El Abecedario de Gilles Deleuze (L'Abécédaire de Gilles Deleuze) es un programa de la televisión francesa producido por Pierre-André Boutang en 1988-1989, emitido en el año 1996. Consiste en una serie de tres entrevistas que Claire Parnet le realizara al filósofo.
Es el único documento televisivo del filósofo, refractario a aparecer en TV. Se llevó a cabo bajo la condición de que sean conversaciones entre él y una antigua alumna y amiga, Claire Parnet, y que sea emitido a título post mortem auctoris. Está dividido en veinticinco temas por cada una de las letras del abecedario.
C de Cultura. (Culture)
Deleuze afirma que no es culto porque cada vez que ve a alguien cultivado queda pasmado. Él, en cambio, dice no tener ningún saber de reserva (todo está en su obra) y que no siente admiración por ese tipo de cultura. Nombra a Umberto Eco como uno de estos ejemplos, intelectual al que se le puede preguntar de cualquier tema. La cultura está ligada a la palabra, y como Deleuze dice detestar hablar, detesta a la cultura y trata de explicar porqué. Él no cree en la cultura sino más bien en los encuentros. Y los encuentros "no son con gente sino con cosas". Como se deja ver, la noción que maneja Deleuze de encuentro, de influencia spinoziana, está ligada a su otra noción de "devenir animal": estar al acecho (como observa en los animales) es condición necesaria de un posible encuentro; estar al acecho es la actitud propia de quien consigue, encuentra o crea algo. Son ejemplos curiosos de encuentro, en razón del libro que ha escrito sobre la noción de pliegue en Gottfried Leibniz, las cartas que ha recibido tanto de los aficionados a la papiroflexia como de los surfistas. Deleuze enumera aquí tres males de la cultura actual: el periodista que escribe libros como si de artículos periodísticos se tratara; la generalización de la idea de que cualquiera puede escribir porque su "asunto privado" vale la pena; y por último, que los clientes de los medios (incluido el libro) han cambiado: son los anunciantes, los distribuidores o fabricantes de best-sellers. Más allá de estos males, optimista, Deleuze observa que es efecto natural que sucedan circuitos paralelos constituidos como mercados negros.D de Deseo. (Désir)
Deleuze es llamado por algunos el filósofo del deseo. Para definir el deseo, aquí Deleuze insiste con que los buenos conceptos, a diferencia de lo que se piensa comúnmente, son cosas muy concretas. El caso del concepto del deseo es que hasta El Anti-Edipo, resultaba abstracto. El deseo está identificado por un objeto: una mujer, hacer un viaje, un vestido, etc. El concepto popular sería muy abstracto porque realizaría un efecto elíptico, mientras que cuando se comprende como una situación, un conjunto de objetos, se observa su carácter arbitrario o que posee una naturaleza imaginaria. La frase precisa sería: se desea "en" conjunto. La vertiente de su noción del deseo es optimista, y está atravesada de nociones spinozianas. Deleuze erige el concepto de agenciamiento para realizaciones o efectuaciones de deseo. Para que se produzca un agenciamiento debe haber diferencia de potenciales, o dicho de otra forma: se debe asimilar la diferencia de las entidades involucradas en ese cruce. La noción de deseo en El Anti-Edipo (escrito con Félix Guattari), es crítico de la concepción del psicoanálisis. Básicamente trata de vaciar de sentido al deseo y entenderlo como mero flujo, acercándolo al delirio. Así encuentra, junto a Guattari, que lo que se entiende como enfermedad, no encuentra solución en relaciones de parentesco, relaciones familiares, o grupales, sino en lo que llama agenciamientos maquínicos, constructivismo. A su vez, el deseo no sería ni espontaneísmo ni la diversión o la fiesta. Un agenciamiento está compuesto de estados de cosas, estilos de enunciación y movimientos de territorialización-desterritorialización. A propósito de que la interpretación o mal interpretación del libro El Anti-Edipo, por algunos entendido como alabanza de la permisividad, sea causa suficiente para provocar enfermedad en el individuo, Deleuze afirma: "Yo siempre me he dividido entre la imposibilidad de quitarle la razón a alguien y el deseo absoluto, o la negativa absoluta a que se convierta en un pingajo." (léase: despojo humano)M de Enfermedad. (Maladie)
