Comunicación por escrito del rey Emérito
a su hijo Felipe, el VI:
"Guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España"
Asi que, para servirles mejor a los españoles,
cogió la maleta y se fue a Nurai
Su palacete con siete baños, su playa privada, sala de cine, billar, futbolines, automóviles una piscina que parece no tener límites
¿Para que le pueden servir la friolera de siete soberanos baños a "su majestad" el Borbón de los Borbones en su modesto "rinconcito" de la isla de Nurai? "
No es la primera vez que sucede en la historia, -y se ve que tampoco será la última - que un monarca hace una repugnante ostentación de riqueza mientras que el pueblo que ha dejado atrás engrosa las colas para alimentar el hambre.
¿Como es posible que nuestras sociedades permitan semejante afrenta?
Dice nuestra admirada
CANARIA-SEMANAL.org
preguntandose que ¿cómo es posible que nuestras sociedades permitan semejante afrenta?
Pues muy sencillo, compañeros, muy sencillo,
no seamos ingenuos, no le hagamos el honor
de no entender por qué el platanero dada bananas
y la tomatera tomates,
que el horno no está para bollos...
No es que las sociedades, las suciedades,
permitan semejantes afrentas, no:
¡ES QUE, PRECISAMENTE,
ESTAN BASADAS EN ELLAS!
Viven de ellas
Trabajan con ellas
Son creadoras de ellas,
de esta GANGSTERCRACIA
a la que llamamos democracia
Y ya que no podemos tener a nuestro servicio
un cuerpo de mercenarios
que pueda dirigir una carga policial
contra esta GANGSTERCRACIA
que saquea los escaparates tras los cuales
el pueblo almacena los bienes de su trabajo...
por lo menos corrijamos nuestro vocabulario
y a partir de ahora llamesmosles
GANGSTERCRACIA y no democracia.
Porque primero, antes de la acción,
tendremos que empezar
a llamarle a las cosas por sus propios nombres,
¿no?
Entónces entenderemos
por qué "las sociedades permiten
semejante afrenta"
y asi nunca mas le haremos el supino honor
de preguntarnos por qué la tomatera da tomates...