La imagen psicológica creada a partir del modo de vida capitalista esta enraizaada en el Super-Yo, apariencia del capital que es capaz de producir, reproducir y gastar. Esta imagen ligada al Super-Yo, es la imagen del poder y potencia que tiene el individuo para relacionarse con el prójimo, legitimada mayoritariamente por la propaganda, es decir, la cultura, las costumbres, la educación, etc, etc y por su capacidad de reproducir el sistema capitalista de dominación. Podemos decir entonces, que esta imagen de poder y potencia forma las relaciones sociales del individuo viendo al prójimo en la mayoría de las ocasiones como un enemigo al que hay que someter o directamente anular. En un mundo dónde la mayoría quiere el éxito y el dinero y triunfar vendiéndose, el hombre, enajenado de sí mismo, como producto, primero, y después como mercancía esencial, debería volver a aquello que decía Thoreau: “En vez de amor, dinero y fama, dame la verdad”. https://kaosenlared.net/teoria-del-super-yo-en-el-sistema-capitalista/ |
COMO HA MODELADO EL CAPITALISMO
LA FORMA DE SER Y NO-SER
DE SUS PROTAGONISTAS
La enajenación, tal como la encontramos en una sociedad moderna, es casi total: impregna las relaciones del hombre con su trabajo, con las cosas que consume, con el estado, con sus semejantes y consigo mismo. El hombre ha creado un mundo de cosas hechas por él como no había existido nunca antes, y ha construido un mecanismo social complicado para administrar el mecanismo técnico que ha hecho. Pero toda esa creación suya está por encima de él. No se siente a sí mismo como creador y centro, sino como servidor de un golem^ --voz hebrea que significa automata-- (Pag. 109)
...En consecuencia, el mundo occidental lleva en si la posibilidad de un cambio pacífico y progresivo, mientras que el mundo soviético esa posiblidad casi no existe (Pag. 296)
Aqui a Fromm se le ve --se le palpa y se le huele-- el "plumero" de la burgesificación --aunque crítica-- de su pensamiento que tantas plumas de tantos colores tiene, y el color de esta última acotación es nítido y claro: la enajenación --de la que tanto nos va a hablar el autor-- que a él también le instrumentalizó el sistema bajo el que siempre vivió. Es más: la equivocación de Fromm es total porque, precisamente, el cosmos que llevó a cabo un cambio pacífico y progresivo fue la Union Soviética que se transformó en un estado capitalista al sucumbir a la interminable agresión de la guerra fría y todas las demás guerras que le metieron bajo diferentes temperaturas frías y calientes. Nunca la dictadura capitalista --enmascarada tras su "democracia"-- podrá llevar a cabo un cambio pacífico y progresivo hacia el socialismo.
.................................
Erich Fromm
Fondo de Cultura Economica
Primea edición 1955
Es un libro de ESTUDIO
Hay libros para leer y otros para estudiar y trabajar sobre sus mensajes y visiones, y este es uno de ellos porque sigue vigente después de 65 años, aúnque, obviamente, hay cosas que hayan que vestirlas con las túnicas del presente para encuadrarlas a coordenadas mas significativas y concurrentes, pero el coro, la esencia, sigue en pie, y hoy más en pie y derechas que nunca.
----------------------
Pag.120Hasta el amor y las relaciones entre los sexos han asumido este carácter. La gran emancipación sexual, tal como ocurrió después de la primera Guerra Mundial, fue un intento desesperado para sustituir el sentimiento profundo de amor por un placer sexual recíproco. Cuándo esto acabó en desilusión, la polaridad erótica entre los sexos se redujo a un mínimum y fue sustituida por una asociación amistosa, por una pequeña unión que ha mezclado sus fuerzas para sostenerse mejor en la diaria batalla de la vida y para aliviar el sentimiento de aislamiento y soledad que aqueja a todo el mundo.
La enajenación entre hombre y hombre tiene por resultado la pérdida de los vínculos generales y sociales que caracterizabana la sociedad medieval y a casi todas las sociedades precapitalistas.
