Dedicatoria de León Felipe en el poemario ¡Oh, este viejo y roto violín!, enviado al Che en enero de 1966. Imagen tomada de la web http://www.che80.co.cu/
Pero las evidencias concretas de la admiración que cimentó esta relación más allá de la distancia y el tiempo yacen sobre el papel. Apenas en 1959, León Felipe le envía al Comandante de la Sierra Maestra su libro El ciervo. «Al Dr. Che Guevara, gran soldado defensor de la libertad de Cuba con un saludo de hermano», reza en su dedicatoria.
Cinco años después, en una misiva, el Che le confiesa que lo guarda entre sus dos o tres libros de cabecera.
Es una carta breve, pero llena de emoción que el entonces Ministro de Industrias de Cuba desea reciba como homenaje.
Carta Ernesto Guevara a León Felipe:
Agosto 21 de 1964
“Año de la Económia”
Sr. León Felipe,
Editorial Grijalbo, S.A.
Avenida Granjas, 82,
México 16, D.F.
Maestro:
Hace ya varios años, al tomar el poder la Revolución, recibí su último libro, dedicado por usted. Nunca se lo agradecí, pero siempre lo tuve muy presente. Tal vez le interese saber que uno de los dos o tres libros que tengo en mi cabecera es “El Ciervo”; pocas veces puedo leerlo porque todavía en Cuba dormir, dejar el tiempo sin llenar con algo o descansar, simplemente es un pecado de lesa dirigencia.
El otro día asistí a un acto de gran significado para mí. La sala estaba atestada de obreros entusiastas y había un clima de hombre nuevo en el ambiente. Me afloró una gota del poeta fracasado que llevo dentro y recurrí a usted, para polemizar a la distancia, en mi homenaje; le ruego que así lo interpreté.
Si se siente tentado por el desafío, la invitación vale.
Con sincera admiración y aprecio.
Cmdte. Ernesto Che Guevara
Hacía apenas unos días le había «empujado» a unos obreros unos versos de aquel libro. El 15 de agosto de 1964, cuando entregaba a un grupo de trabajadores reconocimientos por su actitud de vanguardia en el trabajo, aclaraba que el poema no era de su autoría, sino «de un hombre desesperado (…) un viejo poeta que está llegando al final de su vida», y recitaba de memoria:
"Pero el hombre es un niño laborioso y estúpido/
que ha convertido el trabajo en una sudorosa jornada/ convirtió el palo del tambor en una azada/ y en vez de tocar sobre la tierra una canción de júbilo se puso a cavar/ Quiero decir que nadie ha podido cavar al ritmo del sol/ y que nadie todavía ha cortado una espiga con amor y con gracia"
Siete meses después es León Felipe el remitente. "Le escribe ya muy viejo y muy torpón, pero le debe un abrazo y no quiere irse sin dárselo. Le envío como recuerdo el autógrafo del último poema que escribí hace unos días. Salud y alegría. Le quiere su viejo amigo”, le expresa el poeta. Y en la primera línea de la cuartilla donde deja escurrirse los versos precisa: Para el Che Guevara y a continuación el título Palomas.
Las palomas de la Plaza de San Marcos
que el municipio de Venecia cebaba para los turistas
se han muerto todas
de repente…
Las palomas de Picasso que yo guardaba
como una reliquia
en un viejo cartapacio,
han desaparecido…
En el Concilio Ecuménico nadie sabe
por dónde anda
la paloma de
la enunciación…
Y el Vaticano está consternado
porque se halla enferma, la paloma
del Espíritu Santo.
Se dice que en el mundo hay ahora
una mortífera epidemia de palomas…
Y el Consejo de la Paz no encuentra
Por ninguna parte una paloma.
Para entonces ya el Che preparaba su partida secreta de Cuba rumbo al Congo al frente de un grupo de combatientes que apoyaría la lucha armada en ese país. Después de frustrarse esa misión internacionalista, el Comandante Guevara permanece oculto en Tanzania y luego en Praga. Con absoluta discreción mantiene intercambio con su esposa Aleida March y sus compañeros más cercanos. En una de esas oportunidades solicita le envíen algunos libros entre los que se encuentra El Ciervo. Para evitar cualquier indicio que revele su presencia en Checoslovaquia, Aleida guarda en La Habana la dedicatoria que escribiera León Felipe. Por eso el Che le reclama en una misiva: «Me capaste El Ciervo; no te lo perdono…».
Carta Ernesto Guevara a León Felipe:
Agosto 21 de 1964
“Año de la Económia”
Editorial Grijalbo, S.A.
Avenida Granjas, 82,
México 16, D.F.
