de la montaña al mar
torrentes y cataratas
que sorteamos al unísono
irrepetibles paisajes
y lagunas estancadas
que nos detenían el camino
sorteando presas y embalses
que los hombres levantan
para robarle al río
sus fuerzas y tesoros escondidos
todo un fluir
y un estancarse en la rutina
de la orografía humana
con sus pulsos
sus cadencias
sus turbulencias
sus rítmos...
y cuándo nos faltaban las fuerzas
afluentes inmensos
alimentaban y regaban
las corrientes que decaían
con el tiempo en sus negros orificios
hasta llegar al delta
dónde los brazos
corren a sus destinos
ese mar que siempre nos espera
para que otros naveguen
en el mismo sentido
en las mismas aguas
de nidos y nichos
esa indetenible corriente
que mueve todo lo nacido
contigo bajo por el río
de la montaña al mar
ese largo y corto recorrido...