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Mi mujer pinta y yo le he dicho
que pinta para escaparse de mi.
Y me ha mirado como se miraba
a los herejes en la Edad Media.
Y me ha dicho que soy yo el que se quiere 'escapar'
de ella con esa clase de comentarios.
Y es verdad.
Todos, 'pintando o haciendo comentarios',
sin pintar o sin comentar,
nos queremos escapar del otro,
de lo que cae en la otra orilla de nuestra corporiedad.
"El infierno son los otros",
decia Sartre.
Cuesta aceptar esta frase del pensador frances
porque de ser admitida nos teniamos
que autoreconocer como 'infierno' para algún otro,
¿y a quien le gusta representar un 'infierno'
para el projimo?.
A nadie.
Por eso cuesta aceptar este apotegma del pensador frances.
Para aceptarlo,
y derivando un tanto de Jean-Paul,
lo voy a entender de esta "sui generis" manera:
El otro es el espejo,
el reflejo,
la sombra del cuerpo colectivo
que nos acusa, nos impide, nos niega,
en muchas maneras,
la ficcion de nuestro 'yo',
el fantasma de nuestra 'individualidad'.
Porque lo que es real es el Todo,
no la Parte, el 'individuo',
porque este es espejismo,
es siempre ilusion, ficcion.
Y para esa ficcion,
la ficcion del reflejo de "les autres" en nosotros,
en nuestras propias ficciones ,
los otros,
en lo que, fenomenologicamente,
nos anatemizan y obstaculizan,
son ese "infierno".
Y por eso queremos escaparnos del 'otro'.
La contradiccion mortal surge,
naturalmente,
desde el momento en que necesitamos al 'otro'
para satisfacer y gratificar nuestras pulsiones --freudianas--,
y, por ello mismo,
y, al mismo tiempo,
nos vemos impelidos a repremir
que " L' ENFER, C' EST LES AUTRES"
Y por eso pintamos,
comentamos,
y llenamos el agujero existencial
con toda clase de material...
para escapar de los otros,
que es donde nos reciprocicamos todos
en la misma ficcion que se tratar de evitar al escapar.
"Yo soy yo y mis contradicciones"
(en lugar de "yo soy yo y mis circunstancias")
debio de haber dicho Ortega y Gasset,
que, a fin de cuentas,
apredio el existencialismo de los maestros alemanes.
Otra contradiccion mas que carga
esa extrañisima criatura
auto-llamada "homo sapiens".