BERKELEY e-PLAQUE
Kaczynski Residence: 2628-A Regent Street
Theodore John “Ted” Kaczynski, known as the “Unabomber,” lived in this cottage while teaching in Berkeley. A child prodigy, he was admitted to Harvard at age 16, earned a mathematics PH.D. from the University of Michigan, and at 25 became the youngest professor ever hired by UC Berkeley. He was apparently unpopular among undergraduates, who gave him poor ratings because he seemed nervous while teaching and was unresponsive during office hours.
After two years Kaczynski resigned his University position and moved back into his parents’ home. Later he moved to a remote cabin in Montana with neither electricity nor running water. Between 1978 and 1995 Kaczynski mailed 16 homemade bombs to airlines, universities, and computer stores, setting off a massive FBI search. His prolonged terror spree, which killed three and injured 23 others, was code-named “Unabom” (for its UNiversity and Airline BOMbing targets). In 1995 Kaczynski sent a 35,000-word anti-technology manifesto to newspapers for publication, which led to a tip from the bomber’s brother. He was captured and sentenced to life in prison without parole.
Contributed by Robert Kehlmann, 2012
https://berkeleyplaques.org/e-plaque/ted-kaczynski/
Theodore John "Ted" Kaczynski, conocido -por el FBI- como el "Unabomber", vivió en este cottage -detrás de la fotografía de arriba- mientras enseñaba en Berkeley. Fue un niño prodigio, admitido en Harvard a los 16 años donde obtuvo un doctorado en matemáticas de la Universidad de Michigan. A los 25 años (1967) se convirtió en el profesor más joven jamás contratado por UC Berkeley. Aparentemente, era "impopular entre los estudiantes universitarios, quienes le dieron calificaciones bajas porque parecía nervioso mientras enseñaba y no respondía durante el horario de oficina"
Después de dos años, Kaczynski renunció a su puesto en la Universidad y regresó a la casa de sus padres. Más tarde se mudó a una cabaña remota, sin electricidad ni agua corriente, en Montana.
Entre 1978 y 1995, Kaczynski envió por correo 16 bombas caseras a aerolíneas, universidades y tiendas de informática, lo que provocó una búsqueda masiva del FBI. Su prolongada ola de terror, que mató a tres personas e hirió a otras 23, recibió el nombre en clave de “Unabom” (for its UNiversity and Airline BOMbing targets).
En 1995, Kaczynski envió un manifiesto contra el Sistema Tecnológico de 35.000 palabras a los periódicos para su publicación, lo que dio lugar a una pista del hermano del terrorista. Fue capturado y condenado a cadena perpetua sin libertad condicional.
I am sending you this letter
to the "residence"
that the Bombers of Humanity
have assigned you
to tell you that many times,
before the spectacular panorama
of this Gangstercracy,
I think of you, in your clear,
penetrating and accurate vision (*)
of this decomposed civilization.
Be strong, because the free-thinker
imprisoned is freer than his guardians.
A hug
(*) "We therefore advocate a revolution against the industrial system. This revolution may or may not make use of violence: it may be sudden or it may be a relatively gradual process spanning a few decades. We can't predict any of that. But we do outline in a very general way the measures that those who hate the industrial system should take in order to prepare the way for a revolution against that form of society. This is not to be a POLITICAL revolution. Its object will be to overthrow not governments but the economic and technological basis of the present society"
Post Data
¿Eran las máquinas, la tecnología --efecto de las ciencias-- las responsable de las tormentas que se presentían? ¿Es la pistola la causa del crimen o el dedo que aprieta el gatillo? ¿Estaba centrado el mal en la incipiente tecnología o en el fín que perseguían los amos de la misma? Aquí la objetiva interrelación entre causa-efecto se hace evidente y hace saltar la inevitable interrogante:
Algunos críticos marxistas ban negado, hace ya decenios, la reducción de la praxis a la técnica sin reconocer empero suficientemente que la posibilidad de tal interpretación errónea de la teoría marxista radica en ésta misma teoría.
