EDITORIAL DE INSURGENTE.ORG
Todo indica que en las elecciones regionales andaluzas del próximo 19 de Junio, Vox obtendrá unos más que buenos resultados, con una subida importante de votos y escaños.
Al igual que ocurrió en Castilla y León, la extrema derecha concita apoyos en todos los sectores sociales y se encuentra eufórica, tanto, que viene realizando sus actos públicos en la calle, donde ya ni los «grandes partidos» se atreven.
Al día siguiente de las elecciones una preocupación sobre lo ocurrido, inundará tertulias, informaciones y programas, y así hasta la próxima. Se ha decidido que la lucha contra el fascismo se haga de tres maneras: en Facebook, en el Congreso con discursos imaginativos de algunas de sus señorías y en ruedas y Notas de prensa.
Toda una afrenta para los cachorros del fascio que se pavonean y ridiculizan al resto al comprobar la inutilidad de sus adversarios, y sabedores que cuando llega el momento, sus aparentes adversarios pro-régimen se alinean con ellos (véase Ucrania).
Si convenimos que el fascismo es el Plan B del capitalismo, al que éste recurre en épocas de crisis, convulsas y confusas, o cuando el movimiento popular toma la iniciativa, estaríamos ante una moneda que tiene un reverso que ellos han bautizado (y nada más lejos de la realidad) como «democracia».
En realidad, la moneda es la misma y se usa una cara u otra según el momento y necesidades, por tanto, el enemigo no es una de las dos caras, sino la moneda misma.
Luchar contra la excresencia de Vox es resolver nada. La pelea es contra el sistema que lo origina, contra la moneda en sus dos caras. De ahí, la necesidad de corregir con urgencia la pancarta, no es «Todos contra Vox», es «Todos contra el capitalismo». Pero nos da que algunos que vociferan contra los voxeros no se sumarían. Sus sumas van por otras cuentas.
.......................................................