La sociedad moderna está formada por "átomos" (para emplear el equivalente griego de "individuo"), pequeñas partículas extrañas la una a la otra, pero a las que mantienen juntas los intereses egoístas y la necesidad de usarse mutuamente.
Pero el hombre es un ser social con una profunda necesidad de participar en un grupo, de colaborar con él, de sentirse miembro de él. ¿Qué les ha pasado a esas tendencias sociales del hombre? Se manifiestan en la esfera especial del terreno público, que es absolutamente independiente del terreno privado.
Nuestros tratos privados con nuestro prójimo están gobernados por el principio del egoísmo: "Cada uno para sí. Dios para todos", en flagrante contradicción con las enseñanzas cristianas. El individuo se mueve por intereses egoístas v no por solidaridad con su prójimo y amor hacia él. Estos últimos sentimientos pueden manifestarse secundariamente como actos privados de filantropía o de bondad, pero no forman parte de la estructura básica de nuestras relaciones sociales.
--------------------------------------------------
Pag.122Si las cosas hablaran, una máquina de escribir contestaría a la pregunta "¿quién eres?"diciendo: "Soy una máquina de escribir", y un automóvil diría:"Soy un automóvil", o, más específicamente: "Soy un Ford , o "un Buick, o "un Cadillac".
Si preguntáis a un hombre "¿quién eres?", responde: "Soy un fabricante", "soy un empleado", "soy un médico", o "soy un hombre casado", "soy el padre de dos niños", y su respuesta tiene un sentido muy parecido a la de la cosa que habla.
Ese es el modo como se siente a sí mismo, no como un hombre con amor, miedo, convicciones, dudas, sino como una abstracción, enajenada de su naturaleza real, que desempeña cierta función en el sistema social.
Su sentido del valor depende de su éxito, de si puede venderse favorablemente, de si puede hacer de sí mismo más de lo que era cuando empezó, de si es un éxito. Su cuerpo, su mente y su alma son su capital, y su tarea en la vida es invertirlo favorablemente, sacar utilidad de sí mismo.
Cualidades humanas como la amistad, la cortesía, la bondad, se transforman en mercancías, en activos de la personalidad "ya en su paquete", conducentes a un precio más elevado en el mercado de personalidades. Si el individuo fracasa en hacer una inversión favorable de sí mismo, cree que él es un fracaso; si lo logra, él es un éxito.
Evidentemente, su sentido de su propio valor depende siempre de factores extraños a él mismo, de la veleidosa valoración del mercado, que decide acerca de su valor como decide acerca del de las mercancías.
Él, como todas las mercancías que no pueden venderse provechosamente, no vale nada en cuanto a valor de cambio, aunque puede ser considerable su valor de uso.
-----------------
Pag-123
La personalidad enajenada que se pone en venta tiene que perder gran parte del sentimiento de dignidad, tan característico del hombre aun en las culturas primitivas. Tiene qué perder el sentimiento de su identidad, de sí mismo como entidad única y no duplicable. El sentimiento de sí mismo nace de la experiencia que uno tiene de sí como sujeto de su experiencia, de su pensamiento, de su sentimiento, de sus decisiones, de sus juicios, de sus actos.
Presupone que mi experiencia es exclusivamente mía, y no una experiencia enajenada. Las cosas no tienen mismidad, y los hombres que se convierten en cosas pueden no tenerla. Esta falta de personalidad del hombre moderno le pareció al finado H. S. Sullivan, uno de los psiquiatras contemporáneos mejor dotados y más origiginales, un fenómeno natural.
Hablaba de los psicólogos que, como yo mismo, suponen que la falta del sentido de identidad es un fenómeno patológico, como de personas que padecen una "ilusión".
El "uno mismo", para él, no es otra cosa que los muchos papeles que representamos en las relaciones con los demás, papeles que tienen la función de ganar la aprobación y evitar la ansiedad resultante de la desaprobación.