Y asi, Lukács (1923) ataca el estrechamiento por Engels del concepto de "praxis" en Experimento e industria (2). En 1925 criticó ejemplarmente en la "sociologia marxista" de Bujarin el determinismo tecnológico, la "identificatión de la técnica con las fuerzas productivas":
"La teoria de Bujarin, muy cercana al materialismo científico-burgues, contiene... el tipo de una ciencia... y por eso en su aplicación concreta a la sociedad y la história borra a veces lo decisivo del método marxista: reducir todos los fenómenos de la economía y la 'sociología' a relaciones sociales de las personas unas con otras. La teoría recibe el acento de una falsa 'objetividad' y se vuelve fetichista" (3)
(Aqui se refiere Lukács, con "fetichista", a que Bujarin sitúa las cosas y objetos que representan la tecnología como elementos determinantes, como causa del subsiguiente proceso productivo, condicionándolo de ésta forma a las "cosas" como piezas reinantes en tal proceso --"fetichismo": culto a las cosas--)
A la tesis de Bujarin de que "cada sistema dado de la técnica social determina también el sistema de las relaciones de trabajo entre las personas" (4), --Lukács-- formula la antítesis de la "prioridad objetiva, histórica y metódica de la economía de la técnica". (5)
"La economía de la técnica" y no "La técnica de la economía". Aquí está el epicéntro del conundrum epistemológico del tema. Hay una confusión entre causa-efecto y viceversa que, como veremos más adelante, Marx nunca aclaró.
Marx y Engels confundían, a veces, las causas con los efectos. Por ejemplo, en el "Origen de la Familia...", Engels salta diciéndo que fué el "trabajo", el "uso de las manos" --el trabajo-- del "Homo habilis", lo que catapultó el desarrollo del cerebro de manera tan fulminante en tan poco tiempo, cuando, obviamente, fue el desarrollo del cerebro el que catapuló a la evolución de los complejos y coordinados movimientos de las manos. "El hombre no es producto del trabajo", como dicen ellos, es "el trabajo el que es producto del hombre". Que haya en ello una influyente reciprocidad entre ambos, como siempre pasa con todo, no quiere decir que se deba reemplazar 'al efecto con la causa' en predeterminada dirección lineal.
"Vivimos en una sociedad tecnológica que lo condiciona todo", solemos oír, como si esa "tecnología", de per se, fuese el elemento 'causante' y emanante de dónde salen los subsecuentes efectos del proceso socio-económico. Es lo mismo que si acusaramos a la pistola el crimen cometido y no a la persona que aprieta el gatillo.
Naturalmente, aqui se tendría que preguntar quienes son los amos de esa tecnología, al servicio de qué clase social se encuentra, y la respuesta es simple: sus amos son los ricos, y, obviamnte, está al servicio y al benefico de ellos, de la clase dominante --aúnque, claro, con las 'corolarias migajas' que caen de la mesa 'para los mendigos de abajo'--, y es su herramienta fundamental; en lo económico, les representa ganancias nunca imaginadas, en lo militar y represivo es pivotal para mantener al rebaño bajo control. Por lo tanto, esa "tecnologia" es tan solo un medio, una herramienta de clase más, y no puede ser vista como hecho de 'per se', en vacuum causístico. En síntesis: desde el momento que el Sistema Tecnológico es un ARMA DE CLASE, el determinismo tecnológico no tiene mas remedio que dejarle paso a los establecidos intereses de sus dueños que se expresan mediante ese S.T.
Pero ambas tesis fueron defendidas por Marx una tras otra. El Manifesto Comunista interpreta la história como la de la lucha de clases, no como un desarrollo tecnológico que condiciona esta lucha, sino como esta lucha que es la que genera a ese desarrollo en todos los sentidos.
