Wednesday, January 23, 2013
A MI MADRE, AUROR...estés dónde estés...
Qué tontería una telenovela, ¿no?.
Puede ser.
Puede ser que sea un subproducto trillado de la pseudosentimentalidad de éste mundo tan alienante y encápsulado dónde con lo 'elemental' del "homo sapiens" se aplacan y se desvían las energías que pueden molestar a los Amos. Si.
Una especie de 'pan y circo' folletinesco sin leones ni gladiadores romanos. Si
Pero tengo que escribir sobre ello y hay que pasar éste punto estancado.
Asi que ahi voy...
Estoy viendo --y viviendo--
una telenovela.
Bueno, en éste caso,
es una computanovela.
La veo en el ordenador y así cribo
y selecciono lo que me dá la gana.
Asi sigo a los personajes que me interesan
y a los que tiro por la ventana.
Se llama "Corona de Lágrimas".
Todos --lo admitamos o no-- estamos coronados con esa tiara.
Todos --lo admitamos o no-- somos reyes empenachados
y sentados en el trono de las catacumbas,
galerias y soterraños de las emociones humanas.
¿Que son las "emociones humanas"?
La "emociones humanas" --ya lo hemos dicho muchas veces--
son ríos que se extraviaron camino del mar
y se quedaron convertidos en lagos y lagunas,
presas y charcas,
que, al más mínimo desnivel del terreno,
continuan su flujo, su caminata.
Asi de simple.
Asi de 'Terminatta'.
Me confieso ontogenéticamente:
Llevo una Corona de Lágrimas.
Mi madre llevaba una Corona de Lágrimas,
aúnque ella no protagonizaba nada.
Mi madre llevaba una aureola de luto
incluída en la corona que Queipo de Llano implantó:
"El ochenta por ciento de las familias andaluzas están de luto..."
¿Cabe mayor diadema?
Yo viví ese azabache negro que colgaba
de sus balcones andaluces como un blason
que se transfería a todo el corpus enternecido
de sus pasiones guillotinadas, cuando, frente a la radio,
escuchabamos las míticas voces de Pedro Pablo Ayuso
y Matilde Conesa en "Ama Rosa", famosa radionovela
allá por principios de los cincuenta en España.
Estas son mis raíces.
Mi epigénesis umbilical,
y, por qué no, sagrada.
Y sin radio o con radio o televisión,
la madre de mi madre,
cadena generacional,
llevaba también una C. de L.
Es una evolución coronaria que nos viene desde lejos.
Lucy, la Australopithecus afarensis
de hace 3.2 millones de años
llevaba una C.de L.
El lugar y el momento histórico donde nací
portaba, en todas sus arcadas, una C. de L.
Asi que no se ha de extrañar nada.
Las C. de L. comienzan a entrar
en el Negocio del Entreteni-miento
cuando los Gangsters del Dineral,
siempre al quite de la oportunidad alada,
comienzan a darse cuenta de la Mina de Oro
que son la "libido dominandi" y las 'emociones humanas',
que si se las enlata bien enlatadas para el consumo público
de esas aguas que mencionabamos,
que, camino del mar, quedaron estancadas
en lagos y lagunas, presas y charcas,
y si se las sabe "coronar" con los ingredientes necesarios
para hacer aprovechable masivamente la adecuada
receta culinaria...dá, como resultado inmanente,
lo que yo estoy "viviendo" ahora con esa "Corona de Lágrimas"
Pero para eso --hay que recaer en el pleonasmo--
es necesario que las aguas de nuestro río esten varadas,
y, ademas de ello, tengamos la pulsión
--por cualquier neurológica forma de alpargatas--
de continuar hacia el mar para desahogar
las corrientes atrapadas.
Pero es necesario que esa "Corona" nos haya sido transmitida
consciente y subconscientemente,
desde Lucy a las abuelas,
de las abuelas a nuestras madres,
y se tenga que haber nacido en un sitio
dónde, como respuesta a lo que pasaba,
nos hayamos tenido que "coronar" de ésta forma
tan sentimental, afectiva y vibratoria cuántica,
para poder soportar el vendaval que nos cruza
el termoestato del alma.
Madre, estés dónde estés,
ahora, ya al paso del misterio del tiempo,
cuando el vendaval que nos cruza
el termoestado del alma
convierte a "la niñez ya fábula de fuentes",
como dijo el poeta, en azul alborada,
y a la juventud en una memoria perpetua
de todo aquel cariño que entregó tu luto
a manos de todas las penas
y sacrificios que llevabas como guirnaldas
...estés dónde esté, ahora, desde aquí,
en el infinito que no borró
aquel tiempo en el que los dos oíamos en la radio
"Ama Rosa" y tu sentías y vivías
todo aquel humano drama,
te recuerdo al ver ahora yo ésta "Corona de Lágrimas"
por traerte a mi memoria aquel lejano espacio
en el que, al atardecer, crepúsculo de sonatas,
los dos, pegados a la radio,
escuchabamos aquellas míticas voces
que interpretaban tantos halos de emociones
que tú corazón derramaba...
Ahora, estés dónde estés,
quiero escribirte estas palabras.
http://sisifocansado.blogspot.com/2013/01/a-mi-madre-aurora.html
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