Los teólogos han asegurado que una buena y cariñosa bofetada puede sustituir al agua de la pila baustimal que tanta falta hace en otros menesteres,
como, por ejemplo, para la propia limpieza de las iglesias.
Seran tres guantazos los que se lleven a cabo para igualar a la misma cantidad que corresponde al Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y, según ha notificado el Arzobispado, la secuencia se llevará a cabo de ésta manera:
"Yo te bautizo en el nombre del Padre"
--¡zaaass!, la primera bofetada--,
"del Hijo",
--la segunda--,
"y del Espiritu Santo"
--la tercera--
Eso si, según ha informado el Vaticano, el sacerdote,
al principio, se tendrá que comportar de una forma amorosa para preparar el terreno, después tendrá que pasar a la acción. Veamos:
Desde ésta bitácora le deseamos
a la Iglesia Católica,
que ha sabido ser pionera
en las campañas del ahorro
del precioso líquido,
el más rotundo éxito
en ésta nueva técnica bautismal
que también, por supuesto,
ha sido muy bien acogida
por los ambientalistas.