En la "introducción" a los Grundrisse (1857), dice Marx: "La economia política no es la tecnologia" (6). Pero en Miseria de la Filosofía (1847) se halla la tesis tecnológica en la que hubiera podido apoyarse Bujarin contra Lukács: "El molino a brazo os dara la sociedad con el señor feudal; el molino a vapor, la sociedad industrial"(7)
El trozo de dónde precede ésta frase ofrece un dato adicional para la tesis desarrollada por Habermas en relación con la Introductión a la crítica de la economía política, de que el concepto de producción de Marx es tan amplio que abarca incluso las relaciones de producción. "Esto le dá a Marx la posibilidad de insistir en que la producción determina también el marco institucional en el que se produce" (8)
Habermas y Wellmer han llamado la atención sobre el hecho de que la "indecision", "fundamentada incluso en los ensayos teóricos" de Marx (9) ha conducido en los Grundrisse a versiones competidoras de la teoría de la derrota del capitalismo: "En un caso sería el conflicto de clases la consecuencia forzosa de una contradicción 'objetiva'; en el otro, tendría primero que ser constituída como contradicción." (10)
En el capítulo de los Elementos fundamentales (p. 227ss.) inti-tulado "Contradiccion entre la base de la produccion burguesa (medida de valor) y su propio desarrollo. Maquinas, etc.", desarrolla Marx hipotéticamente el proceso de transformación del modo de producción capitalista excluyendo la lucha de clases como resultado del desenvolvimiento de la "contradicción en proceso" del trabajo mismo como capital cosificado --materializado-- (y en grado creciente metodizado) en el que se sirve de la ecuación especulativa de "la sociedad" y "el hombre", que anticipa ya, pues, la humanidad como un sujeto unitario que se enfrenta solidariamente a la naturaleza, mas allá de la división de clases.
Habermas observa a esa argumentatión : "Es típica sólo para aquella base filosófica — producción como 'acción de hecho' de un género que se constituye— en la que se situa la crítica de Marx a Hegel; pero es atípica para la propia teoría de la sociedad en la que Marx se apropia ampliamente de Hegel como materialista." (11)
"La síntesis por el trabajo comunica el sujeto social con la naturaleza en torno como su objeto; pero éste proceso de mediación está limitado con una síntesis por la lucha, que por su parte comunica dos sujetos parciales de la sociedad que se objetivizan mutuamente, a saber, las clases sociales. . . La síntesis por el trabajo plantea una relación teórico-técnica, que por la lucha se vuelve teórico-práctica, entre sujeto y objeto. Aquí se forman las relaciones de producción" (12)
Pero cuándo "la praxis social no sólo acumula los éxitos de la acción instrumental, sino produce y refleja un brillo objetivo con el antagonismo de las clases, entónces el análisis de la história, como parte de este proceso, sólo es posible en un enfoque fenomenológicamente quebrantado: la ciencia de los hombres es también crítica y tiene que seguirlo siendo". (13).
Karl Korsch ha intentado interpretar históricamente en el materialismo histórico la relación problemática, sistemáticamente declarada por Habermas, de "praxis revolucionaria" y determinísmo técnico-económico: "La concepción materialista de la história nació en el período revolucionario de 1850 como parte directamente componente de la acción subjetiva de la clase revolucionaria, lo que trastrueca prácticamente y critica teóricamente sin cesar el falso brillo y la aparicion efímera de todas las relaciones sociales existentestes. Se desarrolló después más y más en forma de teoría intuitiva meramente abstracta sobre el curso objetivo del desarrollo social determinado por leyes exteriores." (14) "El desplazamiento característico del acento de la rebelión subjetiva de los trabajadores a la rebelión objetiva de 'las fuerzas productivas' aparece por primera vez en el documento en que Marx y Engels, en el otoño de 1850, comprobaron abiertamente la prosperidad restablecida por doquier y la conclusión provisional, por ella condicionada, del movimiento revolucionario" (15).
La nueva forma de la teoría materialista correspondía a la nueva forma de la lucha de clases del movimiento obrero en una época "practicamente no del todo revolucionaria" "que —dice Korsch— (16) duró hasta el nuevo siglo y en que los trabajadores (independientemente de erupciones como la Comuna de Paris) "se sometieron a su destino", de modo que "el proceso historico" se desenvolvió "otra vez por encima de sus cabezas". (17)
Una interpretación de la história como la de Marx y Engels, que llega retropespectivamente a la conclusión de que las personas habían hecho en verdad su história con una conciencia —pero falsa— (18), se vió tentada, frente a "la revolution material científicamente cierta y visible en las formas económicas", a hacer poco caso de las "formas ideológicas en que las personas tienen conciencia de este conflicto y lo solucionaron por las armas" (19)
La construction objetivista de un proceso histórico natural que solo como quantité négligeable incluye las formas y contenidos de conciencia de los grupos de personas que operan, es lo contrario de la doctrina idealista de la história que, en virtud del "espiritu del siglo", es capaz de llevar por encima de las limitadas pasiones e ideas de los actuantes, la dirección de un proceso en que él mismo se constituye.
En verdad, el proceso histórico no se independiza respecto del criterio de los actuantes, sino sólo en cuanto que forma el complemento de sus condiciones materiales de vida.