¡Qué notable decadencia del concepto de identidad desde el siglo XIX, en que Ibsen hizo de la pérdida del sentimiento de identidad el tema principal de la crítica del hombre moderno en Peer Gynt
Se presenta a Peer Gynt como un hombre que, persiguiendo la ganancia material, descubre al fin que se ha perdido a sí mismo, que es como una cebolla, con una capa bajo otra, y sin meollo. Ibsen describe el miedo a la nada que se apoderó de Peer Gynt cuando hace ese descubrimiento, pánico que le hace desear ir al infierno antes que volver al vacio de la nada. Realmente, con el sentimiento de sí mismo desaparece el sentimiento de identidad, y, cuando esto sucede, el hombre enloquecería si no se salvara adquiriendo un sentimiento secundario de sí mismo.
Y hace esto sintiéndose a sí mismo como persona que tiene la aprobación de los demás, valiente, triunfante, útil, en suma, como una mercancía vendible que es él porque los demás lo consideran una entidad no única, sino ajustada a uno de los tipos o modelos corrientes.
No se puede apreciar plenamente la naturaleza de la enajenación sin tener en cuenta un aspecto específico de la vida moderna: su rutinización, y la represión de la percepción de los problemas básicos de le xistencia humana.
Tocamos aquí un problema universal de la vida. El hombre tiene que ganarse su pan cotidiano, y esto siempre es una tarea más o menos absorbente.Tiene que ocuparse en las numerosas tareas de la vida diaria que consumen tiempo y energía, y se ve envuelto en cierta rutina necesaria para la realización de esas tareas.
-----------------------------------------------------------
Pag.127
...Cada persona es un "paquete" en el que diversos aspectos de su valor en cambio se combinan en uno: su "personalidad", con la cual se denominan aquellas cualidades que lo hacen un buen vendedor de sí mismo: su aspecto, educación, ingresos y probabilidades de éxito.
Cada persona se esfuerza en cambiar ese "paquete" por el mayor precio posible. Hasta el hecho de asistir a una reunión social, y, en general, las relaciones sociales tienen en alto grado una funciónde cambio.
El individuo está ansioso de conocer otras mercancías que valgan ligeramente más, para establecer relaciones y, posiblemente, realizar un cambio provechoso.
Uno desea cambiar la posición social propia, es decir, la propia personalidad, por otra más alta, y en esta transacción cambia uno su viejo círculo de amistades y todos sus hábitos y sentimientos por otros nuevos, lo mismo que cambia su Ford por un Buick.
Aunque Adam Smith creía que esta necesidad de cambio era parte integrantede la naturaleza humana, en realidad es un síntoma de la abstractificación y la enajenación inherentes al carácter social del hombre moderno.
Se siente el proceso total del vivir de un modo análogo auna inversión provechosa de capital, y mi vida y mi persona son el capital invertido. Si un individuo compra una pastilla de jabóno un kilogramo de carne, tiene la legítima esperanza de que el dinero que paga corresponda al valor del jabón o de la carne que compra. Está interesado en que la ecuación "tanto jabón = tanto dinero" tenga sentido de acuerdo con la estructura existente de precios.
Pero esa esperanza se ha extendido a todas las otras formas de actividad. Si un individuo va a un conciertoo al teatro, se pregunta a sí mismo más o menos explícitamentesi el espectáculo "vale el dinero" que le cuesta. Aunque esa pregunta tiene algún sentido marginal, fundamentalmente no tiene ninguno, porque se comparan en ella dos cosas inconmensurables: el placer de escuchar un concierto posiblemente no puede expresarse en dinero; el concierto no es una mercancía, ni lo es el placer de escucharlo.
Lo mismo puede decirse cuando un individuo hace un viaje de placer, va a una conferencia, da una reunión o ejercita cualquiera de las muchas actividades que implican gasto de dinero. La actividad en sí misma es un acto productivo de la vida y, cualitativamente, es improporcional con la cantidad de dinero que se gaste en ella.
La necesidad de medir los actos de la vida por algo cuantificable también se manifiesta en la
------------------------------------------------------------
Pag.128
tendencia a preguntar si algo "vale el tiempo" que se invierteen ello. La velada de un joven con una joven, una visita a los amigos y los muchos actos en que va implícito o no el gasto de dinero, suscitan la cuestión de si la actividad valió el dinero el tiempo que costó. Uno necesita, en todos esos casos, justificar la actividad con una ecuación que revele que fue una inversión provechosa de energía.
