EN EL 'PIRAMIDON' DE ALUMINO EN LO ALTO DEL LINGAM-OBELISCO DE WASHINGTON ESTA INSCRITO: "LAUS DEO", "ALABADO SEA DIOS" |
MANNING, PIDIENDO "PERDON" POR SU PECADO, HA SALIDO DEL ARMARIO Y SE HA CORTADO SU LINGAM DICIENDIO: “Soy Chelsea Manning, soy una mujer”. ALABADO SEA DIOS, "LAUS DEO". |
Vivimos en un mundo "sui generis", por no decir otra palabrota.
Hace unos dias Manning pidio "perdón por el daño que le había hecho a los Estados Unidos" (A) : "Fui un iluso al pensar que un analista iba a cambiar el mundo", declaró.
Y hoy ha manifestado: “Estando en transición hacia la próxima fase de mi vida, quiero que todos me conozcan realmente como soy”...“Soy Chelsea Manning, soy una mujer”.
Y uno, como siempre, se queda pensando.
Pensando.
Y, a la vez, estacionado en un "Alteris cogitandum":
invitando a los otros a que también piensen,
porque vivimos --volvamos a decirlo--,
en un mundo "sui generis", por no decir otra palabrota,
donde la "inconsciencia de los interesados" (Engels)
ésta alcanzando niveles alarmantes
bajo el Control de Pensamiento que padecemos.
¿Estos son hoy en día los personajes que,
ariesgando tanto,
se deciden a denunciar los crimenes
y asaltos de ésta Land of the Free, para después,
con éstas intempestivas declaraciones, anular así,
con el plumazo de pedir 'perdón por el daño hecho',
la implicita riqueza revolucionaria-didáctica y combativa
de lo que han hecho y que tanta falta nos hace
para tratar de bajar de su lingam-obelisco
a ésta "teocracia" blasfema del "Laudus Deo" ?
Asi, el mensaje a la humanidad pasa a ser de 'conducta equivocada'. Es decir: toda acusación o denuncia que levante a la atmósfera que todos respiramos los crimenes de éste "Novus ordo seclorum" (que tanta sangre y peligros le cuesta a la humanidad para que otros engorden The Forbes World's Billionaires List de felicidad), es errónea, descaminada, y por ello debemos ir al confesor a que nos perdone el pecado y a hacer propósito de enmienda por no haber sabido cumplir lo que se nos ha mandado.
Y para rematar la obra, éste "magnum opus", viene el soldado Manning y nos dice “Soy Chelsea Manning, soy una mujer”.
Y aqui, como dijo el Hidalgo, "con la Iglesia topamos, Sancho", deberíamos decir, "con el tabú del sexo topamos, sancheros del mundo", y por lo tanto tenemos que aclarar "a priori":
No tenemos nada en contra el personal cambio de nombre y de la anatomia del cacharrito entre las piernas; es prerrogativa individual y la respetamos; pero cuándo existe tras ello --como en éste caso-- un transcendental transfondo socio-político a escala universal que forma parte (que debería formar parte) de la necesaria lucha contra éstos "barbaros" (así los llamaba el historiador Arnold Toynbee), la cosa cambia completamente de semántica exegética porque creemos que ello, lo 'intimo del individuo' (precisamente en éstos momentos de un juicio contra el imperium que llega a todos los rincones del planeta) se tiene que seguir manteniendo en la escala dónde está y le corresponde, la personal, y no extrapolando el asunto a nivel público, desviando y secundarizando y ensombreciendo así las ventajas estratégicas y tácticas que, ante el mundo, la enorme magnitud y repercusión internacional de éste juicio político puede tener y tiene que tener. Es cómo, aúnque sea caricaturizando un tanto el asunto, si el astronaut Armstrong, en transición hacia la próxima fase de su vida, al pisar el suelo lunar, le hubíese declarado al mundo: “Soy Chelsea Armstrong, soy una mujer".
Lo mismo ha ocurrido con el soldado Manning que ha tenido que aprender de lo que dijo Cristo: "No se enciende una lámpara para mmeterla debajo del celemín, sino para ponerla sobre el candelero; así alumbrará a todos los que estan en la casa" (San Mateo, 5, 9-20)
Porque ahora lo único que nos hacía falta, para acabar de rematar la escena, es que Julian Assange, desde su celda en la Embajada de Ecuador en Londres dónde lo mantiene el "free world", nos salga diciendo que también pide perdón por todo el daño que ha hecho y que su nuevo nombre es Chelsea Assange. Y que todo ello no termine por contaminar a Snowden, ahora de exilado político en la tierra de Chestov, y que nos salga por el mismo callejón.
Esperemos que ello no ocurra para no quedarnos lo mismo que el parapléjico del chiste que va a Lourdes en su silla de ruedas para curarse y que en una cuesta abajo se le parten los frenos de su silla y empieza a pedirle a gritos a la Virgencita que ahora lo único que quiere es quedarse lo mismo que antes y que no le pase nada en la mortal bajada...
...Aúnque eso es lo mismo que ahora nosotros le pedimos a la Virgencita: quedarnos lo mismo que antes, tan sólo con lo de Manning, y que nadie mas se contagie al respecto. Porque a éste paso hasta Fidel Castro podría irrumpir en la escena pidíendonos perdón por todo lo que ha hecho y dicíendonos: “Soy Chelsea Castro", soy una mujer”.
Y esto, la verdad, si que no lo podríamos soportar.