El citado libro de Lucien Malson esta traducido al español por Rafael Sanchez Fernosio en Alianza Ed., Madrid, 1973, y de él acotamos:
"(...) Volvemos, pues, a nuestras propocisiones de partida: hay una constante humana social, no hay una naturaleza humana, que tendria que ser pre-social en la misma medida en que lo son las naturalezas de los animales. Estos, aun aislados desde su nacimiento, y a despecho del grave daño que ello les pueda acarrear, conservan sus esenciales instintos --que los caracterizan biológicamente-- claramente definidos...'Nada semejante puede producirse en el hombre', afirma Lévi-Strauss, pues no hay en él comportamiento natural de la especie'. Fuera de la sociedad --de venir realizado como producto cultural-- el hombre no puede hacerse sino un monstruo..."
(Pagina 36)
Veamos ahora esta clase de "monstruo", "Homo ferus".
La discusión y análisis de los niños salvajes fue iniciada por el historiador Bernar Connor, el nauralista Buffon y por el filósofo Condillac. Estos estudios se centraron en los niños que habían sido privados, por cualquier circunstancia, de una contínua y normal educación.
Rousseau, en su "Discours sur l'Origine de l'Inégalité", menciona cinco casos al respecto. En todos éstos casos los niños van a cuatro patas y les es extremadamente dificil el aprendizaje de acostumbrarlos al bipedismo. Mas tarde, Linnaeus añadiría varios casos mas al respecto. Y hacia el final del siglo dieciocho, von Schreber an Michael Wagner elevó a catorce el número de reconocidos niños salvajes. Los casos mencionados, y otros más, se discutieron por R. M. Zingg en "Feral Man and Extreme Cases of Isolation" American Journal of Psychology, (Vol. 53, 1940, pp.487-517).
Aqui no vamos a entrar en los pormenores de la abultada literatura investigativa al respecto, nos limitaremos a extractar la conclusión común a los tres casos más estudiados --y a todos los restantes-- por Jean Itard, médico director del Hospital para Sordo-Mudos de Paris, Von Feuerbach, Presidente de la Corte de Apelaciones de Ansbach, y J.A.L. Singh, abogado y misionero. Respectivamente, el niño salvaje de Aveyron, Francia (finales del s. XVIII); el caso Kaspar de Nuremberg, Alemania (mediados del s. XVIII); y la niña lobo Kamala de Midnapore, India (principios del s. XX). Tres "hominis feri" bien analizados, especialmente 'l'enfant savage' de Aveyron.
Esta es la conclusión --entre otras--:
El habla,
El bipedismo,
La libido,
en la especia humana,
son condicionados y manufacturados por la cultura humana:
no provienen de la llamada "evolución natural".
Pero nosotros vamos más lejos.
Y nos atrevemos a decir que el subconsciente
es también condicionado y manufacturado
por la cultura humana:
(Freud creía también en la universalidad
del complejo de Edipo y Malinowski
demostró que es otro producto cultural)
¿Que clase de "subconscientes" podian tener
el niño salvaje de Aveyron, Kaspar o Kamala?
¿El que nos relata Freud?
¿El que nos dibuja Jung?
¿El que postula Lipot Szondi
en "Experimental Diagnostic of Drives"?
Ninguno de ellos.
Y no los podían tener porque la criatura humana,
en cuanto "sapiens",
es un depósito "teratológicamente vacío",
incluído, naturalmente, el cajón del subsconciente.
¿Y el codigo genético?, se preguntará.
El ADN humano, si, es "fijo" en la especie humana
como en todas las especies,
pero en nosotros,
salvo el comer y dormir y llegar vivos al día siguiente,
como en el niño de Aveyron, Kaspar y Kamala,
y salvo una que otra característica adicional,
constituye tanbien "otro depósito abierto",
otra "tabula rasa" a llenar sobre la que el medio ambiente
escribe sus mensajes ambientales, nada mas.
Todo ello concluye en lo que dijo Jaspers en su "General Psycho-Pathologuy: "Desde el punto de vista psicológico nos convertimos en hombres por lo que adquirimos mediante la imitación y la educacion".
Todo ello arriba a la "tabula rasa" de la famosa estatua de Condillac que sólo empieza a cobrar vida al entrar en contacto empírico con su medio cultural...aúnque en el caso del "homo sapiens sapiens", al ser ésta dependencia cultural tan absoluta e indispensable para ello, y, como demuestran los casos citados, pasado cierto tiempo aislados sin contacto humano...nuestra "estatua" cruza un nivel sin retorno en el cual ya nunca podemos incorporarnos a las plenas características que nos hacen humanos.
Es "el hombre el que hace al hombre",
bajo ésta óptica es con la que podemos entender
a Edward Barney, sobrino de Sigmund Freud,
el gran manipulador de la conducta humana,
que, en la decada de los veinte del siglo veinte,
manipuló, en los USAdores, la conducta de los americanos
y del mundo patra adaptarla a las necesidades del capitalismo.
Y no sólo ello, sino que, bajo ésta óptica,
podemos explicarnos el insólito hecho
de que cualquier política,
producto,
idea,
crimen,
guerra,
mentira,
propaganda,
distorsión y manipulación,
se pueda imponer...aún a plena sabiendas
de que el tipo que nos vende el producto de turno
en la televisión, o en cualquier medio,
ya sea un coche, un jabon
o el candidato a la presidencia de cualquier pais,
es un actor mercenario al servicio de quien le paga...
--hablamos siempre dentro del capitalismo--
y, a pesar de ello,
se "le compra el producto que promociona".
¿Por qué?
