un día cualquiera,
un año cualquiera,
en un universo cualquiera,
en el abismo del misterio
que rasga y levanta
todas las puertas
en contínua demolición
como si nunca atinaramos
con nuestras estrellas.
...Solos, siempre solos
en el infinito palimpsesto
de superpuestas azoteas
dónde el recuerdo
se hace esquelas
y la infancia,
ya murmullo de frondas,
alza sus velas.