Hasta la higiene y la salud tienen que servir para el mismo fin: el individuo que da un paseo todas las mañanas tiende a considerarlo como una buena inversión para su salud, y no como una actividad placentera que nonecesita justificación.
Esta actitud encontró su expresión más estricta y radical en el concepto del placer y del dolor que sustentó Bentham. Partiendo del supuesto de que el objeto de la vida es el placer, Bentham sugirió una especie de contabilidad que revelara en cada acción si el placer era mayor que el dolor,y si el placer era mayor, la acción merecía ser ejecutada. Así, para él, la vida en general era algo análogo a un negocio en que, en cualquier momento dado, el balance favorable mostrara que era provechoso. Aunque ya no se recuerdan mucho las opiniones de Bentham, la actitud que expresan se ha afirmado de un modo cada vez más vigoroso.
En la mente del hombre moderno ha surgido una nueva cuestión, a saber: la de si "la vida merece ser vivida",y, consecuentemente, el sentimiento de que la vida de uno "es un fracaso" o es "un éxito".
Esta idea se funda en el concepto dela vida como una empresa que debe producir una utilidad. El fracaso es como la quiebra de un negocio en que las pérdidas son mayores que las ganancias. Es ése, obviamente, un concepto desatinado.
..............................
Aqui estamos obligados a matizar. Que la vida se sienta, en cierto kilometro de la carretera existencial, como un fracaso o un exito, no quiere decir que, forzosamente, se aprehenda como una empresa que debe de producir utilidades. No. Aqui entran otros factores ontologicos, metafisicos, emocionales, sentimentales, etc. Es obvio. Don Fromm: hace falta, si, un dedo para señalar la luna, y Usted lo hace muy bien, pero no vayamos a confundir el dedo con la luna...que en la profundidad del iceberg humano no solamente mandan las Corporaciones y la Compañias del negocio capítalista...que ahi mas recovecos, cuevas y aristas por explorar y por ser vistas...
................................
Podemos ser felices o desgraciados, lograr unos objetivos y nolograr otros; pero no hay balance razonable que pueda decirnos si la vida merece o no ser vivida. Quizás desde el punto de vista del balance, la vida no merezca nunca ser vivida: termina inevitablemente con la muerte, muchas de nuestras esperanzas se frustran: implica sufrimiento y esfuerzo.
.....................
Le recomendamos que lea a Antonin Artaud. Y no es para llevarle la contra, que lleva usted razón de mano; se lo decimos para expandirle el horizonte que en esto se lo vemos un tanto cerrado. Don Fromm: que los ahorcados también tienen derecho a que su status sea reconocido y respetado.
....................
Desde el punto de vista del balance, tendría más sentido no haber nacido, o haber muerto en la infancia. Por otra parte, ¿quién puede decir si un momento feliz de amor, o la alegría de respirar o pasear en una mañana brillante y de aspirar el aire fresco, no vale por todos los sufri-
-------------------------------------------------------------
Pag.129
mientos y el esfuerzo que la vida supone?
La vida es un regalo y una incitación únicos, que no pueden medirse por ninguna otra cosa, y no puede darse ninguna contestación razonable a la pregunta de si "vale la pena" vivirla, porque la pregunta no tiene sentido. --eso si-- Esta interpretación de la vida como empresa comercial parece ser la base de un fenómeno típico moderno sobre el que se ha reflexionado mucho: el aumtento de suicidios en la sociedad occidental contemporánea.
Entre 1836 y 1890 el suicidio aumentó el 140% en Prusia y el 355 % en Francia. En Inglaterra hubo 62 casos de suicidio por millón de habitantes de 1836 a 1845,y 110 entre 1906 y 1910. En Suecia, 66 y 150 respectivamente. ¿Cómo podemos explicar este aumento de suicidios, que acompañó a la prosperidad creciente del siglo xix?
.....................
Pero, Don Fromm; aqui si que se ha puesto Usted muy divertido. Los suicidios al comienzo de la revolución industrial --1800's-- se debieron a que dada la infame e inmisericorde explotacion de los trabajadores fueron los opresores, y no las víctimas, los que forzaron a estas, al reventarlas, a que se "declararan en quiebra" y, por lo tanto, "fracasaran sus empresas mercantiles"
.......................