(Ello explicaria, como se preguntaba Engels,
el por qué actúamos contra nuestros propios intereses)
La contestación no puede ser otra que:
porque el hombre hace al hombre,
no solamente en sus primeros años,
sino CONSTANTEMENTE,
porque no somos "un producto natural"
que cuesta modelar fictíciamente,
sino un corolario artificial
que se "artificializa", y se construye,
contínuamente,
a lo largo de su entera existencia.
Porque si sólo somos hombres, "sapiens",
como decia Jaspers,
mediante la imitacion y eduación,
siempre continuamos imitando,
siempre nos estan educando
en adaptarnos al 'status quo' de turno.
...aunque no tengamos conciencia de ello.
Y no es, como creia Barney y muchos otros,
que la propaganda,
transformada ahora en "relaciones públicas",
es lo que hace sublimar y desahogar
ese subconsciente freudiano de irracionalidad,
perversidad e impulsos reprimidos
a través del "engineering consent" del régimen
en sus vertientes económicas y políticas,
no; no es así.
Y es que Barney no había leído
a Itard, Feuerbach, Singh o Lucien Malson;
es que Barney no sabía nada de los "Hominis feri".
No sabía, en concreto, qué es el "homo sapiens sapiens".
Su tío, Freud, antropológicamente, tampoco lo sabía...
No sabían que es el hombre el que hace al hombre
(que el "homo sapiens sapiens" es tan solo
una invención teratológica
del mismo teratológico "sapiens"),
no solamente en sus primeros años-base,
sino a todo lo largo y ancho se su existencia,
y, desde luego, como medio para reproducir
unos especificos intereses...
donde unos puedan vivir a costa del trabajo de los otros.
Creemos, asi, que se ha respondido,
a "grosso modo" --pero un 'modo' esencial--,
a la pregunta de preguntas,
y la respuesta solo puede ser una:
SI SE QUIERE SABER QUE ES EL HOMBRE,
AL NACER, SEPAREMOSLO DE SU ESPECIE
PARA VER, EN LIMPIO, DE "PER SE",
NATURALMENTE,
QUE "CLASE DE SER" APARECE ANTE NOSOTROS.
Y una vez que, de ésta manera,
lo tengamos delante nuestra
y lo podamos estudiar y observar
--aclarada entónces la interrogante de interrogantes--,
automáticamente nos damos cuenta del por qué,
éste "Prohibido Experimento" (1)
ésta "anomalia" --Erich Fromm--
sigue siendo eso, un "prohíbido experimento".
Pues vernos a nosotros mismos tal como somos
sería lo mismo que tratar de entender la luz
mirando al Sol: difícil sería el soportarlo
...al menos que las herramientas
del estudio y la objetividad
no nos proporcionen los necesarios medios técnicos
para mirar la estrella que nos da vida:
nosotros mismos.
Antes de terminar nos haría falta agregar algo importante, algo que retrate a ésta criatura vestida que inunda el planeta como una mancha solar en tierra.
Indudablemente, las posibilidades con las que aparece el hombre al mundo, ese hiperdesarrollado cerebro del genial-loco que lo encubran, le asigna las grandes potencialidades que conforman la espiral de su variopinta historia dónde encontramos casi todo, y las dos fotografias con las que empezamos arriba lo dicen muy explicitamente.
El existencialismo, el primero en afirmar que no hay naturaleza en el hombre, sino historia, por boca de su apostol, Sartre, deja claro que el hombre está condenado a ser libre, nosotros lo interpretamos en el sentido que de una criatura humana puede salir cualquier cosa, desde Hitler a Garcia Lorca,
desde éste a un Intocable en las castas indues;
desde un ignorante a Einstein;
desde un pordiosero a un emperador,
desde un santo a un criminal,
desde un campesino al que lanza
la bomba atomica sobre Hiroshima
...para que contar.
Y de ello se quiere hacer siempre algo glorioso, apologético, grandioso; cantándonos siempre a nosotros mismos sobre las inconmensurables posibilidades y probabilidades que se funden bajo las latentes capacidaes de nuestra especie...loado sea dios...
La realidad es otra muy distinta.
Porque la respuesta a ello no es la que se nos da 'ad nauseam';
la real respuesta de que es así,
no es por "potencialides" circunscritas
a nuestra única, polifacética y "divina alma",
es, simplemente,
porque el hombre NO ES NADA,
o, mejor dicho:
ES UN DEPOSITO VACIO,
artificialmente vacío,
que, según se ve,
se puede llenar de innumerables formas.
Eso es todo.
Y éste es, precisamente,
el Gran Conundrum Humano,
la Gran Tragedia Humana,
QUE CARECEMOS DE NATURALEZA,
y, de ésta forma,
podemos adquirir la que sea;
-la del lobo si nos cria un lobo,
-la de un babun si nos cria un babun
-la de un hombre si nos cria un hombre;
y podemos hacer lo que sea,
simplemente,
PORQUE NO ESTAMOS HECHOS DE NADA,
por eso tenemos la "potencialidad"
de ser CUALQUIER COSA,
por eso es que, despues de 3,6 millones de años,
desde que ibamos a dos patas,
aun no sabemos ni lo que queremos
ni adónde vamos.
No hay otra forma de explicarlo.
Esto no es "adaptabilidad":
esto es VACIO, NAUFRAGIO.
Ésto es, naturalmente,
IR AL GARETE,
AUSENCIA DE NATURALEZA.
Por eso, con cada status que adoptamos,
con cada cosa que "creemos ser",
salta siemre la lacerante contradicción,
porque suprimimos en nosotros
todo lo demas que podemos ser y no somos.
Este es el Gran Conundrum,
La Gran e Insoluble Tragedia del ser humano.