South California.
Hace calor
Más que calor, fuego.
Un fuego in-natural,
de ribetes pirómanos,
de lacras abrasadoras,
de implosión artificial.
Mas leña al fuego
echamos sin conciencia del mal.
Hornos y hojarascas que nos montamos,
calentamiento global.
Cada día todo más caliente.
más friccional.
Todos contribuyendo a la explosión final.
Todos Vulcanos sin querer apagar.
Cámaras crematorias
producidas por las disturbantes turbinas
del "progreso" que ha desbaratado
el ritmo sincrónico del clima,
su balance, sus estaciones,
su giroscopio regulatorio habitual.
El aire es denso y pesado.
Densada y pesada
es ésta ardiente "civilizacion",
destructiva, arrogante,
incendiaria, sofocante
...¿sabremos regresar?,
¿estaremos quemando el hilo de Ariadna,
la salida, la puerta por dónde saltar?
Cantan ahogados los cuervos.
Los pájaros sienten la incandescencia
de ésta indecencia de la temperatura
a la que ha llegado la humanidad,
bochorno con cualpables,
quemazon provocada por ésta fiebre
que acicata el "crecimiento económico"
dónde todos nos estamos quemando ya.
Suena el teléfono.
Aguíen dice que los que tengan problemas al respirar
que no salgan de sus casas, que cierren las ventanas
para que el calor y el humo no puedan entrar...Con lo que ya llegaran las llamas que pronto nos consumiran; que será un final rápido --dice la voz que solo trata de informar--, hasta feliz, calentito, chirriante, pero en paz, porque pereceremos con nuestras propiedades y junto a nuestros fetiches, final del consumidor triunfal
Ya es un consuelo.
Uno ya se siente más reconfortado,
menos solo,
porque se sabe reconocido
por el grupo de incendiarios
que a la vez manejan
los teléfonos para ayudar.
Y se encuentra,
en su caliente aislamiento,
apreciado por los demás
sabiendo que se preocupan por nosotros
aconsejandonos sobre la mejor manera
que podemos capear el hirviente temporal
Hasta parece que ha bajado el fuego
en ésta colosal pira-espiral
que ya es la entera "civilización"
en el cul-de-sac de su caldera industrial.
Asi, pienso, terminará un día
éste cuento mal contado
del que nadie se quiere apartar:
anunciándonos los "medios de comunicación"
--si es que para ese entónces
aún puedan funcionar--
que los que tengan problemas al respirar
que no salgan de sus casas,
que cierren las ventanas
para que el calor y el humo no pueda entrar...
Y asi apareceremos un día para las subsiguientes generaciones que hayan logrado escapar
de éste Incendio Colosal,
como los cuerpos carbonizados y encenizados
de Pompeya o de Peyapom,
en cualquier lugar de éste planeta
donde nadie quiso oir
las advertencias y admoniciones de Gaia
desde las garitas de su ancestral percepción...