La útima clase -la clase oprimida-- en particular sólo puede, cuándo sabe lo que hace, liberarse, escapar de la "proto-historia" de las sociedades de clases.
La anticipación teórica de la "praxis revolucionaria" sigue impotente mientras no se alia con la presión dolorosa, con el interés de las víctimas de la explotación (y la neurosis).
Ningún "espiritu del mundo", ningúna constelación social, tiene la acción libertadora "irrevocablemente preindicada" (20); no está garantizada metafísica ni económicamente.
El mismo hombre que piensa y padece es el que tiene la única posibilidad objetiva, teóricamentemente demostrada, de hacer la realidad. Solo él puede hacer prácticamente ciertos los pensamientos que condujeron al status quo de sus propias contradicciones en el que, una plena conciencia histórica del determinismo económico productivo-consumista --y sus inmanentes antagonismos de clases-- que condiciona su pensamiento, y no la percepción prioritaria de los medios tecnológicos con los que se logró, es la salida a la disyuntiva de la interrogante: ¿DETERMINISMO TECNOLÓGICO O PRODUCTIVO?
(1) Habermas, Erkenntnis und Interesse, 1968, pag. 61. También Habermas, Theorie und Praxis, 1971, pp. 266ss.
(2) Lukács, Historia y consciencia de clase, 1923, pp. 311ss. En forma equivalente criticó Korsch a Kautsky y la "orientacion centrista dominante en la ortodoxia marxiana socialdemocrata" por el representada, la formacion "de una concepción del marxismo positivistamente científica y ajena a la filosofía", 1923; 1930, p. 49.
(3) Lukács, Rezension von Bucharin: Theorie des historischen Materialismus, 1968, pp. 600-601.
(4) Bujarin, 1922, p. 150; subrayado por Lukacs, 1968, p. 601.
(5) Lukacs, op. cit., p. 604.
(6) MEW 4, p. 462; Elementos fundamentales., p. 6.
(7) Marx, Crítica de la economía política y Miseria de la Filosofía, Editora Nacional, Mexico, D.F., 1976, p. 338.
La tesis recibe en la misma obra, con ocasión de la distinción entre "instrumentos de producció" y "relaciones de produccion", su correccion: "El molino a brazo supone una division del trabajo distinta que el molino a vapor", op. cit., p. 359. En El capital se añade: "Los medios de trabajo son... indicadores de las relaciones sociales, en las que se trabaja"; MEW 23, p. 195.
(8) Habermas, Erkenntnis und Interesse, 1968, p.74, n. 70
(9) Habermas, op. cit., p. 71; Wellmer, Kritische Gesellschaftstheorie und Positivismus, 1969, pp. 99 y 102.
(10) Wellmer, op. cit., p. 100. Según la teoría de los sistemas, Wellmer ha interpretado la dialectica, desarrollada en La ideologia alemana, de fuerzas de productividad y formas de comercio como sucesión de
desequilibrios y adaptaciones (inducidos por innovaciones técnicas). Esta intrepretación corresponde a la versión del materialismo histórico desarrollada por Bujarin (1922). Cf. Wellmer, op. cit., pp. 98 y 101.
(11) Habermas, op. cit., p. 69.
(12) Op. cit., p. 77.
(13) Op. cit., p. 85.
(14) "Krise des Mandsmus", 1931, en Korsch (1924-1932), p. 169. Cf. Korsch, Karl Marx, 1938, pp. 82w., 254 y 270-73.
(15) Korsch, 1938, p. 182. Se refiere a la revista de Marx y Engels, mayo a octubre de 1850, MEW 7, p. 440.
(16) Gf. Marxismus und Philosophie (1923, 1930), pp. 97ss.
(17) Marx, El dieciocho brumario... (1852), MEW 8, p. 157.
(18) Cf. Engels, Ludwig Feuerbach... (1886), mew 21, pp. 296ss
(19) Marx, Prefacio a la critica de la economia politica. 1859, MEW 13, p; 9.
(20) Marx-Engels, La sagrada familia, 1845, MEW 2, p. 38.
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Apuntes tomados de:
"Libido y Sociedad,
'Estudios sobre Freud y la izquierda freudiana' ",
Helmut Dahmer
Ed.: Siglo Veintiuno, Mexico, 1983