Destaca, en esta letra, la noción sobre los médicos, no sobre la persona del médico sino sobre su poder, y no sobre su papel social sino sobre cómo acostumbran manejar su papel social. Tal que en ciertos momentos su poder y su capacidad o potencial tenderían a confundirse. Una vez más, en relación a los medicamentos, Deleuze dice que siempre ha estado de acuerdo con la farmacia. La enfermedad "agudiza el sentimiento de la vida", de ahí que para Deleuze cumple una función. Deleuze hace una diferencia entre enfermedad y cansancio: este último a diferencia de la primera significa que nada puede sacarse ya de uno mismo, lo resume en esta frase: "la jornada ha terminado". Ligado a esto Deleuze cuenta que para él nadie ha hablado mejor sobre la vejez que Raymond Devos; de ésta referencia destaca que la vejez tiene sus "potencias", permite cosas que de otra forma no se obtendrían; el viejo es alguien "que es", refiere Deleuze, de ahí se sigue un estado de ánimo sin deuda o sencillamente que el deber tiende a desaparecer: "no hay ninguna decepción fundamental, o el hombre se vuelve desinteresado, lo que apareja "ver a los demás tal cual son."Q de Pregunta. (Question)
La filosofía fabrica preguntas. Pero de éstas no se sale dándoles una respuesta, sino con otra pregunta. Parnet aplica estas nociones de Deleuze a la misma entrevista y propone que las preguntas que va haciendo, conforme a las nociones de Deleuze, no deben ser respondidas. Aquí se da una posible definición de este Documental: el mismo no sería una entrevista sino más bien una charla ligera, improvisación. De modo que aquí Deleuze distinguirá entre interrogatorio y charla: en los medios habría menos margen para esta última. La interrogación es una forma de la comunicación: cuando se pregunta por la hora, se dice la hora, como si se obedeciera una orden. El problema, o la pregunta, propia de la filosofía, está en la desobediencia. Un ejemplo genuino de pregunta filosófica Deleuze lo ve en la "apuesta de Pascal": Pascal no preguntaría por la existencia o inexistencia de Dios sino que, no pudiendo probar la existencia, propone que más beneficioso sería creer en Dios que no creer, ya que no se perdería nada con ello. Lo mismo sucede con el célebre "Dios ha muerto" de Nietzsche porque por él se pregunta no por la existencia de Dios sino por la estructura que sostiene su creencia. En definitiva, lo que trata de expresar Deleuze es que no existe diferencia real –aunque sí lingüística– entre una afirmación y una pregunta. La sugerencia de Pascal es una afirmación que encierra una pregunta y lo mismo pasa con la de Nietzsche. Aquí se habla también de la relación de Deleuze con los noticieros que suele ver: tanto los diarios como los noticieros se suelen sostener dentro de una política de intereses; dicha política segrega el planteamiento de preguntas. Lo mismo se acusa para las pretensiones de una Europa político-económicamente unificada, ya que en este caso, no necesariamente hay unificación de naciones sino de regiones, o grupos.R de Resistencia. (Résistance)
Los científicos crearían "funciones". Este término serviría para diferenciarlos de los filósofos los cuales crearían "conceptos". Los científicos también serían "resistentes", pero su situación es más ambigua porque su trabajo estaría envuelto en cuestiones de capital y programas; estas cuestiones, como es claro y recurrente en toda la posición de Deleuze, limitarían la creación. Resistir, dice Deleuze, es crear. Uno de las autores que mejor definiría esto es Primo Levi. A través de éste, Deleuze observa una relación entre la privación de la libertad y la resistencia, definida por Levi como "La vergüenza de ser hombre". La frase de Levi conlleva, para Deleuze, a la noción ab initio culpable de liberar la vida (que no debe confundirse con "liberarse de la vida"). Esta culpa hacia la liberación de la vida es doble, es colectiva, comprende a los ejecutores de un mal como a los que sobrevivieron a él. De manera que la noción de "resistencia" en Deleuze remite, a diferencia de lo que comúnmente se entiende, a un resultado, más que a un estado. Es aquí cuando Deleuze otorga a la noción de "compromiso" un verdadero peso, un poder efectivo sobre las situaciones que avergüenzan. En la noción de Levi, la vergüenza no condena al ejecutante del mal sino que se comprende (se unifica) a él, en una relación culpable con él por haber habido transigencia. La transigencia del sobreviviente del mal, vuelve cómplice al transigente con el ejecutor. La noción de "resistencia" se ilumina con su otra noción, la de "percepto", en tanto que ambos términos expresan la liberación de algo humano que fuera inexistente en su tiempo, o época. El manejo que Deleuze hace de la filosofía como valor primordial de la vida es comparable con la importancia que Nietzsche le otorga (citado por Deleuze) o la que Ray Bradbury otorga a los libros en Fahrenheit 451. En definitiva, la ausencia de filosofía supondría, por arrastre, la ausencia de creación y por ende de resistencia.