"El pasado nunca está muerto.
Ni siquiera es pasado"
William Faulkner.
Otra vez.
Es lo mínimo que podemos hacer.
Pleonasmo, repetición, si,
pero no es nuestra la anáfora,
son los hechos que se repiten otra vez,
voces, memoria, emociones pidiendo justicia
sobre himaláyicas impunidades
que nunca se desvaneceran
mientras no se desamordace el silencio,
éste criminal silencio
con el que nos quieren ahogar
e impedir el despertar la história:
"Decía Donne que nadie duerme
en la carreta que lo conduce al patíbulo,
y que sin embargo todos dormimos
desde la matriz hasta la sepultura,
o no estamos enteramente despiertos.
Una de las misiones de la gran literatura
es la de despertar al hombre que viaja
hacia el patíbulo"
Ernesto Sábato
Esta catacúmbica bitácora,
ni que decir tiene,
no es esa gran literatura,
no tiene ni misión redentora
ni de mensajes grandiosos es portadora,
ni pretende despertar porque el que escribe
aún no se ha despertado del todo,
pero, por lo menos,
tenemos que cumplir el compromiso
que éstas víctimas merecen
en un país en el que el Jefe de Estado
sigue siendo el Sucesor
de aquellos ríos de sangre y dolor.
Una vez más aquí estamos.
Ante ésto, todo el que calle es cómplice: