voy tejiendo mis pensamientos,
el sentir,
el recuerdo,
el sentimiento,
esas metafísicas maromas
que nos unen a la crisálida
que llevamos dentro,
esas que atan nuestro barco
al genuino puerto
de dónde nos sacan
para que, ajustados,
por los impuestos mares
naveguemos...
A solas,
siempre a solas,
en el 'Solus Ipse' auténtico,
ese dónde caen las cortinas
del escenario,
y ya en total silencio,
en el 'Hic et nunc' del momento,
el papel de actor desaparece
y nos enfrentamos a la ontología
de nosotros mismos
a la que tanto le tememos...
Entónces nos quedamos
en el borde de ese abismo
que todos, en secreto,
llevamos dentro...
El de la Esfingie
que nos mira en lo eterno
y no sabemos descrifrar
la respuesta que exige
su endosado misterio.
El Oráculo de Delfos
que nos asalta
con su 'Nosce te Ipsum',
conócete a ti mismo.
Este es el Abismo,
la Soledad de nosotros mismos,
la que nos separa
de una Naturaleza
de la que fuímos arrojados
por una evolución
que torció designios...
En el silencio y vacío de la casa,
sin testigos,
en la lejanía
del cielo y el mar
que curvan el horizonte
de esferas sin sentido,
ya podemos explorarnos
sin ser reconocidos...