Maestro:
Hace ya varios años, al tomar el poder la Revolución, recibí su último libro, dedicado por usted. Nunca se lo agradecí, pero siempre lo tuve muy presente. Tal vez le interese saber que uno de los dos o tres libros que tengo en mi cabecera es “El Ciervo”; pocas veces puedo leerlo porque todavía en Cuba dormir, dejar el tiempo sin llenar con algo o descansar, simplemente es un pecado de lesa dirigencia.
El otro día asistí a un acto de gran significado para mí. La sala estaba atestada de obreros entusiastas y había un clima de hombre nuevo en el ambiente. Me afloró una gota del poeta fracasado que llevo dentro y recurrí a usted, para polemizar a la distancia, en mi homenaje; le ruego que así lo interpreté.
Si se siente tentado por el desafío,
la invitación vale.
Con sincera admiración y aprecio.
Cmdte. Ernesto Che Guevara
Para entonces ya el Che preparaba su partida secreta de Cuba rumbo al Congo al frente de un grupo de combatientes que apoyaría la lucha armada en ese país. Después de frustrarse esa misión internacionalista, el Comandante Guevara permanece oculto en Tanzania y luego en Praga. Con absoluta discreción mantiene intercambio con su esposa Aleida March y sus compañeros más cercanos. En una de esas oportunidades solicita le envíen algunos libros entre los que se encuentra El Ciervo. Para evitar cualquier indicio que revele su presencia en Checoslovaquia, Aleida guarda en La Habana la dedicatoria que escribiera León Felipe. Por eso el Che le reclama en una misiva: «Me capaste El Ciervo; no te lo perdono…».
El poeta del éxodo y del llanto murió en México el 18 de septiembre de 1968, casi un año después del asesinato del Che en La Higuera. Debió conocer el suceso a través de los medios de comunicación que replicaron la noticia en todo el orbe. Sin embargo, con seguridad ignoró que entre los poemas que el Che recordaba y escribía de memoria en una de sus libretas de campaña en Bolivia, revivía los versos de su poema El Nacimiento:
Cristo, te amo
No porque bajaste de una estrella
Sino porque me revelaste
que el hombre
tiene lágrimas y congojas
Llaves para abrir las puertas
cargadas de luz
Sí… tú me enseñaste
que el hombre es Dios.
Un pobre Dios Crucificado como tú
Y aquel que está a tu izquierda
en el Gólgota El Mal Ladrón
También es un Dios.
..................................
AL CHE GUEVARA,
MI GRAN AMIGO
Otra vez siento bajo mis talones
el costillar de Rocinante;
vuelvo al camino
con mi adarga al brazo.
(Del Che, en su última carta a sus padres)
Siempre fuíste un condotiero apostólico y evangélico y un niño atleta y valiente que sabías dar el triple salto mortal y caer siempre en tu sitio. Abora también has caído en tu sitio. Yo sé dónde estás, y ahí mismo, te mando un abrazo y estos versos:
EL GRAN RELINCHO
The most beautiful neigh of the world
La gente suele decir, los americanos,
los norte-americanos suelen decir:
León-Felipe es un "Don Quijote".
No tanto, gentlemen, no tanto.
Sostengo al héroe nada más...
y si, puedo decir...
y me gusta decir:
que yo soy Rocinante.
No soy el héroe
pero le llevo sobre el magro espinazo de mis huesos...
y le oígo respirar...
y he aprendido a respirar como él...
y a injuriar
y a blasfemar
y a maldecir
y a relinchar.
A mi me gusta mucho relinchar.
"¡Oh, hi-de-putas!...estos malos encantadores
que me persiguen."
¿Cómo es aquel relincho, americanos?
Aquel que empieza:
¡¡¡ Justi-í-í-í-í-cia !!!
Aquí el acento cae sobre la í,
muy agudo y sostenido
cómo un vibrante y estridente cornetín:
¡¡¡ Justi-í-í-í-í-cia !!!
¡¡¡ Qué bonito relincho !!!
A Rocinante le gusta mucho relinchar.
y a mi también me gusta mucho relinchar.
Teneís que aprender, americanos.
Venid. Vamos a relinchar ahora,
ahora mismo todos juntos,
desde el capitolio de Washington...
fuerte, fuerte, FUERTE...
hasta que el relincho llegue a Vietnam
y lo oígan todos los vietnamitas
y a Cuba también
y lo oígan todos los cubanos,
como el cornetín
de la gran victoria universal,
hasta que lo oígan los hombres todos
de la tierra
como el cese definitivo de todas las hostilidades
del planeta.
¡¡¡ Justi-í-í-í-í-cia !!!
¡¡¡ Oh qué hermoso relincho !!!
The most beautiful neigh of the world
León Felipe
1884-1968