Es indudable que las causas del suicidio son muy complejas, y que no hay un motivo único que podamos suponer que es la causa. Encontramos en China el típico "suicidio de venganza", y en todo el mundo vemos suicidios causados por la melancolía; pero ninguna de esas causas tiene mucho papel en el aumento del índice de suicidios en el siglo xix.
Durkheim, en su obra clásica sobre el suicidio, supone que hay que buscar la causa en un fenómeno que llamó "anomia", palabra con la que designaba la destrucción de todos los vínculos sociales tradicionales, y el hecho de que toda organización verdaderamente colectiva se había hecho secundaria respecto del estado y de haber sido aniquilada toda vida social auténtica.
Creía Durkheim que las gentes que viven en el estado político moderno son "polvo desorganizado de individuos". La explicación que da coincide con la orientaciónde los supuestos formulados en este libro, y volveré a examinarlamás adelante. Yo creo también que es un factor adicional el tedio y la monotonía de la vida, consecuencia del modo enajenado de vivir.
.......................
Apuntemos: polvo desorganizado de individuos...muy bien organizado
......................
----------------------------------
Pag.130
Pero hay otra razón que han desconocido Durkheim y otros investigadores del suicidio, y que se relaciona con el concepto de "balance" de la vida como empresa comercial que puede fracasar. Muchos casos de suicidio se deben al sentimiento de que "la vida ha sido un fracaso", de que "no merece la pena seguir viviendo"; el individuo se suicida exactamente como un hombre de negocios se declara en quiebra cuando las pérdidas exceden de las ganancias y cuando haperdido la última esperanza de recuperarlas.
Otros varios aspectos
Hasta ahora he intentado trazar un cuadro general de la enajenación del hombre moderno respecto de sí mismo y de sus semejante en el proceso de la producción y del consumo, y en el disfrute del tiempo libre. Me propongo ahora tratar algunos aspectos específicos del carácter social contemporáneo estrechamente relacionados con el fenómeno de la enajenación y cuyo estudio, sin embargo, resulta más fácil examinándolos independientemente y no como subdivisiones de la enajenación.
Autoridad anónima - conformidad.
El primero de esos aspectos que hay que estudiar es la actitud del hombre moderno hacia la autoridad.
Hemos examinado la diferencia existente entre autoridad racional e irracional, entre autoridad estimulante y autoridad inhibitoria, y hemos dicho que la sociedad occidental de los siglos XVIII y XIX se caracterizó por la mezcla de ambos tipos de autoridad.
Lo común a la autoridad racional y la irracional es que es una autoridad franca y manifiesta. Uno sabe quién manda y quién prohibe: el padre, el maestro, el amo, el rey, el funcionario, el sacerdote. Dios, la ley, la conciencia moral. Los mandatos y las prohibiciones pueden ser razonables o no, estrictos o indulgentes, y yo puedo obedecer o rebelarme; siempre sé que hay una autoridad, quién es, qué quiere y cuáles son los resultados de mi obediencia o de mi rebelión.
Pero a mediados del siglo XX la autoridad ha cambiado de carácter: ya no es una autoridad manifiesta, sino anónima, invisible, enajenada.
Nadie da órdenes, ni una persona, ni una idea, ni una
-------------------------------------------------------
Pag.131
ley moral; pero todos nos sometemos tanto o más que lo haría la gente en una sociedad fuertemente autoritaria.
Ciertamente, nadie es autoridad, excepto "Eso". ¿Qué es "Eso"? La ganancia, las necesidades económicas, el mercado, el sentido común, la opinión pública, lo que uno hace, piensa o siente. Las leyes de la autoridad anónima son tan invisibles como las leyes del mercado, y exactamente tan inviolables como ellas. ¿Quién es la persona que puede atacar lo invisible? ¿Quién puede rebelarse contra Nadie?
La desaparición de la autoridad manifiesta es claramente perceptible en todas las esferas de la vida. Los padres ya no dan órdenes: sólo sugieren al hijo que "quiera hacer esto o lo otro". Como ellos mismos carecen de principios o convicciones, intentan llevar a los hijos a hacer lo que espera de ellos la ley de la conformidad, y muchas veces, como son más viejos y por lo tanto están menos en contacto con "lo más nuevo", aprenden de los hijos la actitud que han de adoptar.
Lo mismo sucede en los negocios y en la industria: usted no da órdenes, usted "sugiere", usted no manda, sino que insta y manipula. Hasta el ejército norteamericano ha admitido mucho esa nueva forma de autoridad. Se hace la propaganda del ejército como si fuera una empresa comercial atrayente, el soldado se considerará miembro de un "equipo", aun cuando sigue en pie el hecho de que hay que prepararlo para matar y morir.
Mientras hubo autoridad manifiesta, hubo conflictos y hubo rebeliones contra una autoridad irracional. En el conflicto con los mandatos de la propia conciencia, en la lucha contra la autoridad irracional, se desarrollan la personalidad y particularmente el sentimiento de sí mismo. Me siento a mí mismo como "Yo" porque "yo" dudo, "yo" protesto, "yo" me rebelo. Aun cuando me someto y me siento derrotado, me siento a mí mismo como "Yo": "yo", el vencido.
Pero si no tengo conciencia de la sumisión ni de la rebelión, si me gobierna una autoridad anónima, pierdo el sentido de identidad, me convierto en "uno", en una parte de "Eso".
El mecanismo mediante el cual opera la autoridad anónima es la conformidad. Debo hacer lo que todo el mundo hace; en consecuencia, debo adaptarme, no ser diferente, no "sobresalir"; debo estar dispuesto a cambiar de buena voluntad, de acuerdo con los cambios del tipo o modelo; no tengo que preguntar si estoy en lo cierto o no, sino si estoy adaptado, si no soy "distinto", si no soy diferente.
La única cosa que en mí es permanente es justo esa buena disposición al cambio. Nadie tiene poder
----------------------------------------------------------
Pag.132
sobre mí, excepto el rebaño de que formo parte y al que estoy sometido. No es necesario demostrar al lector a qué grado ha llegado esta sumisión a la autoridad anónima mediante la conformidad.
.....................
A qué grado ha llegado esta sumisión a la autoridad anónima mediante la conformidad...se ve hoy en día en el Covid.
.......................
Este anhelo de buena aceptación es, ciertamente, sentimiento muy característico de la persona enajenada. ¿Por qué había uno de agradecer tanto la buena aceptación si no es porque duda que sea aceptable ...
--Conformidad enejenada
--Conformidad de automata
--La apoteosis del pragmatismo
---------------------------------
Pag.134
Lo que importa es transformar los juicios de valor en cuestión de gustos, o de opiniones, ya se trate de escuchar La Flauta Mágica o de hablar de trapos, o bien de ser republicano o ser demócrata. Todo lo que importa es no tomar nada demasiado en serio, intercambiar opiniones, y estar dispuesto a admitir que una opinión o convicción (si es que tal cosa existe) vale tanto como otra. En el mercado de opiniones se supone que todo el mundo tiene una mercancía del mismo valor, y es indecoroso e injusto dudarlo.
---------------------------------------------------------
Pag.138
¿Son las gentes realmente felices, están tan satisfechas, inconscientemente, como creen serlo? Difícilmente puede ser así, si se tienen en cuenta la naturaleza humana y las condiciones necesarias para la felicidad; pero, hasta conscientemente, tienen algunas dudas. Aunque creen que su deber es la conformidad y el fundirse con el grupo, muchas de ellas tienen la sensación de que están "frustrando otras necesidades". Se dan cuenta de que "adoptar las costumbres del grupo se parece mucho a un deber moral, y, en consecuencia, siguen titubeantes e inseguras, prisioneras de sí mismas...
Verdaderamente, esta vida de concesiones, esta vida "exterior", es vida de aprisionamiento, de vacío interior y de depresión. Todos vamos en el mismo barco", pero, ¿adónde va el barco? Nadie parece tener la menor idea.