieron en el frontispicio del Templo,
el llamado Oráculo de Delfos.
(Porque el Tabú, el Gran Tabú,
claro está, sigue siendo el hombre mismo)
Salimos los unos de dentro de los otros
y la gran mayoría vivímos y morímos
lo mismo: dentro unos de otros,
enclaustrados en el Cosmos Humano
sin terminar de florecer,
sin acabar de transcender,
sin plenamente nacer,
sin crecer.
Y es más: dentro de ese Vientre
dónde permanecemos toda la vida,
--el fisiológico, el familiar, el cultural, el histórico--
desde el alfa hasta el omega,
nos vamos reproduciendo constantemente
sobre el mismo proceso de Recapitulación
de dónde salió nuestro embrión,
salvo, que, dadas las exógenas dificultades,
tendemos a la regresión;
es decir:
un día somos peces,
otro, anfíbio,
otro, reptil,
otro, dinosaurio,
otro, ave,
otro, marsupial
otro, mamifero,
otro, Austrolopithecus,
otro, Homo Habilis,
y, con suerte, con mucha suerte,
si es que logramos plenamente nacer,
--y superar la regresión--
Homo Sapiens.
(Porque ningúno de éstos cerebros
se han perdido:
sólo quedaron superpuestos)
Ésta es nuestra história,
no la história que hacemos,
sino la que padecemos.
(Porque la história la hacen los reptiles,
los cocodrilos, para ser exactos.)
Hoy me he levantado de marsupial,
y en mi bolsa maternal llevo una criatura
--¿salida de mis entrañas?--
que no concuerda en absoluto
con las enseñanzas e indoctrinación
que me inculcaron en éste Carnaval,
porque cada vez que sale de mi bolsa
y salta al mundo para poder caminar...
vuelve a mi corriendo,
espantada,
aterrorizada,
de lo díficil que se le hace vivir en ésta sociedad.
Y es que en mi bolsa esa criatura
se ha hecho Sapiens,
y ha cruzado todos los evolutivos umbrales
de la Recapitulación ancestral,
y se ha desarrollado
como un 'Leit Motif' existencial;
así, que, todo lo que halla y percibe en el exterior,
peces, anfíbios, reptiles, y demás,
toda la gama de caníbales
que pululan por éste Carnaval,
chocan frontalmente con su Cortex Cerebral.
Ante tantas adversidades
le he dicho que se quede dentro,
que no salga mas al inhóspito mundo de afuera,
que se quede dentro; sí.
--!Qué desgracia, Señor¡--.
Y, aunque mi bolsa ya se le ha hecho pequeña,
le he ordenado que se aguante en ella
y que no crezca más
para que así pueda sobrevivir
y morir, dentro de mi, en paz,
lo mismo que tantísimos Sapiens
como producimos y acarreamos,
aislados,
en nuestras bolsas marsupiales,
que, aunque salidos los unos de dentro de los otros,
a veces creamos esas criaturas de la Razón,
que, un día, al querer salir,
producen monstruos goyescos en el exterior
...y por eso no las dejan existir
destrozan y se comen nuestras partes de Sapiens
que trantan de crecer y desarrollar
nuevos horizontes adónde arribar;
que quieren saltar afuera
para transformar,
para cambiar éste Carnaval,
dónde, según se vé,
y, cada vez más,
sólo rigen los colmillos y zarpas
de peces, anfíbios, reptiles, y demás,
que impiden, "ad nauseam",
que esa Recapitulación en el vientre marsupial
llegue a su programa final:
nacer dialécticmente,
desde la ameba,
desde el pez,
desde el orígen,
hasta ese Sapiens,
esa criatura que, un día,
sale de nuestra bolsa de marsupial
y salta al mundo para poder caminar
y vuelve a nosotros, corriendo,
espantada,
aterrorizada,
de lo díficil que se le hace vivir en ésta sociedad
...que, paradójicamente,
aún nos sigue diciendo,
"Nosce te Ipsum",
cuando, en verdad,
cada vez que a esa misma criatua
que llevamos dentro la dejamos libre
...regresa de nuevo a nuestra bolsa,
aterrorizada,
huyendo de un mundo
que choca frontalmente con su Cortex Cerebral.
P.D.:
¿Podrá conseguir la Humanidad,
un día de albas blancas,
un día sin eclípses ya,
que esas criaturas marsupiales de la Razón
que llevamos en nuestra bolsa interior
puedan desarrollarse enteramente en el exterior?