A Erika,
con todo cariño
Me llega, hemeroteca del Pasado,
un documento que creíamos perdido
en los recovecos del espacio-tiempo
que siempre nos envuelve
sin que lo podamos descifrar,
ese almacen esotérico
que nunca sabemos
qué conserva sus archivos,
sus huellas,
sus flujos,
sus laberintos,
su eternidad,
ese hilo contínuo que nos dibuja
al ir dejando por el camino
esas piezas del 'rompitesta'
que ahora, al aflorar,
componen la figura
que nos ayuda
a reconstruir ese juego de fuerzas
que se contraponen y se definen
en nuestro efímero paso existencial
dónde se nos va suprimiendo un mundo
para que otro se pueda alzar.
Hemeroteca sólo de valor personal,
intransferencial,
cuentas de un holograma
que se nos va esfumando,
paso a paso,
como esas nubes que se forman y deforman
sin que nunca se sepa --realmente--
cúal es la causística que hay detrás,
qué Azar y Necesidad Jacques Monod-iana
--sin pactos ni acuerdos--
nos hacen hilvanar esa prenda,
que, como costureros,
aprendemos que no existe
eso del "coser y cantar"
porque en la vida
tenemos que coser sin dedal,
sin nada que nos proteja
del paso-del-tiempo,
de lo temporal,
dónde vamos naciendo y muriendo
como todo lo que se renueva o decae
por palingenesia o entropía ancestral
...en esos fragmentos que, de pronto,
nos arriban, llenos, cuajados,
de lo que fuimos y compartimos
y que en lontananza reflejan
notas y aristas de lejanías...
donde ya no estamos,
pero que acarreamos.
"El hombre es un ser de lejanías",
apostilló Heidegger.
Tal vez llevaba razón.
Lejanías que, al acercarse,
las podemos tocar y asumir,
en la hemeroteca del pasado,
como si estuvieran a nuestro lado.
Ahora están aquí, junto a mi...