Al otro lado de la frontera está Tijuana, México.
Desde San Diego son sólo veinticinco millas.
A tiro de piedra, vamos.
Un tiro que, naturalmente,
a los mexicanos
siempre les sale por la culata
Una piedra que cuándo se cruza desde el Imperium
cae al otro lado de manera suave, limpia,
con un Welcome agradable que no detiene al viajero.
El problema está cuándo el tiro de piedra
se dá en viceversa.
Entónces ocurre algo único, un espectáculo
difícil de olvidar que cala los huesos,
la sensibilidad y los sentidos,
aúnque tratemos de hacer la vista gorda,
muy gorda,
y aparentar que nada hemos visto.
Nunca más, después de ello
--siendo conscientes--,
volveremos a ser el mismo
al pasar por ésta entrada
viniendo de Tijuana a los Estados Unidos.
Al menos yo aún no he podido dijerirlo.
...................................................
En un 'parking lot' de Ensenada,
limpiando coches,
trabaja Felix Rodriguez.
Tiene dos dientes de oro
que piensa empeñar
en caso de que "la cosa me siga yendo mal"
"Lo que usted quiera limpiar",
nos dice acostumbrado a hacer lo que haga falta
para nadar en el mar.
Es viejo.
Ni el mismo sabe su edad
(Que bien, no saber la edad).
Vivió en los USA toda su vida.
Hijos, nietos, sobrinos y tatarasobrinos.
Un dia lo coge la "migra"
y lo deporta por indocumentado.
¿Que es un documento?,
nos dice no sabiendo qué carajo es.
Nosotros no sabemos explicarselo.
Ni el ni yo sabemos explicarlo.
Y esto nos une.
Ahora vive con una americana
en un cuarto alquilado
que los "pinches cabrones
a cada hora le suben la renta"
Un día espera casarse con ella
y arreglar los papeles.
Y arreglar su situación.
Mientras tanto limpia coches esperando regresar.
"Pero ya soy viejo, no sé si el cuerpo aguantará
...no importa...asi es la vida. Dios dará..."
Asi es la vida.
Dios dará.
Pareció que el mismo cielo
no estaba de acuerdo
con lo que acababa de escuchar
Seguramente ya nunca verá a sus hijos,
sobrinos y tatarasobrinos.
Al menos que un día
pueda cruzar el borde.
Un borde a tiro de piedra.
Un tiro que, naturalmente,
a los mexicanos
siempre les sale por la culata.
La culata de los olvidados
De los que no existen.
Me marcho y Felix se queda
en mi cochecito trapeando.
Y me voy pensando
en la película Gravedad,
que éste año ha ganado
el Oscar de los americanos,
lo bien que ha sabido llevar
la supervivencia y la angustia
de los mexicanos aquí en la tierra
...al espacio.
Que barbaridad, hermanos.