bombas,
drones,
coches,
computadoras,
relojes,
juegos de vídeos,
teléfonos...más y más inteligentes
es lo que cada vez nos ofrecen los mercaderes
en abundancias de marcas, diseños
y promociones en crescendos
que desbordan todas las imaginaciones.
Y la pregunta, claro, es de perogrullo:
¿y si todo cada vez es más inteligente,
por qué cada vez somos más tontos?
La respuesta está en el antiguo y simbólico lema
de 'Kodak' que puso en marcha el cosmos
de la fotografía:
"Usted oprime el botón,
nosotros hacemos lo demás"
Y desde entónces los 'Kodakeros'
lo estan haciéndo todo por nosotros,
nosotros sólo tenemos
que apretar el botoncito de marras,
mandar el texto, el mensaje
cambiar la imagen en pantalla,
o decirle al Drone dónde
dejará caer su 'carga',
o, con el control remoto,
delante de la TV,
poner la cara mas bonita que haya,
todo programado y calculado
a distancia, sin salir de casa,
protegidos y cubiertos
por el líquido amniótico
de la tecnología que nos abraza.
Todo es ya coser y cantar.
Aguja alambrica o inalámbrica,
zurcir, o pegar botones en la solapa
para que entre por el ojal
las ordenes que nos mandan.
Todo es ya coser y cantar.
Cantar para acunar la Soledad,
el abismo,
el vértigo,
la duda,
la metafísica,
las entrañas
...con ese botón,
que, al pulsarlo,
o realiza lo que queremos
o en otro planeta nos planta,
sin movernos de la silla,
sin salir de casa.
Y todos parecemos estar
muy felices con ello,
como si nada pasara.
"Everybody's Happy Nowadays",
era el eslogan en el "New Brave World"
("Mundo Feliz") de Huxley,
dónde el problema de la felicidad
consistia en hacer que las gentes
amen su servidumbre.
Es el actual universo humano
maquillado de tal manera
que su auténtico rostro
ha desaparecido de todas
nuestras puertas y ventanas.
El enajenante modo
de producción-consumición capitalista
no ha podido haber llegado
a otro diferente escenario
que a éste mundo de 'botoneros'
sobre pantallas dónde vivimos
unas vidas secuestradas:
Que importa ya dónde está
lo virtual y la realidad,
la ficción y la objetividad
que siempre se aplaza,
el comercial o la creencia sagrada:
todas estas divisiones
han sido borradas del mapa:
Usted no se preocupe en buscarlas,
Usted, tan sólo, oprima el botón
y deje que nosotros
hagamos lo que haga falta...
Estamos en una nueva cima
del "progreso" humano:
el "Homo button",
el "Button homo",
tanto monta monta tanto,
escualidas guirnaldas
se nos caen a pedazos.
Nos estan convirtiendo
en un rebaño con cencerros
que anuncian todos los pasos
que vamos dando,
asi pueden saber,
a cada momento,
dónde estamos para vendernos
el último cacharro.
Somos ya estatuas
de manejadores de máquinas
que ya ni saben ni quieren saber
lo que está pasando...
¿para qué, si cada vez estamos
mas entre-tenidos
con los inteligentes aparatos?
Estamos siendo expulsados
de nosotros mismos
en ésta galaxia "inteligente"
donde lo creado
supedita al creador
doblegando, esclavizandolo,
por mucho que la publicidad
machaque en lo contrario.
¿Adónde vamos?
No descubrimos nada
ni nuevo ni original.
Einstein, que para éstas cosas
también era un genio,
ya intuyó algo
que no estaba encajando: