Monday, June 10, 2013
"BAUDELAIRE", Jean-Paul Sartre
La isometría es una aplicación matemática entre dos espacios métricos dónde se conservan las distancias entre los puntos; y si es verdad, Sartre es un escritor isométrico porque sabe conservar y enriquecer las distancias que hay entre el escritor y el pensador, el escarbador existencialista, de tal forma que, en éste caso, los dos ganan y aprenden el uno del otro.
Es una maravilla.
El libro dice en su contraportada que su trabajo es "uno de los mas brillantes logros del criticismo moderno", y poniendo a un lado que, al estar escrito por la editorial que publica el libro hay en ello la obvia promoción comercial, la verdad es que, después de leerlo, tenemos que reconocer que hay mucho de verdad en ello.
Es un estudio existencial.
Existencia viene del latín ex–sistere, que significa "lo que es", "lo que está ahí", ese 'ser-ahí', el 'Dasein' heideggeriano, el hombre cogido en las pinzas de su inexorable destino humano.
En este caso ese ser-ahí es Baudelaire, con la ontología de criatura humana, la pulsión física y psíquica, la tácita y la potencial, la real y la omitida, la que está en la carne y los huesos, la que se oculta en los tuétanos, y la metafísica que siempre está detrás de los túneles que oradamos, el precipicio al que nos asomamos, la baranda sobre la que a solas lloramos, lo que a nadie le contamos, el 'solus ipse' que llevamos olvidado.
Para todo ésto Sartre tiene y posee unas herramientas especiales para sacarlo y ponerlo al alcance del neófito que lee y se hunde en sus frases y parrafos; asi, con maestría, desnuda a su personaje sin pedirle permiso hasta llegar al hombre abierto en canal sacándole sus máscaras y sus amuletos. La autopsia impecable del ser, el vaciado del no-ser y su solapado transcender.
Aplicarle un estudio existencial a un personaje histórico es como unamunizar la história y quitarle sus tramoyas y tangentes para quedarse tan sólo --bisturí en mano-- con la célula madre de todos sus organos internos.
Sartre dice que es un 'psicoanalisis existencial', y ésto está más a nuestro favor, más en regla con lo que decimos y pensamos, es más, nos lo agranda, porque aparte de desnudarlo y bisectarlo y descuartizarlo, lo pone todo bajo el microscopio y empieza a contarnos como se movían sus instintos taponados y sublimados, el quantum de sus electrones que en unas ocasiones los trata como partículas y en otras como ondas que se esparcen en todas direccciones.
Y aqui empieza la belleza sartriana del escritor isométrico porque el pensador, el psicoanalista, el detective, el literato, el arte-sano y, naturalmente, el existencialista, se combinan de una manera en la que todos éstos espacios métricos conservan magistralmente y exáctamente sus distancias con los correspondientes puntos dónde en cada momento nacen y danzan.
Una possible sintetización podría ser ésta:
"Thus Baudelaire's suffering was the empty exercise of his transcendence in face of the given" (p. 97)
"El sufrimiento de Baudelaire, frente al mundo, era el vacío ejercicio de su transcendencia"
Y ampliando:
"La función del particular sufrimiento de Baudelaire era la expresión de la insatisfacción. El sensitivo hombre moderno no sufre por ésta o aquella razón en especial, sino, en general, porque nada en ésta tierra puede satisfacer sus deseos" (p. 96)
Baudelaire no escogió sufrir, no: enalteció el sufrir en el altar del culto del sentido sagrado que de ello hizo Feuerbach, nunca como trivial masoquismo o pseudosentimiento depresivo, sino como indispensable herramienta existencial que require el cincel del artista para esculpir su plena y auténtica escultura vivencial.
En una extraordinaria carta --que se quedo en borrador--, escribe:
"Un hombre tiene que haber caído muy bajo en la vida para creer que es feliz"
Para Baudelaire en la autenticidad del conflicto humano está la luz que crea, que proyecta, y en éste haz luminoso el comfort del hombre consigo mismo es la ataraxia que paraliza la intensidad con la que se tiene que llegar a la "coincidentia oppositorum" para que ésta pueda tener las ramificciones necesarias de no hacernos caer "muy bajo en la vida para creer que -se- es feliz".
El cósmos del "New Brave World" ("Mundo Feliz") de Huxley que vendría después con su "Nowadays everyone is happy" ('Hoy en día todo el mundo es feliz') se convertiria en la antitesis baudelaireniana más grande de todos los tiempos.
Dijimios que la isometría es una aplicación matemática entre dos espacios métricos dónde se conservan las distancias entre los puntos...pués esperemos que esas distancias históricas que se conservan entre los puntos de Baudelaire y las previsiones de Huxley, yendo contra las leyes de la isometría, se vayan perdiendo en la medida que vayamos ganando en calidad y autenticidad existencial.
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