"...Soñar con otro mundo
se ha convertido en un crimen..."
Hoy he cometido ese crimen.
Un día frio dónde la onírica de seda
alzaba en el aire cormoranes gigantes
en busca de estuarios nímbicos.
Y me fui con ellos.
Lejos.
A volar.
A creer que otro río es posible,
sin presas,
sin diques,
sin tabicar.
A diseñar otros planos
de hogares distintos
a los que nos hacen habitar...
Y me fui dando cuenta
del por qué es un crimen:
porque otro mundo si es posible;
si fuese imposible no lo tendrían que censurar.
Es lo que me dijeron los enormes cormoranes
con sus alas abiertas,
buscando estuarios nímbicos
dónde anidar...
Y me fui con ellos.
Lejos.
A volar.
A cometer el crimen
en las alturas que se alcanzan
cuando los vigilantes duermen
y nos escapamos sin volver atrás...