Cuando un proyectil impacta contra un objetivo el 70% de su revestimiento de uranio empobrecido arde y se oxida, volatilizándose en micropartículas altamente tóxicas y radiactivas. Estas partículas, al ser tan pequeñas, pueden ser ingeridas o inhaladas tras quedar depositadas en el suelo o al ser transportadas a kilómetros de distancia por el aire, la cadena alimenticia o las aguas. Un informe técnico de 1995 del Ejército norteamericano señala que "si el uranio empobrecido penetra en el cuerpo tiene la potencialidad de provocar graves consecuencias médicas. El riesgo asociado es tanto químico como radiológico". Depositados en los pulmones o los riñones, el uranio 238 y los productos de su degradación (torio 234, protactinio y otros isótopos de uranio) emiten radiaciones alfa y beta que provocan muerte celular y mutaciones genéticas causantes, al cabo de los años, de cáncer en los individuos expuestos y de anormalidades genéticas en sus descendientes.
En sus 110.000 ataques aéreos contra Iraq, los aviones A-10 Warthog de EEUU lanzaron 940.000 proyectiles con uranio empobrecido, y en la ofensiva terrestre sus tanques M60, M1 y M1A1 dispararon otros 4.000 proyectiles también revestidos de uranio. Se estima que en la zona hay 300 toneladas métricas de desechos radiactivos, que podrían haber afectado ya a 250.000 iraquíes. Tras la Guerra del Golfo, investigaciones epidemiológicas iraquíes e internacionales han permitido asociar la contaminación ambiental debida al empleo de este tipo de armas con la aparición de nuevas enfermedades de muy difícil diagnóstico (inmunodeficiencias graves, por ejemplo) y el aumento espectacular de malformaciones congénitas y cáncer, tanto en la población iraquí como entre varios miles de veteranos norteamericanos y británicos y en sus hijos, cuadro clínico conocido como Síndrome de la Guerra del Golfo. Síntomas similares al de la Guerra del Golfo se han descrito entre un millar de niños residente en áreas de la antigua Yugoslavia donde en 1996 la aviación norteamericana recurrió también a bombas con uranio empobrecido, al igual que durante la intervención de la OTAN contra la Federación Yugoslavia de 1999.
:::::::::::::::::::::::::
El uso ilegal de armamento con uranio empobrecido de EEUU y Gran Bretaña en la guerra contra Iraq de 2003
28 de mayo de 2003. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
Todo parece indicar que los ejércitos de EEUU y Gran Bretaña han vuelto a usar munición revestida con uranio empobrecido durante la invasión y ocupación de Iraq. Los residuos contaminantes pueden superar la cantidad que aún permanece en el país desde la guerra de1991, y que se asocia al incremento espectacular de cánceres, abortividad y malformaciones congénitas entre la población iraquí -sobre todos en el sur del país- y el denominado "Síndrome de la Guerra del Golfo" entre los veteranos occidentales.
Antes de que finalizara la guerra ilegal contra Iraq de marzo-abril de 2003, diversas fuentes comenzaron a denunciar la utilización de armamento de uranio empobrecido por parte de EEUU y Gran Bretaña en la invasión de este país [1] y la violación flagrante de la resolución de Naciones Unidas (NNUU) que clasifica este tipo de armamento como de destrucción masiva ilegal.
El uranio empobrecido [2] contamina la tierra y el aire y, como ya han demostrado diferentes investigaciones epidemiológicas independientes en relación con las consecuencias de su uso durante la Guerra del Golfo de 1991, causa daños irreparables a la salud, fundamentalmente cánceres, leucemias y malformaciones congénitas, tanto a la población civil afectada como a las tropas de los ejércitos que las utilizan en lo que se ha descrito como el "Síndrome de la Guerra del Golfo" y que incluye dolores crónicos musculares, fatiga y pérdida de memoria, deterioro del sistema inmune y muerte.
La primera vez que trascendió públicamente el uso de armamento de uranio empobrecido en la última guerra contra Iraq fue el 28 de marzo de 2003, cuando se produjo un incidente del denominado "fuego amigo", al disparar un avión de combate estadounidense en el sur de Iraq un proyectil con este tipo de revestimiento, matando a un soldado británico e hiriendo a otros tres. Sin embargo, el estudio llevado a cabo por un equipo de investigación de la organización Christian Science Monitor (CSM) establece que solamente en la capital iraquí se han hallado numerosos lugares y objetos con un nivel de radioactividad que supera en muchos casos por 1.000 los niveles normales de inocuidad.
Reconocimiento del Pentágono
Como destaca el informe del CSM, el Pentágono ha reconocido el uso de material militar con uranio empobrecido en Iraq durante la última guerra a través de la declaración de un portavoz oficial del Comando Central estadounidense. Según sus declaraciones, en lo que es un reconocimiento muy parcial y limitado, tan solo los aviones de combate tipo A-10 Warthog (utilizado en muchos de los ataques contra edificios públicos de Bagdad como el ministerio de Planificación iraquí,m al lado del río Tigris) dispararon 300.000 proyectiles de uranio empobrecido.
El ex coronel estadounidense Doug Rokke, ex director del proyecto de uranio empobrecido del Pentágono, profesor de Ciencia Medioambiental en la Universidad de Jacksonville y encargado en su día por el Departamento de Defensa de EEUU de la limpieza del desierto kuwaití y saudí tras la Guerra del Golfo declara abiertamente:
"El uso de uranio empobrecido es un Crimen de Guerra. Hay que hacer una valoración moral en esta cuestión: esta guerra era por la [supuesta] posesión de Iraq de armamento de destrucción masiva, sin embargo, nosotros estamos utilizando armas de destrucción masiva. Estos dobles raseros son repugnantes [...] El personal militar de una nación no puede contaminar deliberadamente ninguna otra nación causando daños a personas y al medioambiente y después ignorar las consecuencias de sus acciones. Hacerlo así es un Crimen contra la Humanidad. Debemos hacer lo correcto: prohibir el uranio empobrecido. No podemos usar munición que dejan detrás una tierra devastada por los residuos tóxicos ni matar indiscriminadamente. Esto equivale a un Crimen de Guerra. [...] EEUU y Gran Bretaña deben reconocer las consecuencias inmorales de sus acciones y asumir la responsabilidad que les corresponde en el cuidado médico y en reparar el medio ambiente" [3].
Notas:
1. Mackay, Neil: "US forces' use of depleted uranium weapons is illegal", Sunday Herald, 30, March, 2003, en www.sunday herald.com
2. Véase en CSCAweb: Seminario Internacional de Gijón sobre uranio empobrecido
3. Mackay, Neil: "US forces' use of depleted uranium weapons is illegal", obra citada.