El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha prometido conceder la ciudadanía francesa a un heróico joven maliense de 22 años, Mamoudou Gassama, que, haciéndo de hombre-araña, ha logrado salvarle la vida a un niño de cuatro años que quedó colgado del balcón de un cuarto piso en Paris.
Rápidamente la noticia ha corrido como la pólvora y hoy mismo un guarda-costa español detuvo a una barcaza procedente de Africa llena de hombres-araña
que, entrevistados, declararon que se embarcaron para poder --vía España-- llegar hasta Francia dónde --dijeron-- estarían disponibles para cualquier emergencia que pudiése implicar el rescate de personas con el fín de poder optar a conseguir la nacionalidad francesa ya que en condiciones normales, y en el mejor de los casos, de no ser deportados, tendrían que vivir en infrahumanas condiciones y siempre a la espera de un trabajo que les pueda proporcionar una plausible y soportable legalidad existencial.
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El origen de los Hombres-Araña comenzó con el reparto colonial de África por las potencias europeas que fue el producto del imperialismo generado tras la revolución industrial a fines del siglo XVIII. El reparto y apropiación de las tierras africanas se hizo, al principio en desorden, y luego, al finalizar el siglo XIX, arbitrariamente, pero, siempre, naturalmente, bajo un concepto saqueador y provechoso de todo tipo de mano de obra esclava y de toda riqueza susceptible de explotación y pillaje. |
Desde ésta bitácora les deseamos a todos éstos
Hombres-Arañas, primero,
no solamente que puedan llegar sanos
y salvos a sus destinos
y puedan escalar exitosamente
cualquier altura dónde haya un niño en peligro
--y así sean reconocidos por sus heroísmos--,
sino que un día,
sin escalar ya como Hombres-Arañas,
puedan escalar las alturas
que les fueron robadas
y desde la que una vez el imperialismo
arrojó a sus antepasados al vacío.
¡Suerte, hermanos!